Entrevista | Sakari Oramo Director de la Orquesta de la BBC, que actúa mañana en el Auditorio (20.00 horas)

"Es tan importante tocar bien música contemporánea como tocar bien Mozart"

"Los músicos de la Orquesta de la BBC son muy rápidos, y si quieres dirigirlos no puedes ser más lento, no funciona; debes ir un poco por delante"

Sakari Oramo, director de la Orquesta de la BBC. | Benjamin Ealovega

Sakari Oramo, director de la Orquesta de la BBC. | Benjamin Ealovega / Alicia Pajón

Alicia Pajón

Alicia Pajón

Sakari Oramo (Helsinki, 1965) es el director titular de la Orquesta Sinfónica de la BBC, formación que actúa mañana en Oviedo (Auditorio, 20.00 horas) dentro del ciclo Conciertos del Auditorio. Oramo ha estado al frente de diversos conjuntos por toda Europa y lleva ya más de diez años dirigiendo a la orquesta británica. Acude a Oviedo en una gira junto al violinista Inmo Yang que los ha llevado ya a varios puntos de la geografía española.

–Comenzó como violinista. ¿Cuándo y cómo llegó el cambio a la dirección?

–La transición fue gradual. Como violinista formaba parte de un grupo que hacía mucha música moderna y, a veces, necesitábamos un director porque las piezas eran bastante difíciles. Entonces comencé a dirigir piezas que en realidad no conocía, pero que sí podía leer la partitura y ayudar al conjunto a tocar juntos. Poco a poco comencé a querer aprender un poco más sobre dirección, así que postulé a la clase de dirección del profesor Jorma Panula en la Academia Sibelius en Helsinki, donde estudié durante tres años. Al mismo tiempo, trabajaba como concertino en la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa. Esa es la Orquesta que me dio las primeras oportunidades profesionales importantes como director. Y así empezó todo, hace ya más de 30 años.

–Lleva más de 10 años trabajando con la Orquesta Sinfónica de la BBC. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

–Dirigí por primera vez la Orquesta Sinfónica de la BBC en 2011, creo. En realidad no estaba buscando trabajo en aquel momento porque era el director titular de la Orquesta Filarmónica de Estocolmo y también de la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa. Pero la Orquesta de la BBC y yo congeniamos muy bien e hicimos bastante rápido este acuerdo que ha durado ya 10 años. Y la verdad es que estoy muy feliz de trabajar con esta orquesta porque es una de las mejores en el mundo.

–¿Cuáles son los retos de dirigir una orquesta tan importante como esta?

–Los desafíos de toda dirección es que necesitas conocer muy bien la música y la partitura. Y eso no es solo en el nivel superficial, sino también a un nivel más profundo. También es importante saber comunicar la música a los intérpretes y, a través de ellos, a la audiencia. Un desafío especial que trae la Orquesta Sinfónica de la BBC, por supuesto, es que son muy rápidos, por lo que si el director es más lento no funciona, tienes que estar siempre un poco por delante de la orquesta para poder tener una visión de cómo la pieza tiene que funcionar a cada instante. También es importante conseguir una buena relación con los músicos, respetuosa y de confianza.

–Desde sus inicios la orquesta de la BBC ha puesto un especial empeño en tocar música contemporánea. ¿Sigue siendo un factor importante?

–Absolutamente sigue siendo un factor importante. Hacemos alrededor de 15 a 20 estrenos mundiales cada año y también tocamos mucha música contemporánea que no es un estreno porque ya se ha tocado en otro lugar. En total, si contamos como música contemporánea la escrita después de 1970 representa en torno al 30-35% del repertorio de la orquesta. Para mí eso es muy bueno porque soy muy curioso y me gusta estudiar partituras nuevas y también conocer diferentes estilos de composición. Así se prepara a la orquesta para una muy buena cultura musical, tocando música nueva. Es tan importante tocar bien música contemporánea como tocar bien Mozart.

–¿Cómo se conjuga el tocar música contemporánea con tocar un repertorio más clásico?

–Creo que son una sola cosa, no están separados. Creo que la música que se escribe hoy en día, sin excepción, surge de la tradición del repertorio clásico. Lo veo como un continuo. Tocar música contemporánea también puede ayudar a acercarse a la música más antigua, a los compositores más antiguos, como si fueran nuevos. Este es el objetivo, que no repitamos cosas, sino que siempre estemos creando, incluso cuando volvemos a tocar las obras clásicas conocidas, hacerlo como si fueran música nueva.

–Está de gira por España con el violinista Inmo Yang. ¿Cómo está siendo esta experiencia? ¿Alguna vez habían tocado juntos?

–Es maravilloso. Escuché a Inmo por primera vez el año pasado cuando era presidente del jurado en el concurso de violín Jean Sibelius en Helsinki, en el que fue el claro ganador del concurso. Me emocionó mucho su forma de tocar, que es muy especial. Es al mismo tiempo muy solista, generoso y grande, pero también muy íntimo, hace que la música suene como si la tocara solo para ti, solo para una persona y creo que esa es una cualidad realmente rara. Verdaderamente disfruto trabajar con él.

–En Oviedo tocarán tres piezas, bastante diferentes entre sí, escritas por Britten, Beethoven y Bartók. ¿Puede hablarnos de ellas?

–Los interludios de "Peter Grimes" de Britten se toman directamente de su obra maestra, la ópera "Peter Grimes". Estos interludios son una especie de puentes entre las diferentes escenas de la ópera y, en su mayoría, representan el fantástico poder de la naturaleza y del mar, es lo que describe brillantemente la música de Britten. La pieza de Bartók es la última gran pieza que terminó, describe su anhelo por su cultura y por su tierra natal, Hungría, pero también aprecia con cariño los recuerdos que tiene de allí. Y el Concierto para violín de Beethoven es, por supuesto, uno de los conciertos para violín más conocidos. Es uno de los conciertos más largos de Beethoven, y también en cierto modo bastante apolónico en la expresión. Hay algo de drama allí, pero en realidad es bastante elevado en términos de experiencia emocional.

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