El Principado ya tiene licencia para demoler el Hospital y empezar a transformar el Cristo

"Demostramos nuestro compromiso en echar a andar el plan", afirma Nacho Cuesta, que pide que el inicio de estos trabajos sea "inminente"

demolicion huca

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Chus Neira

Chus Neira

A pesar del letargo y los bandazos con la transformación de los terrenos del viejo HUCA en el barrio del Cristo y pese a que la tramitación de los planes urbanísticos entró en vía muerta el año pasado, el Principado está decidido a empezar a despejar el terreno. Ya ha presentado un proyecto para demoler los edificios de su propiedad que no reunían condiciones para seguir en pie y el Ayuntamiento de Oviedo le acaba de conceder la licencia. El Gobierno regional tiene ahora seis meses para meter las máquinas y empezar a tirar uno de los iconos de la historia sanitaria local y regional, el Hospital General.

El proyecto de demolición incluye, en realidad, otros seis edificios más: el edificio anexo A (un bloque con aspecto de torre que flanquea al hospital por el Oeste); los dos edificios de policlínicas al sur de los hongos; los edificios polivalentes A y B (que se encuentran en el paso del aparcamiento exterior al hospital) y el edificio polivalente C (un bloque horizontal entre los hongos y el hospital maternoinfantil). En total, las demoliciones suman 52.918,7 metros cuadrados, casi 5,3 hectáreas que quedarán despejadas en el entorno del parque del Truébano, que fue el primer espacio en el que el Principado desarrolló sus actuaciones iniciales. De esta forma, si se tienen en cuenta los anuncios que en su día hizo la Consejería de Infraestructuras, el siguiente paso, sería la rehabilitación de los hongos. Estas estructuras se salvan de los derribos por su interés arquitectónico, y el Gobierno regional ya mostró su intención de buscar la fórmula para poder reaprovecharlos y dotarlos de nuevos usos, que podrían incluir incubadoras de proyectos empresariales o talleres para artistas, según citó en su día el consejero de Cohesión Territorial, Alejandro Calvo.

Pero, de momento, tal y como constaba en el presupuesto del Gobierno regional para este 2023, el Principado comenzará por las demoliciones del Hospital General y las policlínicas. El proyecto tiene previsto un coste de 2,32 millones, con un plazo máximo para llevar a cabo los trabajos de 14 meses, 20 si se incluye el plazo máximo de interrupción que prevé la licencia.

Desde el Ayuntamiento, el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, ya ha instado al Ejecutivo que dirige Adrián Barbón a que aplique la máxima celeridad en la zona: "Esperamos que el inicio de esta primera actuación en esos terrenos sea inminente", declaró el edil.

Cuesta también quiso sacar pecho por el talante de colaboración y la facilidad con la que ha actuado la Administración local en este caso. "Desde el Ayuntamiento de Oviedo nos habíamos comprometido a colaborar y a facilitar los trámites para que eche a andar el plan del Cristo", explicó, "y así lo estamos demostrando, con la concesión de la licencia de derribos de los inmuebles del antiguo hospital".

Para demoler estos edificios, el Principado ha de tener en cuenta también cómo recupera parte del patrimonio que sigue en el viejo hospital y no se ha trasladado al HUCA. Aunque algunas piezas sí están ya en la Cadellada, en el exterior del edificio de policlínicas todavía siguen instalados dos grandes murales cerámicos de Bernardo Sanjurjo, de 30 metros cuadrados cada uno. En los primeros documentos de los planes de viabilidad del viejo hospital se proponía incorporarlos al nuevo complejo sanitario, aunque hace dos años surgió una nueva idea para llevarlos a la zona del Truébano. En el interior del Hospital General se supone que todavía quedan algunas piezas importantes que no se habrían trasladado todavía, como unos murales de Navascués y distinto tipo de decoración en la entrada y hall principal del edificio.

El visto bueno para las demoliciones en el Cristo ha venido a coincidir con los acuerdos que el gobierno regional está cerrando con la Seguridad Social para poder aprovechar parte de sus edificios –maternidad, consultas externas y silicosis, en concreto–, para reacondicionarlos y realojar allí gran parte de los estudios universitarios que ahora se imparten en el campus de Llamaquique. Con este movimiento, el Principado confía en poder ofrecer a la judicatura un espacio suficiente y próximo al actual palacio de Justicia para la reunificación de sedes judiciales en la capital del Principado.

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