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La jira al Sagrado Corazón vuelve a la cima del Naranco con ilustres ausencias

“Es la misa más bonita”, dice el sacerdote Pedro García antes de unos oficios en los que se echó en falta a una convaleciente Purita de la Riva

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EN IMÁGENES: Jira al Sagrado Corazón en la cima del Naranco

“Esta es la celebración religiosa más bonita de Oviedo”. Así de rotundo se mostró Pedro García, el sacerdote jesuita que este domingo se encargó de oficiar la jira al Sagrado Corazón, la tradicional misa que hasta antes de la pandemia solía tener lugar al domingo siguiente del 24 de junio en la cima del Naranco desde 1971. Más de un centenar de valientes desafiaron al riesgo de lluvia para no faltar a un acto con sentidas ausencias entre la que destacó, por primera vez, la de Purita de la Riva, pianista y gran entusiasta de este evento religioso, que, según explicaron los organizadores, “se encuentra bien, pero convaleciente de un asunto de salud”.

Tampoco pudo acudir en esta ocasión el Alcalde, Alfredo Canteli, el cual se encuentra recuperándose del covid, ni el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, quien excusó su ausencia por otros compromisos de agenda. Quienes sí estuvieron fueron los concejales populares Covadonga Díaz, Gerardo Antuña, Alfredo García Quintana y Javier Cuesta, así como el presidente del Centro Asturiano de Oviedo, José Manuel Granda.

El acto, organizado por el Arzobispado, contó con autobuses gratuitos desde el centro de la ciudad, aunque algunos de los participantes llegaron a pie, e incluso hubo quien siguió los oficios desde el sillín de su bicicleta de montaña. “Es una tradición muy arraigada, aunque esta vez el tiempo nos condicionó mucho”, declaró María José Villanueva, una clásica voluntaria en los preparativos del evento religioso en el que el altar estuvo cubierto por una jaima y decenas de sillas de color rojo se colocaron en torno al monumento inaugurado hace ahora 41 años.

La misa estuvo cooficiada por el también sacerdote Jaime Peñaranda, y en su homilía, Pedro García, destacó el simbolismo que tiene el monumento del Sagrado Corazón para la ciudad de Oviedo. “Lo veo todos los días desde la ventana de mi casa como lo pueden ver desde otras muchas casas de la ciudad. Por el día se ilumina con el sol y por la noche con luz artificial. Nos da luz noche y día como también nos la da Dios”, comentó García, quien agradeció la asistencia de muchos valientes que desafiaron a la amenaza de lluvia e invitó a volver a la clásica misa celebrada a 650 metros de altura el próximo año, ya con la presencia de Purita de la Riva, “la guardiana del Sagrado Corazón”.

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