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Kantorow, sueño de juventud en el Auditorio

El pianista francés, encumbrado con el premio "Tchaikovsky" en 2019, inaugura mañana las Jornadas de Piano con un recital de Liszt, Schumann y Scribain

Alexandre Kantorow, en una fotografía promocional. Sasha Gusov

Alexandre Kantorow tiene 25 años y una carrera meteórica como pianista que no ha hecho más que crecer en las últimas temporadas, después de que se conviritiera, en 2019, en uno de los pocos músicos franceses en ganar el prestigioso premio "Tchaikovsky". La crítica se ha rendido a su virtuosismo y a ese aire de ensoñación romántica, muy acorde con el recital que ofrecerá mañana en el Auditorio Príncipe Felipe (20.00 horas, 10-12 euros), con obras de Liszt, Schumann y Scribain.

Kantorow, que con su recital inaugura el ciclo de las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni", patrocinadas por LA NUEVA ESPAÑA, ha sido calificado por la prensa especializada como "el Liszt redivivo" o "el joven zar del piano". Con toda una carrera por delante, él se sacude un poco las etiquetas y encara grabaciones y conciertos con la misma ambición y entusiasmo que le llevó a luchar por el premio Tchaikosky cuando su trayectoria ya había empezado a tener reconocimiento.

Se puede decir que Alexandre Kantorow, hijo del director de orquesta Jean Jacques Kantorow y de una violinista, ya estaba predestinado a esta vida, aunque no tanto. Había un miedo en casa, ha dicho, de criar a un "hijo de músicos". Fue la madre la que le aportó las primeras enseñanzas musicales, aunque sin presión. Vivía rodeado por el trabajo de sus padres y el piano, en casa, fue, primero un juguete antes de convertirse en su instrumento. Probó antes el violín, pero su mente, más aficionada a la lógica y las matemáticas, encontró mejor acomodo en las teclas blancas y negras. Con doce años empezó a estudiar con un profesor ruso, Igor Lazko. Él le dotó de una técnica impropia de un músico francés y forjó su vocación de convertirse en profesional. Esa forma de tocar el piano como un ruso llamó, mucho después, la atención de Rena Shereshevskaya, su preparadora para la competición Tchaikovsky.

Toda esa trayectoria le ha llevado a grabar, entre sus primeros trabajos, a los pianistas rusos (también Rachmaninov, Stravinsky, Balakirev), y, después, a afrontar los conciertos de Saint Saëns con su padre, para el sello BIS, donde también tiene registros de Brahms o Listz.

En los últimos diez años, a pesar de su juventud, ha trabajado con las principales orquestas del mundo y regularmente con Valery Gergiev y la Orquesta Mariinsky. Sus próximos compromisos incluyen conciertos con la Orquesta de París, Staatskapelle Berlin, Royal Philharmonic Orchestra, Philharmonia Orchestra, Royal Stockholm Philharmonic, así como giras con la Orquesta Nacional de Toulouse, Budapest Festival Orchestra y la Filarmónica de Múnich. Ha ofrecido recitales en las principales salas de conciertos, como el Royal Concertgebouw de Ámsterdam, Konzerthaus de Berlín, Philharmonie de París, o Konserthus de Estocolmo, así como en los festivales de piano más prestigiosos.

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