"Todavía no se han calculado todos los daños ocasionados, pero el destrozo es bastante llamativo", afirma el Vicerrector de Estudiantes, Alfonso López Muñiz, sobre los efectos provocados por el derrumbamiento de la terraza interior del primer piso del número 16 de la calle Sacramento el pasado miércoles. El desplome de toda esa estructura, además de afectar a la academia de baile que se encuentra inmediatamente debajo, también impactó en esta instalación perteneciente a la Universidad de Oviedo. Concretamente, la zona dañada se corresponde con el archivo y el almacén del Vicerrectorado, al que se accede por la calle González Besada, pero cuyo archivo se estira a través de una de las naves del patio interior. Al colapsar, parte de los pilares de hormigón y de la fachada de la terraza impactaron sobre el tejado de chapa y la cubierta de la estancia.
En la Universidad de Oviedo explican que ya han realizado el informe correspondiente para dar parte a la compañía de seguros de la comunidad de vecinos. "Estamos a la espera de recibir respuesta, pero contamos con que sea pronto para que empiecen las obras cuanto antes y no haya más destrozos", afirman fuentes de la institución. Inciden en que lo más importante en primer lugar es desescombrar: "Hay que proceder cuanto antes a la retirada de los escombros, no solo para poder hacer una valoración total del daño producido, sino también para evitar que se produzca más". Temen que al haber todavía restos de material sobre el tejado del archivo, el techo pueda vencer de nuevo, o que el pilar de la terraza que ha quedado en pie acabe cayendo también sobre su tejado. Por eso esta zona se encuentra precintada desde el día del suceso y nadie puede acceder a la parte del archivo.
"Cuando se pueda acceder a la zona, lo primero será apuntalar y estabilizar; y se pondrá un toldo sobre el tejado para que la lluvia no siga ocasionando más desperfectos", informan. Creen que la lluvia de estos días puede haber contribuido a dañar material en el interior del archivo.
"Ahora mismo hay un orificio enorme en el techo y está toda esa parte llena de escombros, con las estanterías volcadas unas sobre otras", explica López Muñiz. El Vicerrectorado de Estudiantes se encuentra en la calle González Besada 13, y esta extensión del edificio –correspondiente a ese archivo y almacén– se prolonga hacia el patio interior en el que ocurrió el derrumbe. Fue la única parte del edificio universitario que se ha visto afectada, el resto de la estructura del inmueble está intacta.
"Ahí se guardan todos los documentos, papeles, expedientes, títulos y demás información histórica que gestionamos en el Vicerrectorado de Estudiantes; todos los procesos de años anteriores", explica López Muñiz, que aclara que la mayor parte de esta documentación está informatizada: "El trabajo diario que hacemos aquí no se ha visto afectado por el incidente, seguimos trabajando igual". No obstante, el Vicerrector también apunta que, hasta el accidente, "a diario entra gente en esa sala, en busca de papeles o documentos y también tenemos ahí la sala de reuniones, unos pocos metros antes de la zona dañada".
Y, además de archivo, también les ofrece servicio de almacén. "Ahí guardamos hasta los folios para las fotocopiadoras e impresoras", añade el Vicerrector. Por tanto, respira aliviado por la hora a la que se produjo el incidente –a las siete de la mañana– ya que eso evitó que hubiera que lamentar daños personales. Todo el material que es de utilidad para el correcto funcionamiento del Vicerrectorado fue evacuado el mismo día del derrumbe, antes de que se precintara la sala.
