Un homenaje a la música antigua

Jessica Cale y la Academy of Ancient Music protagonizan en el Auditorio un brillante concierto inaugural de la Primavera Barroca

Los músicos reciben el aplauso del público. | Luisma Murias

Los músicos reciben el aplauso del público. | Luisma Murias / J. Mallada

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

21 de marzo. Tal día como ayer (en 1685) nacía en la localidad alemana de Eisenach Johann Sebastian Bach. Una efeméride idónea para celebrar el día Europeo de la Música Antigua, a la que se unía, para redondear todavía más simbólicamente, la entrada de la estación meteorológica primaveral. La de ayer era, un por tanto, la fecha señalada para el concierto inaugural del ciclo organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en colaboración con la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo que, bajo el título "Primavera Barroca", se prolongará hasta final de mayo y alcanza con esta su décima edición.

La Academy of Ancient Music y la soprano Jessica Cale fueron los encargados de abrir el curso barroco ovetense de la mano del programa "Arias y sonatas", compuesto por piezas de Bach y Haendel, donde la agrupación camerística (flauta, violín, clave, violonchelo y tiorba) exhibió su inmenso potencial gracias a un sonido brillante y una sincronización milimétrica entre todos sus miembros.

Un homenaje a la música antigua

El Auditorio, momentos antes del inicio. / J. Mallada

La "sonata para violín y clave en la mayor BWV 1015" sirvió para demostrar la viveza y poder de atracción de la música barroca. En ella, Bojan Cicic (violín) y Steven Devine (clave) hicieron las delicias de los asistentes gracias a una incesante pulsación en los dos tempos rápidos de que consta. Igualmente acertados estuvieron, a lo largo de todo el programa, el violonchelista Gavin Kibble y Kristiina Watt (tiorba), arropando armónicamente a todos los intérpretes.

Pero sin duda, los aplausos del público se centrarían en la flautista Rachel Brown y en la soprano Jessica Cale. La primera, merced a un poderoso fiato, mostró un virtuosismo extraordinario mientras que la segunda, lució su voz poderosa: bien timbrada en los agudos y poderosa y solvente en los graves. Sus interpretaciones de las sonatas en trío en la mayor (Haendel) y do menor (Bach), así como las diferentes arias del compositor nacionalizado inglés, fueron una síntesis de expresividad y delicadeza, donde la belleza del pulido y cristalino timbre de la soprano llenó cada rincón de la sala para cautivar, sin oposición, a los melómanos de la capital del Principado.

El éxito de esta nueva cita en el calendario musical ovetense la rubricó el público que abarrotó la sala de cámara del auditorio Príncipe Felipe hasta el punto de colgarse en la taquilla el cartel de "localidades agotadas" y entre el que se pudo apreciar un notable rejuvenecimiento gracias al convenio entre los Conservatorios Profesional y Superior y la Universidad de Oviedo, impartiendo el catedrático en musicología Ramón Sobrino una conferencia como introducción a un sobresaliente recital del barroco más puro y académico para empezar "la primavera".

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