Emotivo adiós al fotógrafo Ángel Ricardo: "Es una gran pérdida para Oviedo"

Oviedo despidió este martes a un fotógrafo de largo aliento y un "hombre bueno y discreto". La iglesia de San Juan el Real, la popular "Catedral del Ensanche", acogió este martes el emotivo funeral por el eterno descanso de Ángel Ricardo, fallecido el lunes de forma repentina, a los 75 años. Una multitud de amigos y antiguos compañeros del fotógrafo arroparon a la familia, que encontró también el calor del párroco de San Juan, Javier Suárez, a quien se vio especialmente afectado durante la misa.

"Ángel Ricardo era un hombre bueno y un optimista nato, que siempre se apuntaba a todo, un hombre de pequeñas ilusiones, pequeños proyectos, pero un gran creyente", le definió Suárez, durante la homilía.

Las palabras del sacerdote habían sido subrayadas antes de la ceremonia por los numerosos amigos del difunto. Había muchos fotógrafos y fotoperiodistas, que no dudaron en acudir para dar su último adiós a un miembro respetado y destacado de la profesión. También antiguos compañeros de LA NUEVA ESPAÑA, entre los que Ángel Ricardo dejó una huella perenne. Se recordaron, como no podía ser de otra manera, sus mayores logros profesionales, como el mítico episodio de su ascenso por la Canal de Camburero para capturar las imágenes de Pérez de Tudela, Ortega, Lucas y García Gallego coronando el Urriellu, en el primer ascenso invernal por la pared oeste, cincuenta años atrás. También sus coberturas en el Giro de Italia, cuando José Manuel Fuente, "El Tarangu" puso en entredicho la supremacía de Eddy Merckx. Allí estaba Ángel Ricardo, cámara en mano, para inmortalizar el momento y mostrárselo a los lectores asturianos.

Al funeral acudieron también antiguos compañeros en la Fundación Princesa de Asturias, con la que el fotógrafo trabajó durante varios años, alternando sus colaboraciones con las que mantuvo con la Junta General del Principado. Y figuras públicas como el exalcalde Wenceslao López Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, presidente de la Ópera de Oviedo, aunque en su caso era por una mera cuestión de amistad: a la entrada al oficio religioso, Rodríguez-Ovejero se mostraba aún impactado e incrédulo por la muerte de su amigo, con el que había estado apenas unos días antes.

Toda esa emotividad se trasladó a la misa por el eterno descanso del fotógrafo. "La muerte de Ángel Ricardo es una gran pérdida para la ciudad de Oviedo y para Asturias, por todo lo que hizo", sentenció el cura durante el oficio, "por todos esos momentos de la historia de Asturias que él capturó con su cámara. Lo vamos a echar en falta".

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