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Oviedo hace empresa

La empresa en la que todos son sus propios jefes

Codesai es una de las pocas cooperativas de informáticos del país y sigue un modelo asambleario en el que todos mandan por igual

Por la izquierda, Toño de la Torre, Daniel Ojeda, Manuel J. Tordesillas, Miguel A. Viera, Alfredo Casado, Manuel Rivero, Rubén Díaz y Fran Reyes. | FERNANDO RODRÍGUEZ

El trabajo cooperativo suele asociarse con el mundo agrario o del transporte, donde estas formas de hacer empresa –con unas estructuras más horizontales– están muchísimo más extendidas desde hace ya bastantes décadas. Pero un grupo de informáticos agrupados por el ovetense Toño de la Torre encontraron en esta forma de entender el mundo empresarial su razón de ser. Son ocho y ninguno quería mandar, pero todos mandan por igual. Cada uno vive en un sitio de España (Oviedo, Cataluña o Canarias), aunque su sede está en la capital asturiana, que es donde se encontraron unas mayores facilidades para dar rienda suelta a su idea. Funcionan de forma asamblearia: si a uno le falta carga de trabajo, se le ayuda a buscarla; si otro tiene un problema de salud, los demás lo cubren. "Buscábamos un modelo de empresa que se adecuara a lo que queremos", señala De la Torre. ¿Qué era lo que querían? "Veíamos la cooperativa como un sistema muy asambleario y era eso lo que nos gustaba, que fuera muy horizontal que los miembros pudieran entrar y salir; libertad, que no hubiera reglas, flexibilidad de horarios...". Y lo consiguieron. Todo al abrigo de Codesai, que así es como se llama esta cooperativa. En la capital encontraron la mano amiga de la asociación Asata para dar el salto.

La compañía se dedica a ofrecer servicios informáticos, desarrollan "software". Es decir, programas. Así, sin hacer demasiado ruido, trabajan para algunas de las grandes empresas del país. "Nosotros ayudamos a que sus departamentos informáticos sean mejores, dándoles experiencia, formación o echándoles una mano con algún proyecto en concreto", apunta De la Torre. Un ejemplo: "Ahora mismo estoy colaborando con una compañía de venta de pisos y le ayudo a mejorar el negocio; otro compañero está trabajando para una gran empresa textil...". Son algo así como la mano amiga de los departamentos informáticos.

La compañía nació de la necesidad. "Un compañero se vio que tenía que sacar adelante un proyecto y llamó a varios de los que trabajan en el sector que estaban como autónomos", apunta el ovetense. Era 2015 y aquel proyecto en concreto duraba un año, pero a todos les picó el gusanillo y decidieron repetir la fórmula que, aseguran, había funcionado bien aquella primera vez. El germen de todo fue un proyecto para una compañía canaria de exportación de coches. "Tenían un sistema informático que estaba muy atrasado y querían moverse hacia algo más moderno, con un diseño más mantenible y barato", asegura. En aquellos inicios no eran cooperativa, de hecho, eran una sociedad limitada (S. L.) como las muchas que pueblan su sector. Pero aquello no era su rollo. "No queríamos que hubiera un dueño de la empresa, o tres, o los que fueran y que el resto estuviera por debajo; aquel no era un formato de organización empresarial que se adecuara a nuestras necesidades", apunta.

De la Torre, en Oviedo.

Sistema beneficioso

Así que indagaron y vieron que en Cataluña estaba funcionando ya un sistema de cooperativa informática similar al que han puesto en marcha ahora en Oviedo. Una vez funcionando, vieron que este sistema empresarial tenía unos beneficios adicionales con los que no habían contado de primera mano. "Vimos que la cooperativa tenía beneficios como soporte para ayudarnos entre nosotros; lo que tenemos en la hucha sirve para pagarnos unas camisetas corporativas como la que llevo puesta; para pagar el correo electrónico, pero también sirve para buscar clientes o hacer inversiones", asegura, "hacemos un esfuerzo por lo común, pero es algo que hemos ido viendo con el tiempo, porque al principio cada uno iba más por su lado; ahora ya no".

Así, los ocho informáticos que forman parte de esta cooperativa son, en cierto modo, también consejeros delegados de la misma. Nadie está por encima de nadie. "El asunto de la toma de decisiones es algo en lo que también hemos ido evolucionando. Al principio era por consensos. Luego fuimos yendo hacia algo más blando en el sentido de dejar hacer. Por ejemplo, si alguien veía que podía ser interesante ir a buscar clientes a Reino Unido pues lo podía hacer a no ser que hubiera una clara oposición entre el resto", explica. Salvo algún veto, más relacionados en ocasiones con lo moral que con lo económico o empresarial, la cooperativa ha ido avanzando.

Otra cuestión curiosa es que todos practican un sistema de producción y de organización del trabajo que se denomina "Agile" (algo así como procesos ágiles) y que busca una mayor colaboración, ir paso a paso y permite que el técnico entienda muy bien lo que necesita el cliente. "Es una forma de hacer que los sistemas informáticos sean capaces de transformarse en función de las necesidades de los clientes", apunta. "De eso bebemos, porque no vemos diferentes alturas ni niveles". Todos son sus propios jefes.

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