Premio "Paisanos del año" a los trabajadores del campo que "nunca se cansan"

El galardón distingue a dos personas de más de 90 años que "hacían de todo" en la zona rural

J. L. S.

Josefina Suárez (Canedo de Otur) tiene 96 años y asegura que nunca se sintió cansada. "Ahora un poco", reconoce. Solo algunos días. No todos. El campo que fue su vida siempre le permitió "hacer de todo". Nunca le robó vida. ¿El truco? "Madrugar más para dejar la faena hecha", defiende. A su, lado, Alejandro González Fernández (Folguerúa, Tineo) que, matiza acaba de cumplir los 95, era un enamorado de su tractor del que solo se bajaba para dormir, reconoce. Otro que no se cansaba. Los dos recibieron ayer el premio de "Paisano y Paisana del año 2023" que se concede en el marco de la feria de La Ascensión que ayer echó el telón y que supone un reconocimiento a los currantes del campo. Un acto que estuvo organizado por el Ayuntamiento de Oviedo; la fundación Caja Rural de Asturias; LA NUEVA ESPAÑA y Corporación Radio Televisión Española.

Alfredo Canteli, alcalde de Oviedo, comenzó su intervención teniendo un recuerdo para las dos gemelas rusas fallecidas el pasado viernes en el barrio de La Ería. "Aún estamos todos consternados", señaló. Sobre el homenaje reconoció que los premios eran "merecidos". "Solo quienes nacen en el campo conocen la dureza del trabajo en el medio rural y lo difícil que es labrar el campo o transportar leche de una casa a otra", destacó. A continuación, recordó su infancia en un "pequeño pueblo de Teverga" donde ayudaba a su "abuelo Alfredo, ‘esmarañando’ la hierba y poco más. Os miro y siento una profunda admiración, vuestro rostro delata los muchos años de trabajo que lleváis y la tenacidad que ha marcado vuestra vida". También aludió a los orígenes de la fiesta de La Ascensión que es "la gran fiesta del campo en Asturias y el homenaje que los ovetenses le hacemos, cada año, a todos aquellos que lo defienden y protegen".

El acto estuvo preñado de premios. Uno de los que recibió un galardón fue Juan Carlos Menéndez Fernández, al ingeniero técnico agrícola del año. Se da la circunstancia que este belmontino, asentado en Sograndio, es el actual jefe de parques y jardines del Ayuntamiento de Oviedo. Canteli alabó su trayectoria. "Es un trabajador ejemplar y quiero aprovechar esta ocasión especial para trasladarle públicamente mi más sincero agradecimiento por su importante labor y por su compromiso con Oviedo", aseguró el regidor. Entre los logros de Menéndez está el de haber participado en la construcción del Parque de Invierno; la adecuación y ampliación del parque de Purificación Tomás; la mejora del área recreativa de la Cima del Naranco; la dirección de obra del parque Enrique Quirós; el de Ciudad de Tampa; el del Oeste; el de Colloto; el de Priañes; así como la mejora medioambiental del margen de la autopista a su paso por el barrio de La Corredoria. En cuanto a sus trabajos de jardinería, el alcalde destacó la labor realizada durante estos años en las rotondas de la ciudad y de jardines como el Campo San Francisco, el Campillín, la Plaza de España... "Somos una de las ciudades del país que más cuidados tiene sus parques y jardines y él es uno de los principales artífices de tanta belleza", destacó Canteli.

La presentadora María José Fernández fue la encargada de glosar la figura de los premiados. De Alejandro González, el "Paisano del año" reveló que pasó poco por la escuela porque se tuvo que ponerse muy pronto a trabajar en la ganadería familiar. Su negocio destacaba entre los de la zona porque su padre tenía una máquina para desnatar "a manivela", aclara él, lo que les permitía llevar la nata a Mantequerías de Tineo. A los 41 años compró un camión para dedicarse a la recogida de la leche por todos los pueblos de su zona ampliando el negocio. Como buen emprendedor montó un almacén de piensos. Pero lo que más le gustaba era el tractor, comenzó teniendo "uno pequeñín, el pascualín", asegura. Sobre cómo ve la situación actual asegura: "El cambio ha sido exagerado, antes estábamos algo relacionados y muy trabajados, los de ahora trabajan bastante poco y además comen bien". De Josefina Suárez, la presentadora destacó que una de las grandes pasiones de esta ganadera es la de caminar. Una afición que le viene de joven, cuando recorría varios kilómetros cada día para ir al colegio. Aprendió a coser y solía bajar a las fiestas de Luarca, donde conoció a su marido. Llegó a catar 16 vacas por la mañana y otras tantas por la tarde y recuerda como una vez las reses llegaron desde Pola de Siero después de días sin catar. Era mujer de genio, de "genio del bueno", puntualiza, también destaca que no había hombre en Canedo de Otur que trabajara más que ella.

Hubo más premios. El Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios reconoció la labor de María Fernanda Fernández Barros, ya jubilada y nacida en Mieres y amante de su profesión. El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos premió a Calor Luis Fernández Barquín, de Gijón, y que trabajó 27 años en el Principado. El premio a la horticultura se lo llevó la Finca El Ribeiro, en San Cosme (Cudillero) regentada por Isabel Rubio García-Braga. El de la investigación fue para el equipo del área de tecnología de los alimentos del Serida. En la categoría de ganadería hubo tres galardones. A la raza frisona que se llevó David Álvarez, de la ganadería Remeye; a la asturiana de los valles, que ganaron los hermanos Manuel y Elías Prado Menéndez de la ganadería La Era (de Bonielles, Llanera); a la raza asturiana de montaña, que recayó en Alfredo Duarte Prado, de La Felguera. Además, hubo un premio por la difusión y defensa de la cultura asturiana, que ganó Alberto Calvín Corredoria, también conocido como el "bardo de Taramundi"; a la quesería destacada que fue para Ca Llechi de Alberto Valiente Revuelta; y a la artesanía que fue para Francisco López Sáez, de Cabranes.

Suscríbete para seguir leyendo