Enrique Valentín Iglesias García (Arancedo, El Franco, 1930), economista, político y escritor uruguayo de origen asturiano, lleva a Iberoamérica inyectada en vena. Lo dejó de manifiesto de nuevo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, donde habló de los nuevos desafíos que enfrenta al mundo y aprovechó para reclamar un relanzamiento de las relaciones entre la Unión Europea y la América que habla español y portugués.

«América Latina debe ser un aliado preferente de Europa», indicó el actual presidente del Consejo Iberoamericano para la Productividad, que presidió el Banco Central del Uruguay, fue ministro de Relaciones Exteriores de su país, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y secretario general de la Secretaría General Iberoamericana.

«España y Portugal tienen una gran responsabilidad y considero que la Presidencia española de la UE en el segundo semestre de 2023 será una gran oportunidad para estrechar esos lazos», recalcó.

El doctor Iglesias, que está escribiendo sus memorias y recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982, mostró gran preocupación por el escenario inflacionista que se cierne sobre Europa y América, que será especialmente problemático al otro lado del Atlántico, por la dependencia comercial de las materias primas.

«Esta situación no es buena para avanzar; nos enfrentamos a años de estancamiento y lo cierto es que contra la inflación no existen recetas mágicas», señaló Iglesias, que este martes recibió en Oviedo el premio que otorga la Asociación Iberoamericana de la Comunicación (Asicom), y fue presentado por Pedro Sánchez Lazo, presidente de Tribuna Ciudadana, y Enrique Álvarez-Uría, directivo de la entidad.

«La calidad de la política y de los partidos políticos es importante también porque es la esencia de la democracia», recalcó Iglesias, que puso como ejemplo Uruguay, donde desde 1830 existen partidos que se turnan en el poder. Precisamente su nombre sonó como candidato a la Presidencia, algo que no llegó a producirse porque, al igual que ocurre en Estados Unidos, la constitución uruguaya no permite ser candidato a los no nacidos en el país. «Nunca pretendí ni esperé que se cambiase la constitución por mí; la verdad es que me siento muy orgulloso de haber nacido en Arancedo y también de ser uruguayo», matizó Enrique Iglesias, una de las figuras más respetadas en el contexto iberoamericano. A su juicio la «Pax americana», instaurada en 1945 con el final de la II Guerra Mundial, se acabó en 2020 con la pandemia y un panorama en el que destaca el duelo entre Estados Unidos y China. «Fue un largo periodo fructífero en el que se creó la ONU, que reflejó el desarrollo de esos grandes valores del mundo occidental y dio a conocer a todo el planeta el concepto de solidaridad», resaltó Iglesias en el acto, realizado con la colaboración de Asicom y Tribuna Ciudadana.

Caroline Lamarche, autora de “L’Asturienne”, hoy, en el Club Prensa Asturiana

M. Bango

El Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA recibe hoy, a las 19.30 horas, a la escritora belga Caroline Lamarche, autora de «L’Asturienne», un relato editado en Bruselas en 2021, donde entreteje la historia familiar con la de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCA), que guarda en Arnao un amplio archivo bajo la custodia de Alfonso García, uno de los protagonistas del libro. Lamarche, nieta de Paul Laloux, último presidente de la familia que estuvo al frente de la RCA, encontró casi por casualidad, después del fallecimiento de su padre, un arcón con todos los archivos y la correspondencia familiar en la casa de sus ancestros en Lieja (Bélgica). Adolphe Lesoinne, fundador de la Escuela de Minas de Lieja, descubrió en 1833 en Arnao (Castrillón) la mina de carbón que fue la primera en explotarse profesionalmente en Asturias y que hoy es un museo. Veinte años después, su sobrino, Jules Hazeur, impulsó la puesta en marcha de la fábrica de zinc también en Arnao, cuyo desarrollo a lo largo del siglo XIX la convirtió en una multinacional con intereses en Europa, África y América. El momento de mayor esplendor de la RCA tuvo lugar en el siglo XX con Louis Hazeur, hijo de Jules, al frente de la compañía que tenía su sede social en la avenida Gabriel de París, cerca del Arco del Triunfo. En 1980, la RCA fue absorbida por Asturiana de Zinc (AZSA). Lamarche charló ayer con los alumnos de francés en la Universidad de Oviedo sobre su obra literaria, muy reconocida en Bélgica y en Francia, donde es premio «Goncourt» de relatos. Hoy dará a conocer el libro sobre la Real Compañía, que aún no está traducido al español, con Alfonso García y el escritor Ricardo Menéndez Salmón. El acto se realiza en colaboración con el departamento de Filología Inglesa, Francesa y Alemana de la Universidad de Oviedo.