Maite Torre vive cerca de Latores. Hace tres meses que se operó de la espalda y, desde entonces, depende de que algún familiar, amigo o conocido la acerque a Oviedo para cualquier gestión, incluso para hacer la compra. "A mis hijos adolescentes les pasa lo mismo, dependen de los demás para ir a las actividades extraescolares y, además, mi madre tiene un 65% de minusvalía, con lo que el autocar es muy necesario". Ella fue una de los numerosos vecinos –cerca de medio centenar– que ayer se manifestaron en plena carretera para exigir que el autobús municipal llegue hasta las localidades de Llagú, Ayones y Santo Medero. Llevan años reclamándolo. Sin éxito. Ahora han dicho basta.
"Es una vergüenza lo que está pasando, desde el año 2016, el proyecto para llevar el autobús hasta aquí está aprobado, pero nadie da señales de vida", asegura José Manuel Roibás, vecino de Latores. "Mi madre murió hace solo unos meses con 88 años, murió sin poder ver el autobús", lamenta. No solo el medio de transporte centra las quejas de estos vecinos del sur del concejo. "Estamos abandonados en todos los sentidos, tenemos fugas de agua cada dos por tres en la carretera, ponen unos parches, lo arreglan, pero se vuelve a estropear; la iluminación es un despropósito; aquí aun nos valemos por nosotros mismos, pero llegará un momento en que no podamos conducir y entonces cómo iremos a Oviedo", destacó Roibás.
Ya hay un autobús que llega a Latores, el de la línea "K", pero no es suficiente. No lo es porque su trayecto acaba en Latores y no se extiende hacia otras localidades de la parroquia, con los que muchos tienen que desplacerse varios kilómetros para poder llegar a la parada más cercana. Y las frecuencias de paso tampoco convencen en exceso a los vecinos, con un paso fijado a cada hora. Para escenificar su descontento, este jueves un grupo de residentes cortó durante varios minutos el paso al autobús. Tiraron hasta varios petardos a modo de reivindicación.
Trinidad Álvarez, otra de las vecinas de la zona, insiste en la fecha de 2016. "El autobús lleva aprobado desde esa fecha, pero parece que a la zona rural para lo único que se la quiere es para que paguemos impuestos, estamos totalmente abandonados; las carreteras están hechas un desastre; el alumbrado público está apagado y no podemos bajar a Oviedo ni a hacer la compra ni ir al médico", asegura. Y así llevan ya siete largos años.
Pero ahora se han plantado. "Es el momento de que se solucione este problema, queremos un autobús ya porque lo necesitamos", asegura. Según los cálculos del colectivo de vecinos, un servicio de transporte como el que plantean podría beneficiar a unas doscientas familias de la zona. "Son personas que ahora mismo no pueden ir al médico, no pueden ir al colegio ni a ningún sitio", recalca. Ya han contactado en varias ocasiones con el Ayuntamiento de Oviedo pidiendo explicaciones pero, critican, se han encontrado con el silencio por respuesta.