Ariel Brínguez lleva toda Cuba al Filarmónica

El saxofonista conecta con un teatro lleno en un sensacional y nostálgico repaso por la música tradicional de su país

Ariel Brínguez, ayer, durante  el concierto. | |  IRMA COLLÍN

Ariel Brínguez, ayer, durante el concierto. | | IRMA COLLÍN / Rubén Martínez

Rubén Martínez

Rubén Martínez

Fue un sensacional y nostálgico repaso a la música tradicional cubana, previo paso por un filtro jazzístico. Ariel Brínguez conectó ayer Cuba y Oviedo, llenó el teatro Filarmónica de público y les regaló una noche de ensueño evocadora de La Habana que fue tan cosmpolita en los 40 y 50 del pasado siglo. El saxofonista hizo que su actuación girase en torno a su disco "Nostalgia cubana", toda una declaración de intenciones para la gira que le llevó anoche a Oviedo.

Desde el primer momento, el cubano, que lleva ya quince años afincado en España, supo conectar con el público ovetense con ese recorrido que le llevó a las músicas cubanas más conocidas, a través de artistas como Miguel Matamoros y muchos otros.

A la capital asturiana llegó Brínguez con una formación diferente a la de otras fechas de la gira. Se apoyó en Javier Sánchez (guitarra), Pablo Gutiérrez (piano), Rubén Carlés (bajo) y Fede Marini (bateria) para dibujar una noche casi mágica en la que también a ellos les cedió sus momentos protagonismo incluso desapareciendo del escenario en algunas ocasiones.

Sin eludir las dificultades por las que pasa Cuba, Brínguez jugó con la música como elemento de comunicación y de expresión y logró que en diferentes momentos el público corease alguno de los temas. Educado, Brínguez agradeció al Ayuntamiento de la ciudad la posibilidad que le brindó para tocar en Oviedo y lo hizo extensivo al propio teatro Filarmónica. Y, aunque ayer era un noche fría y lluviosa en la calle y el calendario corre ya por diciembre, el cubano, después de una velada de mucho calor musical regaló de propina para la despedida "Un día de noviembre".

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