«Florentino Pérez ha hecho del Real Madrid auténtica marca España a través de una Fundación que genera ilusión y difunde por el mundo los valores del deporte más practicado en el planeta». Así habló ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el jinete olímpico Cayetano Martínez de Irujo Fitz-James-Stuart, presidente desde el año 2017 de la Cátedra de Cultura Iberoamericana y Deporte de la Asociación Iberoamericana de la Comunicación (Asicom), que entregó ayer en Oviedo sus premios anuales, uno de los cuales ha sido para la Fundación Real Madrid.

Con ese motivo, el Club Prensa Asturiana, repleto de universitarios, acogió las conferencias previas a la entrega de los galardones, en las que intervinieron el embajador de la Fundación Real Madrid, Ricardo Gallego y el director y productor de cine Gerardo Herrero.

Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona y conde de Salvatierra, Grande de España e hijo de Cayetana Fitz-James Stuart, la difunta duquesa de Alba, se mostró encantado de regresar a su cita anual con Asicom y con Oviedo. «Quiero dar la enhorabuena a la Fundación del Real Madrid por esos valores que promueve, que son los del deporte», indicó el presidente de la Cátedra, antes de dar paso a Félix González, director de Relaciones Institucionales de la Fundación, que la Fundación que destacó el 25 cumpleaños que celebra la entidad en 2022. «Queremos trasladar a los niños valores como el trabajo en equipo y la superación», explicó Félix González en una mesa en la que también se encontraba el exfutbolista Ricardo Gallego, embajador de la Fundación del equipo blanco, así como Carlos Fernández Collado, presidente de Asicom, y Laura Galguera, su vicepresidenta. «La Fundación trabaja en cooperación al desarrollo e inclusión social y llega a unas 80.000 personas el año de 90 países, a través de sus escuelas deportivas», matizó Gallego. «Nuestro objetivo es mejorar la vida de las personas; nos resulta difícil explicar cómo funcionan los proyectos, pero se entiende muy bien cuando ves la cara de felicidad de esos niños que no tienen nada, y la de sus familias», remarcó Gallego, que también dejó claro que el objetivo de la Fundación no es buscar nuevos talentos para los equipos del club merengue. «La forma de trabajar en el Madrid se transmite de generación en generación. Hasta que no dejas de ser jugador no te das cuenta de lo importante que es la labor de la Fundación».

El público de universitarios que llenó ayer el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. | Miki López

A través de las escuelas deportivas, la fundación Real Madrid es capaz de entrar en barrios de maras en zonas marginales de América a las que no accede la policía. «Ese es el gran poder del fútbol; por eso estamos muy agradecidos por este premio que reconoce nuestra labor», aseguró Gallego, que jugó 9 temporadas en el Real Madrid, fue 42 veces internacional con la selección española, y logró el ascenso a Primera con el Rayo Vallecano en la temporada 1991-92, la última que jugó como profesional.

«La Fundación Real Madrid es un orgullo para todos nosotros y queremos estar siempre cerca de los niños, que son los que más nos necesitan», señaló Gallego, que también resaltó el compromiso con el trabajo en equipo, alma del fútbol.

«La Fundación es realmente el alma del Club», remarcó Ricardo Gallego, que bromeó con el hecho de que nació muy cerca del estadio del Atlético de Madrid, aunque sus triunfos los cosechó en el Santiago Bernabeu.

«La Fundación canaliza la acción social del equipo en el marco de su responsabilidad social corporativa. Es una entidad sin ánimo de lucro que desarrolla proyectos sociodeportivos en el ámbito de la educación, la integración de colectivos en riesgo de exclusión y la cooperación al desarrollo», añadió.

El objeto fundacional es fomentar los valores positivos y educativos del deporte de equipo, fútbol y baloncesto fundamentalmente, entre menores y jóvenes (de ambos sexos), así como entre colectivos en riesgo de exclusión o desventaja social, para contribuir al desarrollo integral de su personalidad.

Gerardo Herrero: "Es una suerte hacer cine para toda Iberoamérica"

El director y productor de cine Gerardo Herrero, durante su conferencia de ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. | Miki López

 Iberoamérica fue la gran protagonista en la conferencia impartida ayer por el director y productor cinematográfico Gerardo Herrero, dentro de la Cátedra de Cine de Asicom. El cineasta, que ha sido premiado este año por la Asociación que preside Carlos Fernández Collado, abogó por mantener una colaboración más estrecha entre todos los países que conforman la comunidad iberoamericana, incluido Portugal, y consideró «una suerte poder hacer cine para ese amplio espectro de personas que comparten idioma y rasgos culturales».

Él mismo lo ha demostrado a lo largo de su trayectoria. Tras licenciarse en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, su ciudad natal, fundó, con Javier López Blanco, la productora Tornasol Films en 1987; desde entonces, ha realizado más de 160 producciones, entre ellas 50 coproducciones iberoamericanas. Algunos fragmentos fueron ayer proyectados por Herrero en el Club Prensa Asturiana y entre ellos no faltó «La boda del lobo», del peruano Francisco J. Lombardi. Aunque el primer éxito de crítica lo obtuvo con «Guantanamera» (1995), de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, una película rodada en Cuba. «Malena es un nombre de tango» (1996), fue su debut como director. En 1997 rodó «Territorio comanche», basada en la novela de Arturo Pérez-Reverte. Herrero, que en la actualidad trabaja en varias series de televisión, fue presentado por Laura Galguera, vicepresidenta de Asicom, y Miguel Ángel Benzal, director general de EGEDA, la Sociedad de Servicios para los productores de España.

Enrique Iglesias y los desafíos mundiales, hoy


Enrique Iglesias, presidente del Consejo Iberoamericano para la Productividad y la Competitividad, hablará esta tarde a las 19.30 horas en el Club Prensa Asturiana, sobre los nuevos desafíos actuales. Iglesias ha sido presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982.