Medio siglo de bendiciones para la Casa Sacerdotal

"Esta es, junto al Seminario, nuestra mejor inversión", dice el Arzobispo en la celebración del 50.º aniversario de la residencia episcopal, que acoge a 40 curas jubilados

Los sacerdotes centenarios Avelino Gómez (derecha) y Rodrigo Suárez, ayer, en primera fila en la misa. | Irma Collín

Los sacerdotes centenarios Avelino Gómez (derecha) y Rodrigo Suárez, ayer, en primera fila en la misa. | Irma Collín / Lucas Blanco

El 10 de mayo de 1973, día de San Juan de Ávila, patrón del clero, la Casa Sacerdotal de la calle San José de Oviedo abría sus puertas. Este martes, la mayor parte de los usuarios y varios de los pioneros de la veterana residencia para sacerdotes ancianos o enfermos conmemoraron dicha efeméride con una misa oficiada por el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, y un posterior picoteo animado por las anécdotas de extrabajadores y usuarios. "Cuando preguntan cuánto nos cuesta la Casa Sacerdotal y el Seminario respondo que para nosotros no es un coste, sino al contrario: es nuestra mejor inversión", explicó Sanz durante la homilía.

Jesús Sanz, a su llegada para la misa del aniversario. | I. Collín

Jesús Sanz, a su llegada para la misa del aniversario. | I. Collín / Lucas Blanco

El director de la Casa Sacerdotal, José Antonio González Montoto, definió como "un día de acción de gracias" la modesta, pero emocionante celebración organizada por un servicio que aspira abrirse en el medio plazo al resto de la ciudadanía. "Mantenemos en estudio la posibilidad de hacer un geriátrico en nuestras instalaciones para hacer sostenible la Casa Sacerdotal, pero la escalada de precios de la construcción mantiene parado el proyecto", explicó sobre un servicio que actualmente cuenta con unos cuarenta usuarios frente los noventa que, según explicó Jesús Sanz, había cuando se trasladó a vivir a ella hace 13 años.

Entre los asistentes a los actos destacó la presencia de los dos usuarios de mayor edad: Avelino Gómez, que acaba de cumplir 101 años; y Rodrigo Suárez, centenario desde el pasado diciembre, que ocuparon la primera fila de asistentes a las celebraciones religiosas a las que no faltaron las mayores autoridades eclesiásticas de la diócesis. "Todos me tratan bien y yo trato de tratarles lo mejor que puedo", indica un Avelino Gómez, que hace aproximadamente una década, siendo ya nonagenario, dejó la parroquia de la Caridad para instalarse en la calle San José de Oviedo. "Sigo ayudando en lo que puedo", explica el religioso.

José Antonio González Montoto, con María Esther Fernández, a la izquierda, y Margarita Llamazares. | Irma Collín

José Antonio González Montoto, con María Esther Fernández, a la izquierda, y Margarita Llamazares. | Irma Collín / Lucas Blanco

Especialmente emocionadas estuvieron algunas de las pioneras del proyecto iniciado hace 50 años. La hermana de las Dominicas de la Anunciata Margarita Llamazares trabajó desde la apertura de la Casa Sacerdotal como enfermera y superiora de la congregación que asumió el cuidado de los sacerdotes hasta 2020, cuando por falta de personal cedieron el testigo de la gestión del centro a la fundación Summa Humanitate. "Cuando llegamos aquí no había casi nada, pero muchas obras hicimos desde entonces", indica la monja, con un recuerdo especial para César Marqués y Manuel Miranda, primer director y gestor de la Casa Sacerdotal, respectivamente.

Junto a ella, María Esther Fernández recuerda como siendo una viuda veinteañera comenzó a trabajar en la cocina de la residencia desde el primer día. "Tengo muchos recuerdos, pero siempre destaco el gran trabajo que hicieron las hermanas y los distintos gestores del centro", explicó la exempleada antes de una misa plagada de recuerdos para "todos los que hicieron posible este hermoso proyecto".

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