Hubo un tiempo en que para analizar la calidad del agua de la ciudad había que tirar de tubos de ensayo y echar una eternidad hasta conocer los resultados. Hoy en día, un sofisticado equipo digital se encarga de ofrecer, a distancia y en tiempo real, los niveles de los parámetros necesarios para garantizar la calidad del suministro. “Mucho avanzamos en estos años”, exclamó este domingo uno de los visitantes a la exposición “El agua de Oviedo”, en la que participa Aqualia, con la colaboración del Ayuntamiento de Oviedo en la plaza Trascorrales, al contemplar las vitrinas con aparatos antiguos y actuales que evidencia la evolución de uno de los servicios municipales más elementales.

Un contador de agua actual y otro histórico expuestos en la muestra.

Quienes se dejan caer por la plaza del pescado tienen la posibilidad de ver, negro sobre blanco, como una gran máquina con papel y tinta utilizada en los años noventa para contabilizar los consumos es hoy una herramienta obsoleta junto a los sistemas digitales que permiten obtener hoy en día de una manera mucho más práctica y eficiente la cantidad de agua gastada.

El gran salto de calidad es también patente en los medidores de caudales, e incluso en las comunicaciones, pues los walkie talkies que en su día supusieron una revolución para los operarios del Servicio de Aguas, ahora se exhiben como toda una antigüedad junto a los modernos teléfonos móviles y dispositivos digitales que permiten conectar a los trabajadores con las sofisticadas aplicaciones y programas del servicio. “Se ve que el sector cambió mucho”, cuenta la visitante Sonia Rodríguez.

Walkie-talkies utilizados antaño por los operarios del servicio.

Hay quien se detiene también a comprobar cómo de la inicial funda de trabajo de la antigua Seragua se ha pasado un uniforme con elementos reflectantes de la actual Aqualia. A los pies de los maniquíes en los que se muestran los atuendos pueden verse también varias tapas de registro de diferentes épocas, a modo de máquina del tiempo. “Es como tener varias décadas en un metro cuadrado”, señalo la visitante Amaya Díez.

Dos tapas de registro de distintas épocas en la ciudad.

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La muestra, que puede visitarse de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 19.30 horas, explica el viaje del agua: desde el embalse de los Alfilorios y el canal del Aramo hasta el grifo. una de las zonas de la sala incluye paneles con diversas noticias y reportajes publicados por LA NUEVA ESPAÑA sobre la evolución del servicio municipal. La exposición, que estará abierta hasta mañana, cuenta con un reto interactivo para todo aquel que quiera aprender más sobre los hábitos del consumo del agua. Asimismo, entre las 12.00 y 13.00 horas se realizan actividades específicas dirigidas a los niños.