Las visitas turísticas a la torre gótica de la Catedral de Oviedo dieron este lunes el pistoletazo de salida. Fue a las 10.30 horas cuando un primer grupo de una docena de personas realizó el ascenso de los 184 escalones para llegar hasta el cuerpo renacentista y la aguja de la torre, donde pudieron disfrutar de una magnífica panorámica de Oviedo. La mejor vista de la ciudad. Durante el día otros cuatro grupos llevaron a cabo esta nueva experiencia, llegando hasta un total de 84 asistentes en esta primera jornada, todo un éxito.
El ascenso, equivalente a un edificio de 15 pisos, se hace con dos paradas –en el cuerpo de contrapesos y en el cuerpo de campanas y el reloj– antes de llegar al cuerpo renacentista. Ese punto más alto fue lo más alabado de la visita. Además de las privilegiadas vistas de la ciudad, también causó furor la aguja calada de la torre, con la que los visitantes se hicieron el que puede convertirse en el selfi de moda: desde abajo, situando el móvil (o la cámara) en el suelo, y con el espectacular remate de la torre de fondo. «Queda una foto muy representativa y muy bonita, se lo he dicho a la gente que ha venido hoy y a todos les encantó la idea y se la quisieron hacer», explica Jennifer Puertas, coordinadora de actividad cultural de la Catedral, tras concluir esta primera jornada de visitas, que califica como «un éxito»: «Ha venido gente de todas las edades y todos salieron encantados».
Entre los ovetenses había ganas de que esta parte de la Catedral se inaugurase, ya que varios de los participantes en esta primera visita llevaban bastante tiempo esperándolo. Es el caso de Soledad Pozuelo: «En cuanto se abrió me apunté, me hacía mucha ilusión, para mí venir a la Catedral siempre es especial, y me parece muy importante completar por fin la experiencia con esta torre gótica». La acompañaba su hermano, Gregorio Pozuelo, que también aplaude la idea y considera «espectacular» esta actividad cultural: «Espero que haya llegado para quedarse y que se pueda visitar durante mucho tiempo. Es una experiencia para repetir, la visión que se tiene de Oviedo desde arriba es espectacular».
También Elio Soria, estudiante de 22 años de Filología Clásica, estaba pendiente de poder reservar su plaza para ser de los primeros en subir a la torre gótica. «Tenía mucha curiosidad y ganas de ver cómo era por dentro y de estar arriba del todo», asegura. Su madre, Lucía Fernández, le acompañó en la visita, que también le hacía mucha ilusión realizar: «Siempre me ha encantado ‘La Regenta’ y me parece una bonita experiencia contemplar nuestra ciudad desde ahí arriba tal como se cuenta en el libro».
Las espectaculares vistas no son el único aliciente de la visita a la torre gótica, en la que los participantes pueden contemplar desde una exposición de los moldes de gárgolas que realizó el equipo de restauración de Menéndez-Pidal, en el cuerpo de contrapesas, hasta los numerosos grafitis que hay en las paredes de la sala de campanas, algunos de ellos escritos en el siglo XIX. También se muestra la maquinaria del reloj fabricado por Ramón Durán en 1787 y las siete campanas –que si la visita coincide a las horas en punto se podrán escuchar desde dentro de la torre– entre las que destaca la Wamba, fabricada en 1219 y que es la más antigua en funcionamiento de toda España.
Antes de comenzar el ascenso, el médico Javier Portilla hizo una serie de recomendaciones a los visitantes para que no hubiese ningún incidente. «Es muy importante acudir con calzado cómodo y pisar bien para no tener sustos en los tobillos. Además, si se baja muy deprisa, al ser una escalera bastante estrecha, puede producirse sensación de mareo», explicó. Tanto la subida y la bajada se hacen sin mayor complicación si se siguen las indicaciones dadas: la obra realizada en el interior de la torre para activar estas visitas turísticas ha permitido que, además del pasamanos pétreo original, haya también una barra metálica en el medio de la escalera para poder agarrarse con ambas manos si es necesario.
Los asistentes alabaron la buena organización de la visita y agradecieron que se hiciera con un número reducido de personas: no más de 20 por turno. «No hay aglomeraciones de personas, el acceso es fácil y está muy bien dirigido por las guías. La visita se hace de forma cómoda y con tiempo para disfrutar de todo», afirmó el ovetense Antonio Menéndez.
La subida ala torre no solo atrajo a un público local: también hubo visitantes extranjeros, como Luna Hidalgo, joven brasileña que está de vacaciones en Asturias este verano y se enteró de esta apertura por la prensa. «Ya visité la Catedral el otro día pero al saber que iban a abrir la torre no dudé en venir también a conocerla, me parece un lugar impresionante», señaló. Por su parte, a Esther di Leo y Eleonora Botticelli, de Florencia (Italia), les coincidió la apertura de la torre con su presencia en Oviedo para iniciar el Camino Primitivo: «Empezamos este martes la peregrinación hasta Santiago y estamos aprovechando para conocer la ciudad, estamos encantadas de la casualidad de que justo empezaran las visitas a la torre».
Los ovetenses ya pueden presumir orgullosos de este nuevo tesoro de su ciudad, como hizo ayer Marcos Montoro con su novia Idoia Estudillo, natural de Huesca. «Soy de Oviedo de toda la vida y me hace mucha ilusión que ya se pueda visitar y enseñárselo a ella», afirmó Montoro. La pareja reside en Fráncfort pero se encuentra de vacaciones en Asturias. «Ver la maquinaria del reloj y las siete campanas me ha encantado; se nota que hay un trabajo increíble de restauración y conservación en cada uno de los detalles de la torre», destacó Idoia Estudillo.
La visita tiene una hora de duración y se hace en compañía de dos guías, que resuelven las preguntas de los asistentes y hacen una breve explicación de las distintas estancias. «Empezamos a preparar las visitas mientras se realizaban las obras, lo que nos ha permitido poder empezar ya con ellas», explica Carmen Labra. La coordinadora, Jennifer Puertas, considera que la apertura de la torre «es un paso muy importante para la gente que trabajamos en la Catedral, queremos que la gente disfrute de esta experiencia y viendo las caras de este primer grupo de visitantes creo que hemos conseguido nuestro objetivo».
