Toda una cara del "techo" de la capital se tiñe de negro

Un dron de la Policía Nacional, dos helicópteros de los nacionales y la Guardia Civil y bomberos a pie de campo trataron a lo largo del sábado de completar el puzle de los daños ocasionados por la decena larga de incendios en el Naranco. Aunque las primeras estimaciones apuntan a que más de una cuarta parte del monte de la capital asturiana se ha visto afectado de una u otra manera por las llamas, nadie se "moja" todavía con datos concretos. "Podríamos decir alguna burrada porque es difícil", puntualizó el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, a pesar de vivir en la falda del Naranco desde hace medio siglo.

Desde Fitoria hasta el Picu Paisano, pasando por pueblos como Constante, el rastro negro puede verse recorrer de arriba a abajo hasta las laderas más grandes. Sin embargo, ninguna imagen ha sido tan clarificadora como una tomada por la Guardia Civil desde los cielos. En la misma se ve la práctica totalidad de una de las caras del monte calcinada, con apenas unas pequeñas masas forestales supervivientes de la catástrofe ambiental.

A este documento gráfico hay que añadir los que estuvieron tomando los efectivos de la Policía Nacional. A mediodía de ayer pudieron verse varios vehículos policiales subiendo y bajando al monte para realizar labores de investigación. El objetivo principal es calcular con la mayor fidelidad el alcance de los daños. Es por eso que se está utilizando un sofisticado dron para inmortalizar las zonas de peor acceso. Paralelamente, algunos agentes, cámara de fotos en mano, se dejaron ver por las laderas capando algunas imágenes de interés.

El Ayuntamiento se sumó también a estos esfuerzos. Oficiales del cuerpo de Bomberos hicieron inspecciones oculares por distintas zonas del monte. Su intención es ir elevando estimaciones parciales de hectáreas quemadas para intentar concretar finalmente la superficie total afectada.

Aunque pueda parecer un dato menor, cuantificar los daños en cuanto a la superficie afectada es importante de cara al futuro. El gobierno regional aspira a conseguir la declaración de zona catastrófica. Esta figura podría suponer el acceso a fondos para reparación de daños y acometer repoblaciones forestales de calado en la cima carbayona. Cuantos más daños se puedan demostrar, más opciones habrá de poder acceder a este balón de oxígeno financiero.

Por lo que respecta a los vecinos, las llamas no han dejado, a priori, graves daños materiales. "Se trata de pequeños desperfectos en un par de casas que tendrán fácil subsanación", confirman fuentes del operativo municipal integrado por Policía Local, Bomberos y Protección Civil.

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