Los conciertos de San Mateo están dando para mucho. El martes el tridente de artistas invitados, «Nancys Rubias», «La Casa Azul» y «Fangoria», comenzaron tarde su actuación. A partir de entonces, todo mal. El retraso ocasionó que los últimos en tocar, Alaska y lo suyos, no pudiesen hacer su actuación al completo pues había que terminar a la una de la mañana. "Nos quedamos sin hacer las últimas canciones. Cuando encendieron las luces del público pensamos seguir, pero no pudo ser porque nos hubieran cortado el sonido", comentó la cantante.

Otros que dieron el cante fueron "Nancys Rubias". Se subieron los primeros al escenario. Mario Vaquerizo, su hermana Marta y compañía, demostraron que tampoco hace falta saber tocar un instrumento, ni siquiera cantar, para poner a bailar al público. Sirva la frase de Vaquerizo al empezar el concierto para imaginarse el resto: «Es un placer volver a casa después del año que viene. Viva San Lorenzo». Daba igual. Cuando sonaba «El rey del Glam» (Alaska y Dinarama) , «Mi vida rosa» (Romeos) o «Causa y efecto» (Paulina Rubio), no importaba que una guitarra Grestch de 3.500 euros solo sirviese para dar un "La" eterno y mal puesto o que la batería poco tuviese que ver con lo que sonaba. El público es soberano y bailaba.