"Las terrazas a dos aguas no taparían las vistas del Antiguo", dice el edil de Turismo de Oviedo

Quintana considera que la petición de Otea rechazada por Cultura "no perjudica a nadie", y llama a las partes a dialogar para lograr acuerdos

Terrazas hosteleras en el Antiguo.

Terrazas hosteleras en el Antiguo. / LUISMA MURIAS

"Las terrazas a dos aguas en el Antiguo no taparían las vistas del patrimonio, y en el hipotético caso de que pudieran hacerlo, se tendrían que imponer restricciones horarias puntuales para evitarlo". El concejal de Hostelería y Turismo, el popular Alfredo García Quintana, se alineó este miércoles con Otea al ser preguntado sobre la propuesta de la patronal hostelera rechazada por el Principado al objeto de permitir las terrazas desmontables con toldos a dos aguas para favorecer la atención hostelera a turistas y vecinos en los días de lluvia. El edil considera que el cambio normativo "no perjudica a nadie", y llama a dialogar a las partes para "lograr acuerdos" que permitan un cambio en aras del interés general.

Quintana recuerda que la revisión de la ordenanza de terrazas es una competencia de la concejalía de Urbanismo, dirigida por el edil de Ciudadanos Nacho Cuesta, pero desde el área de hostelería son sensibles hacia la petición de la patronal hostelera de mejorar los sistemas de cubrición del mobiliario exterior de los negocios del casco histórico ovetense. "Queremos ser un destino de calidad y las terrazas a dos aguas contribuyen a ese objetivo", apunta el representante del equipo de gobierno, subrayando que este sistema está generalizado en los principales destinos de la vecina Galicia y otros cascos históricos emblemáticos del país.

Si bien el equipo de gobierno municipal hizo suya la petición de Otea en el borrador presentado inicialmente para revisar la ordenanza de terrazas, los reparos puestos por el consejo de Patrimonio a través de un informe emitido a petición del Consistorio sobre el texto, llevaron a la concejalía de Urbanismo a retirar esta medida de su batería de propuestas en el texto que finalmente recibió la aprobación inicial el pasado octubre en sesión plenaria.

Otea decidió entonces dirigirse directamente a la administración regional para buscar algún tipo de fórmula que permita mejorar la cubrición de las terrazas de la zona protegida del Antiguo sin vulnerar la Ley de Patrimonio. La consejera de Cultura, Berta Piñán, esgrimió durante una sesión de control de la Junta del Principado que la negativa de la administración regional a admitir este tipo de terrazas se fundamentó en que las mismas vulneran "el derecho de la ciudadanía a poder disfrutar visualmente del patrimonio".

Desde la concejalía de Turismo y Congresos consideran, al igual que Otea, que ese argumento no tiene el suficiente peso como para privar a la ciudad de la posibilidad de dar un cobijo de mayor calidad para los turistas en los días de mal tiempo. "No taparían las vistas", sostiene Quintana al mismo tiempo que se abre a la posibilidad de compensar ese posible perjuicio mediante el establecimiento de restricciones. Aunque evita concretar, el edil deja entrever que se podrían poner unos horarios más restrictivos para la colocación de estos elementos desmontables, garantizando así el disfrute de las vistas de los atractivos de la ciudad durante buena parte del día.

De momento, tanto Otea como el Ayuntamiento coinciden en que el partido todavía está en juego. El texto aprobado inicialmente se encuentra en la actualidad en periodo de información pública, un tiempo que desde la patronal hostelera aseguran que aprovecharán para formular alegaciones favorables a incluir un sistema de terraza existente en la práctica totalidad del país. Quintana, mientras tanto, se muestra más cauto, aunque indica igualmente que esta fase del procedimiento administrativo está para eso, para presentar las propuestas que las partes consideren oportuno incluir en el documento.

El gobierno de coalición de PP y Cs considera imprescindible sacar adelante esta revisión de la ordenanza con la que pretenden "adaptar a los tiempos" la gestión de los espacios públicos para dar un mayor protagonismo al pujante sector hostelero local, en aquellos lugares en los que las características de las plazas y calles lo permitan. Entre los cambios previstos en el texto está el de permitir a los negocios ampliar la zona de terrazas más allá del ancho de sus fachadas siempre y cuando tengan permiso de las propiedades colindantes. Del mismo modo, la propuesta de nueva regulación incluye la prohibición de arrastrar el mobiliario por las noches y una reducción del horario de terrazas durante los tres primeros días de la semana.

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