La hostelería ovetense toma aire

"Oviedo está lleno de vida, están siendo unas fiestas de 5 estrellas". El presidente de la Ruta del Oviedo Antiguo, Casto Luis Fano, resume así el balance de unas celebraciones navideñas que, a falta de la cabalgata y el Día de Reyes, están siendo, al menos para la hostelería, un rotundo éxito. La recuperación de la normalidad tras las restricciones sanitarias de los últimos años y el éxito de reservas durante los dos últimos lunes festivos han supuesto un revulsivo para un sector todavía tocado por los efectos de la pandemia y amenazado seriamente por la elevada inflación de los últimos años.

El último fin de semana ha seguido la buena tendencia del anterior. "Los negocios coinciden en que ha sido una muy buena Nochevieja, un gran Año Nuevo y con una previsión muy positiva de reservas para el lunes festivo", explica el presidente de la junta hostelera local de Otea en Oviedo, David González Codón, subrayando que, a pesar de que muchos negocios decidieron descansar en alguna de las jornadas festivas, los días que abrieron registraron grandes niveles de ventas.

Las ganas de celebrar elevaron el consumo en todo tipo de establecimientos. Los multitudinarios vermús llenaron a diario desde el viernes las terrazas hosteleras del Antiguo y otros puntos de referencia como la avenida de Galicia. Las sidrerías y restaurantes se encontraron con una gran afluencia de público durante todas las jornadas en las que subieron la persiana y las barras de los bares se llenaron durante muchas horas.

Los bares de copas consolidan su recuperación con «una caja «espectacular» en Nochevieja

De todos modos, la mayor satisfacción se la llevaron en los bares de copas. La meteorología, más propia del verano que de finales de diciembre, ayudó a que la primera Nochevieja sin restricciones desde 2019 se desarrollase con unos resultados propios de los mejores años anteriores a la pandemia. "Estuvo todo de lujo, hubo mucha gente, nada de movidas e hicimos una espectacular caja", explica Ceferino Verdasco, titular de un local de ocio nocturno de la calle Mon.

Los cotillones y fiestas cerradas permitieron igualmente a muchos negocios relanzar sus ventas. También hubo numerosas cocinas de locales hosteleros que trabajaron para despachar toneladas de menús para llevar, una tendencia al alza para las reuniones familiares que se celebran durante estas fechas.

En zonas como la Ruta de los Vinos, los lunes festivos fueron los días de mayores ventas. "Los días de Año Nuevo y Navidad la gente apenas sale por la mañana, pero eso se notó para bien en los días siguientes", declara el presidente de la asociación hostelera de la zona, Joaquín Trigueros, quien atribuye gran parte de la culpa del gran ritmo de ventas durante esos días al atípico buen tiempo registrado durante las fechas recientes.

Si bien los aluviones de gente llegaron en las fechas más remarcadas y los días de resaca no laborables, los hosteleros coinciden en que la tendencia está siendo buena desde el pasado día 2 de diciembre, cuando el encendido de la iluminación navideña congregó a miles de personas en las inmediaciones de la calle Uría para ver cómo el alcalde, Alfredo Canteli, pulsaba el botón con el que la ciudad se ponía en modo festivo.

La amplia programación comercial e infantil parece estar teniendo muy buena acogida. El mercadillo de temática navideña ubicado entre las plazas de la Catedral y Porlier cuenta por miles sus visitantes semanales, mientras que el complejo de ocio infantil instalado en el paseo del Bombé del Campo San Francisco está teniendo también un gran tirón. A ello se suman iniciativas como el festival de villancicos callejeros, las proyecciones de luz en la plaza del Ayuntamiento, el tren turístico o el Navibús que recorre a diario la iluminación navideña de las calles. "Hay una amplia oferta de actividades que está teniendo buena acogida por el público familiar", coinciden los representantes de los principales colectivos hosteleros de la capital asturiana.

Cautela

A pesar de estos buenos resultados, desde el sector prefieren no lanzar las campanas al vuelo, pues son muchos los que temen un frenazo del consumo tras el esfuerzo extra realizado para disfrutar de las primeras fiestas navideñas de la normalidad. "La economía doméstica está tocada por la subida de los precios y el invierno puede hacérsenos demasiado largo", comenta un hostelero del Antiguo, advirtiendo de la tendencia a la concentración del consumo hostelero en "fechas puntuales".

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