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La Universidad aprueba el traslado de Minas con solo un voto en contra, el del exrector

Villaverde destaca el apoyo mayoritario a la mudanza y la dirección de la Escuela lamenta que no se tuvieran en cuenta sus alegaciones

Por la izquierda, Jesús Daniel Santos, Pedro Alonso, Ignacio Villaverde y José Miguel Arias Blanco. | Nicolás Fernández

La Escuela de Minas va alejándose, pasito a pasito administrativo, cada vez más de Oviedo para acercarse al campus de Barredo en Mieres. El Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo dio luz verde ayer a la mudanza. Un trámite burocrático que va dejando en bandeja el traslado y que en los órganos internos de la institución académica va encontrándose con relativamente poca resistencia. De los dieciocho votos que estaban en juego, solo hubo uno en contra, el del que fuera antiguo rector de la Universidad de Oviedo, Saniago García Granda, que ya durante su mandato había dado su apoyo a que Minas continuará en la capital asturiana. Su sucesor en el cargo, Ignacio Villaverde, sí que está a favor del traslado, destacó el apoyo "mayoritario" que suscita esta mudanza y se felicitó porque el procedimiento siga su curso. "El objetivo final es la integración de los dos centros y una revisión en profundidad de los estudios de minería en Asturias", aseguró.

No tienen la misma visión en la Escuela de Minas. Su director lamentaba no saber "si los miembros del consejo se habrán leído todas las alegaciones que hemos enviado". El centro, que se opone con uñas y dientes a la mudanza, había alegado que el informe que se presentó a los miembros del Consejo de Gobierno tenía notables deficiencias. Por ejemplo, alegan que no contaba con un informe económico más detallado y tampoco dejaba claro cuál iba a ser el futuro de los laboratorios alojados en el inmueble ni del personal administrativo. "Nos tememos que han aprobado el informe sin haber tenido en cuenta las deficiencias que denunciamos", resalta Iglesias.

La única voz discordante en el Consejo de Gobierno fue la del exrector Santiago García Granda que justificó su decisión asegurando que el traslado "generará importantes desencuentros dentro de la comunidad universitaria y con la ciudad de Oviedo, innecesarios desde mi punto de vista, que seguramente tendrán repercusiones en el futuro de la institución". Y agregó: "Nadie puede cualcular en este momento con la información que tenemos las repercusiones económicas y el gasto que esto puede significar para la institución".

Sin embargo, Villaverde justificó el traslado asegurando que se necesita "hacer una reordenación de las infraestructuras. En el campus de Llamaquique la situación es insostenible, hay hacinamiento en sus espacios y urge dar una solución". Parte de los estudios que se imparten en este campus –Matemáticas y Ciencias– se mudarán al espacio que deje Minas en el edificio de la calle Independencia con el objetivo de que la facultad de Formación del Profesorado pueda estirar las piernas y ocupar los espacios que queden libres en su vecindario. Villaverde insistió en que Llamaquique está "más allá de unos límites físicos razonables que limita su capacidad de crecer, es un campus que atiende investigaciones y estudios que hoy tienen un enorme impacto y gran demanda, y el espacio físico les genera problemas serios". Sobre el coste, uno de los asuntos que usa el centro para oponerse a la mudanza, el Rector ya había asegurado que el dinero que habría que invertir sería mínimo.

La dirección de Minas no tira la toalla y quiere continuar dando la batalla. Pasito a pasito también. La intención de la Escuela es la de intentar hacerse oír ante la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). "Entendemos que es un organismo que debería estar informado de lo que está pasando aquí, porque es una agencia que tiene que velar por la calidad de la enseñanza, y este tipo de movimientos no pueden hacerse a la ligera", asegura Francisco Javier Iglesias.

Sobre el desarrollo del Consejo de Gobierno, Arias Blanco explicó que la institución académica había solicitado un informe sobre la mudanza a los 18 departamentos implicados, solo uno de ellos –el liderado por Granda– se manifestó abiertamente en contra. El resto ofrecieron muy poca resistencia. Hubo siete que realizaron sugerencias respecto a los recursos y al equipamiento del que deberá disponer el campus de Barredo para ser la nueva casa de Minas. La dirección de la Universidad de Oviedo también está convencida de que el cambio de aires le vendrá bien a la escuela.

Al cambio de sede le restan dos trámites: el Consejo Social y el Gobierno regional

Con la luz verde ayer del Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo, el traslado de la Escuela de Minas de Oviedo a Mieres solo está pendiente de dos trámites administrativos más. El siguiente paso tendrá lugar en septiembre cuando la mudanza se someterá al escrutinio del conocido como Consejo Social en el que está representado parte de la sociedad civil asturiana, como la patronal, los sindicatos y los partidos políticos. Ese será el penúltimo pasito burocrático. El definitivo lo tendrá que dar el Consejo de Gobierno del Principado, que será quien tenga la última palabra sobre la mudanza. Aunque por las manifestaciones de alguno de los miembros del Principado, parece que no va a oponer demasiada resistencia. El vicerrector de gestión académica de la Universidad de Oviedo, José Miguel Arias Blanco, aseguró ayer tras conocer la decisión del Consejo de Gobierno universitario que "ya queda menos para dar término a la decisión de la fusión de los centros de la Escuela de Minas de Oviedo y Mieres". De manera intermedia, habrá algo más de burocracia. "Habrá que cambiar la adscripción de los estudios que se imparten en Minas en Oviedo para que pasen a la Politécnica de Mieres", destacó. Entre las ventajas de la fusión, Arias Blanco destacó que se logrará una "mayor coordinación entre los estudios de grado de ambos centros al juntarlos en una única localidad, una mayor coordinación con los másteres y el desarrollo de nuevos programas. La concentración permitirá mejorar la visibilidad de estos estudios y una mejor proyección nacional e internacional y disponer de recursos más modernos que los que tiene ahora la Escuela de Minas". La previsión con el que trabaja la Universidad de Oviedo es que los primeros estudiantes de Minas se incorporen al campus de Barredo en Mieres para el curso 2023-24. Es decir, dentro de un año.

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