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La Corporación de Oviedo aparca sus diferencias para arropar a los niños saharauis

Gobierno y oposición, salvo Vox, reciben a los participantes en el programa "Vacaciones en paz"

El alcalde de Oviedo recibe a los niños del Sáhara en el ayuntamiento. MIKI LOPEZ

Acompañados de una bandera saharaui y una enseña de Asturias, un grupo de nueve niños participantes en el programa "Vacaciones en paz", promovido por el colectivo de Amigos del Pueblo Saharaui, visitaron al mediodía de este miércoles el salón de plenos del Ayuntamiento de Oviedo para ser recibidos por el Alcalde, Alfredo Canteli, y varios ediles del Gobierno y de dos de los tres partidos de la oposición: acudieron ediles de PSOE y Somos, estando ausente Vox.

Los participantes en la recepción oficial forman parte de la treintena de niños que este año han podido viajar a Asturias para distanciarse temporalmente de la realidad de los campamentos de refugiados, de las carencias que soportan y de las altas temperaturas que en verano pueden superar los 50 grados centígrados.

Junto a Canteli estuvieron las concejalas de Políticas Sociales, Concepción Méndez y Leticia González, así como el primer teniente de alcalde, Mario Arias, la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, los ediles socialistas Diego Valiño, Marisa Ponga y Lucía Falcón y la portavoz municipal de Somos, Ana Taboada.

Durante el encuentro, el Consistorio reafirmó su compromiso con este programa en el que participa de manera directa merced a un convenio de colaboración a través del cual se aportan 60.000 euros a la asociación de Amigos del Pueblo Saharaui para poder financiar las visitas vacacionales de los niños que el resto del año viven en los campos de refugiados.

Los menores llegaron a territorio asturiano el pasado domingo y participaron en un acto de recepción organizado en el palacio de exposiciones y congresos de Buenavista, el edificio popularmente conocido como el Calatrava, donde se mezclaron las caras de nervios con la alegría y la expectación por lo que les esperaba en el Principado.

El programa iniciado en los años 80 y que ya es un clásico de los veranos asturianos busca, según los organizadores, varios objetivos entre los que se destacan los de dar la posibilidad a los niños de "conocer otras culturas, saber que tienen opciones de estudiar y de mejorar sus vidas", marcadas por el eterno conflicto del Sahara.

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