Oviedo exprime un puente con aires navideños

La ciudad se vuelca con una oferta de ocio que incluye espectáculos, belenes y patinaje sobre hielo

L. Landázuri

Al compás de los villancicos de siempre interpretados por la banda de gaitas Xácara y acompañado por sus pajes reales, el príncipe Abdeladid, emisario de sus majestades los Reyes Magos, protagonizó este sábado su particular recorrido, desde la iglesia de San Tirso el Real, haciendo las delicias de los más pequeños y de los mayores, que no dudaron en seguirlo, móvil en mano para inmortalizar un momento que marcaba el inicio de una intensa jornada de puente con aires navideños que ayer llenó las calles de la capital.

Caramelos para los niños y una ofrenda floral frente al belén de tamaño natural situado en la plaza de la Catedral, fueron algunos de los presentes que el príncipe tuvo a bien repartir en su camino hacia la plaza de Trascorrales, camino que muchos observaban incluso desde los balcones del Antiguo. "Mi nieta Alba vive en Colloto y cada fin de semana, en Navidad, viene a Oviedo a ver las luces y a tomar chocolate con churros", cuenta Belén González, vecina de la zona.

La plaza de la Catedral fue uno de los principales atractivos gracias a su tradicional mercadillo navideño, en el que un grupo de elfos regalaba globos o pintaba las caras de los niños. "Es el segundo año que venimos y Oviedo está preciosa. Ayer estuvimos en el encendido y nos fascinó", cuenta Aida Brun, acompañada de su hija Elena, de tres años.

Tras recorrer las calles Rúa, Cimadevilla y Calleja de los Huevos, el príncipe Abdeladid culminó su periplo por el Antiguo en la sala de exposiciones de la plaza de Trascorrales, donde visitó el conjunto de belenes instalado por la Asociación Belenista de Oviedo. El gran atractivo de la muestra de este año es el belén asturiano: una recreación del imaginario autóctono de la región al que no le faltaba detalle, incluyendo madreñas, hórreos, la matanza del gochu y hasta una réplica de Mateín. "Es precioso", exclamaban los primeros visitantes que se acercaban a fotografiarlo. "Es nuestro clásico belén asturiano que incluye una capilla con la virgen de Covadonga, en representación de todas las capillas de Asturias", precisa Celestino Cuervo, miembro veterano de la asociación, que invita a los más jóvenes a ser parte de la iniciativa. "Nos hace falta juventud, que se una más gente".

Piezas de autor, piedras colocadas una a una, madera recreada con poliespán y cerca de un año de trabajo hasta dar forma a obras artesanales que, tras ser declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial en junio de este año, aspiran a ser consideradas Patrimonio de la Humanidad.

En su llegada a la sala de exposiciones, el príncipe Abdeladid contempló los belenes expuestos y leyó una carta de sus majestades de Oriente en la que animaba a los pequeños de la casa a "ser buenos para recibir todos los regalos que habéis pedido". Covadonga Díaz, concejala de Festejos del Ayuntamiento de Oviedo, agradeció a la Asociación Belenista que "un año más, nos haya permitido disfrutar de este maravilloso belén". Agradecimiento al que se sumó Mario Arias, teniente de alcalde: "Año tras año, congregáis a más gente y nos mostráis lo mejor del arte".

A lo largo de la mañana, el goteo de curiosos que se acercaban a la sala reparaba en todas las obras expuestas, pero sin duda, el centro de atención era común. "Venimos siempre, nos encanta y el belén asturiano es espectacular, quizá porque nos recuerda a casa", comentan Carmen Fernández y Bernardo Suárez, que acuden a la exposición por primera vez con su nieta Xialane, de tres años, procedente de Laviana . "A ella le está gustando mucho, incluso se hizo fotos con el príncipe", añaden.

Primeras veces desde Laviana o Rumanía. Es el caso de María Regina Tudorache, quien lleva cinco meses en Oviedo y que se estrenó en la Navidad de la capital con el encendido de las luces. "A mí me encanta la Navidad, además, los niños lo disfrutan mucho", indica mientras visita los belenes en compañía de sus dos hijos.

Este puente prenavideño de Oviedo da para mucho, desde contemplar piezas artesanales hasta exhibir dotes como patinador sobre la pista de hielo, otra de las actividades estrella en Oviedo por estas fechas y que una vez más, volvió a demostrar su gran poder de convocatoria. Más de una caída, algún que otro truco protagonizado por aficionados que parecían casi profesionales y risas cómplices entre amigos que se deslizaban por la pista fueron algunas de las escenas que se vieron ayer en el espacio situado en el paseo del Bombé.

Dividido en una zona para principiantes y otra para los más experimentados, la pista cuenta con 60 metros de largo y 25 de ancho que hacen las delicias de todos aquellos que buscan vivir un rato de ocio alternativo. "He venido otras veces y la verdad es que está guay. Pasas un buen rato aunque no se me da muy bien. Ya me he caído dos veces", cuenta Marianelly Coste, habitual de la pista de hielo que desafía a las bajas temperaturas patinando en pantalón corto.

Al reclamo de la pista, se suma este año un imponente tobogán que los más atrevidos se lanzaban a probar. Tres carriles y 30 metros de largo al servicio de la adrenalina. Un circuito de karts, juegos hinchables y un espacio dedicado al fútbol ponen el colofón a una oferta de ocio disponible hasta el 8 de enero.

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Los aledaños del teatro Campoamor acogieron este sábado dos conciertos al aire libre de música coral. A mediodía actuó la Capilla Polifónica "Ciudad de Oviedo" y por la tarde, en medio de una gran expectación, Los Peques del León de Oro. En paralelo, en Uría, El Corte Inglés ofrecía un espectáculo musical para un público familiar.

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