"¡La Vega no se vende!", "¡Canteli, Barbón, valió de especulación!" o "¡Las manos fuera de La Vega!". Son algunos de los cánticos que se escucharon este mediodía junto a la antigua fábrica de armas de La Vega con motivo de una concentración en la que tomaron parte más de 200 vecinos y miembros de colectivos sociales y medioambientales para mostrar su oposición al acuerdo alcanzado por Ayuntamiento, Principado y Ministerio de Defensa para convertir los 120.000 metros cuadrados del complejo en zonas verdes, empresariales, culturales y residenciales.

El plan municipal de desviar la entrada desde la Autopista por el interior del complejo para alejar esta arteria de la iglesia de San Julián de los Prados y la intención de construir una torre residencial de 25 pisos de altura fueron los principales focos de la protesta, que apunta al acuerdo entre las tres administraciones como un proyecto "con afán especulador" y pensado para "beneficiar a unos pocos".

"No queremos un rascacielos, queremos espacios públicos", indicó Abel Bobes, un vecino de Pumarín que mostró su descontento con las políticas del presidente del Principado. "Adrián Barbón es todo hablar y prometer, pero nunca hacen nada", dijo en referencia al proyecto de un polo sanitario, recordando que el antiguo HUCA "todavía está abandonado".

Los asistentes hicieron un pequeño recorrido por el perímetro de la fábrica desde la entrada principal hasta Ángel Cañedo, donde celebraron un asamblea con la intención de organizar movilizaciones. "Esto llevará tiempo y necesitará de muchas iniciativas, pero hoy a pesar de ser malas fechas hay mucha gente", dijo, micro en mano, Diego Díaz, en el ámbito de una concentración que contó con una nutrida representación de Podemos, encabezada por la portavoz de Somos, Ana Taboada.