Expal, con fábrica en Trubia, suministrará explosivos al Ejército de Tierra

J. L. S.

La compañía Expal, con planta en Trubia y que acaba de ser adquirida por la alemana Rheinmentall, acaba de adjudicarse un contrato por valor de 1,3 millones de euros para suministrar material explosivo al Ejército de Tierra. Casi la mitad del presupuesto (unos 600.000 euros) irán para la adquisición de unas 200 armas de demolición rápida, una de las piezas estrella de las desarrolladas por Expal. Se trata de unos equipos muy especializados que suelen usar las unidades de ingenieros.

Otra parte importante de este contrato, unos cien mil euros, estarán destinados a la adquisición de 1.000 unidades de explosivo plástico PG-3, y que se usan para trabajos de perforación o demolición.

Expal reabrió sus puertas hace unos cuantos meses en Trubia –tras haber cerrado durante la pandemia– y está recuperando poco a poco la carga de actividad que tenía antaño. Ahora cuenta ya con una plantilla que supera las sesenta personas y la propietaria está reactivando muchas de las partes de la factoría que habían quedado paradas durante la pandemia. Por ejemplo, el conocido como taller de vainas ya está funcionando a pleno pulmón; mientras que el de proyectiles aún no ha reabierto al completo. La dirección de la factoría fía la reapertura total a la marcha del negocio en los próximos meses.

Corren, no obstante, buenos tiempos para la industria militar. El Gobierno nacional aumentó notablemente el presupuesto que dedica a Defensa y la nueva dueña de Expal, Rheinmentall, ya aseguró tras la compra que su intención era la de mantener la actividad y el empleo en todas sus plantas de España. E incluso está pensando en ampliar su nómina de trabajadores para atender a la creciente demanda.

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