Vida y nacimiento napolitano en la pequeña Trascorrales

El empresario Alejandro Sánchez construye un belén con figuras de la ciudad italiana ubicadas en escenarios que replican la capital asturiana

Alejandro Sánchez, junto al nacimiento. | J. L. S.

Alejandro Sánchez, junto al nacimiento. | J. L. S. / José Luis Salinas

José Luis Salinas

José Luis Salinas

En una plaza de Trascorrales de miniatura están congregados un montón de mercaderes, músicos, vendedores ambulantes, saltimbanquis y casi todo lo que uno se pueda imaginar. Dentro de un portal está el Niño Jesús con sus padres, tal y como manda la tradición. Otra rareza. Son todos napolitanos. No el recién nacido. Todas las figuras. Las más de trescientas que se agolpan para ver al recién nacido. La escena no tiene lugar ni en Trascorrales ni en la lejana Nápoles. Sucede estos días a la entrada de un concesionario de coches de Cerdeño y es fruto del empeño del empresario Alejandro Sánchez, que lleva años montando el belén. Tantos como que dice que empezó con 3 años, haciéndolos de barro junto a su madre.

Vida y nacimiento napolitano en la pequeña Trascorrales

Un detalle del belén. / José Luis Salinas

La afición viene de atrás, y las figuras, de lejos. Sánchez viaja cada año a Nápoles –ciudad que reconoce que le encanta– para comprarlas. "Allí me enamoré de los belenes napolitanos, no hay ninguna figura de aquí, las traigo todas de Italia. Es una disculpa para ir", señala.

En la empresa llevan montándolo unos 25 años. Hacerlo les cuesta tres días de trabajo, tiene que estar todo perfecto. "Están todos los oficios, hay músicos, carpinteros... Es un belén de costumbres y que está muy abigarrado, hay muchas figuras y están muy juntas", asegura. Justo en el centro de la escena hay un puesto de panderetas –evidentemente en miniatura– que, presume Sánchez, están pintadas por pintores asturianos, como Carlos Sierra o Manolo Linares. Bajo el puesto destaca también la plaza de la Catedral. No le falta detalle.

Todas las figuras son de terracota, las articulaciones son de madera y el centro del cuerpo está articulado. Porque una de las características que tienen los belenes napolitanos es que son interactivos. Se acerca a una figura, que representa a una señora y apunta: "Esta es del siglo XIX, pero el vestido que lleva puesto (muy llamativo) está hecho recientemente", explica. El escenario, en el que se incluye la plaza de Trascorrales y parte de la de la Catedral están fabricadas por asociaciones de belenistas de Oviedo. De hecho, estuvo un año expuesto en Trascorrales.

Mezcladas hay escenas de la vida cotidiana napolitana. "Allí tienen la costumbre de subir la compra con unas cuerdas", explica. Eso mismo está representando en las proximidades del lugar donde descansa el Niño Jesús.

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