Con máxima urgencia, tal y como habían exigido por registro los vecinos más amenazados por un posible colapso de la estructura, el Ayuntamiento acaba de declarar la «ruina inminente» del edificio de la calle Ildefonso Martínez (también Salsipuedes) cuya cubierta se vino abajo en la noche del jueves de la semana pasada. La declaración incluye la orden para demoler ya lo que queda del inmueble, una vez que Cultura lo autorice.
El número 14 de esta calle, anexo a una parcela con otro edificio similar que ya tuvo que ser demolido, acumulaba varios informes municipales en los que se alertaba de su «lamentable estado» y del «riesgo inminente de su colapso incontrolado», explica el expediente municipal que declara la ruina. La técnica, tras el desplome del tejado de la semana pasada, concluye: «El colapso incontrolado ha ocurrido y ahora el riesgo ha dejado de ser inminente y se ha transformado en cierto».
Ese riesgo cierto es el que los vecinos del bloque que hace esquina en la calle San José y sigue por la plaza del Paraguas, una comunidad con ochenta residentes, llevaban denunciando en sucesivas visitas al Ayuntamiento. El viernes, tras el derrumbe de la cubierta durante la madrugada, a una hora en que había bastante gente en la calle, clientes de los locales de ocio de la zona, volvieron a presentar sus quejas, por registro, y a pedir la demolición de una estructura cuya estabilidad, tras el colapso del techo, era aún más precaria. Los vecinos advertían nuevas grietas y tenían miedo de que un eventual derrumbe pudiera provocar daños en alguno de los vecinos que habitualmente acceden a sus casas por un patio interior que linda precisamente con la casa en ruinas.
El proceso para derribar el inmueble de Salsipuedes parece inmediato, pero todavía tendrá un par de vueltas. Al tratarse de un edificio catalogado, de finales del XIX, con una protección parcial P1, el Ayuntamiento dará traslado a la Consejería de Cultura para que emita los informes oportunos en el ámbito de sus competencias sobre la necesidad de demoler, de forma inmediata, el edificio por cuestiones de seguridad, explica la resolución.
Por otra parte, el Ayuntamiento requerirá a los dueños para que, «dado el deficiente estado de conservación en que se encuentra el inmueble», en estado de «ruina», realice los trabajos necesarios para proceder a su demolición.
Los trabajos para acabar con esta casa, y librar a los vecinos de esta zona del Antiguo y a los clientes de los locales de la zona de la amenaza de un nuevo derrumbe, podrán comenzar de forma inmediata, tendrán un mes de plazo para ejecutarse y se calcula un presupuesto de 100.000 euros para llevarlo a cabo.
Si la propiedad no responde a los requerimientos de la Administración, será entonces el Ayuntamiento el que proceda a demoler por ejecución subsidiaria.
De cualquier forma, parece que el inmueble ya tiene las horas contadas. No es el único que ofrece una situación parecida y está bajo la amenaza de un expediente similar que ataje de una vez por todas su situación. Dentro del Antiguo, el edificio que hace esquina entre Mon y San Antonio sigue apuntalado y vallado desde que se desprendió parte de la fachada a la calle, sin que de momento se haya propuesto la recuperación del inmueble, que cada vez está más dañado.