Una afición muy repartida y militante animó el debate con aplausos a sus candidatos
La coincidencia de un acto con Grande-Marlaska en La Florida obligó al equipo del PSOE a salir corriendo del Club y perderse el "tercer tiempo"
Muchas aficiones y muy repartidas. El último debate electoral de las municipales de Oviedo llenó el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de militantes de las cinco fuerzas políticas que se sentaban en la mesa y de alguna más.
Junto a los simpatizantes del PP, PSOE, Somos, Podemos y Vox hubo también caras conocidas de los equipo de Convocatoria por Asturias, la encabezada por Gaspar Llamazares, como su número dos, Cristina Pontón, y su tres, Alejandro Suárez.
La afición de cada uno de los candidatos empezó el debate suave, con un perfil bajo, pero el estallido de los aplausos de los de Vox tras una de las primeras intervenciones de Sonsoles Peralta abrió la espita a la dinámica de los apoyos públicos expresados en voz alta.
En un debate de tono bastante tranquilo, uno de los pocos momentos tensos que se vivió fue en uno de los primeros bloques, cuando Belén Suárez Prieto quiso acordarse de Gabino de Lorenzo. La candidata de Podemos empezó contar que cuando este llegó al poder, en 1991, se encontró dinero en las arcas municipales procedente de la buena gestión anterior, de los socialistas, y un plan de peatonalizaciones que también había sido diseñado en la época de Masip. Estaba Belén Suárez Prieto diciendo esto cuando el concejal Mario Arias, sentado en primera fila, junto a Nacho Cuesta y a la mujer de Canteli, Marta Suárez, soltó un "¡claro, boba!". La indignación estalló al segundo y Arias pidió perdón al instante, pero no evitó una protesta creciente pidiendo al edil que se marchara. El incidente se acabó superando con una llamada de atención general del conductor del debate, el jefe de la sección de Oviedo de LA NUEVA ESPAÑA, Álvaro Faes, y dos horas después, al término del encuentro, Mario Arias se aproximó a pedir de nuevo perdón a la candidata de Podemos.
A lo largo del debate, Canteli provocó, voluntaria o involuntariamente al público. Cuando habló del teleférico, de una pistas de voley-playa en Colloto, o cuando proclamó que no le gusta que le repliquen "cuando digo la verdad".
El grupo de los socialistas tenía un día apretado y eso les llevó a perderse el tercer tiempo. Coincidía el debate prácticamente con la visita del ministro Grande Marlaska a un acto de La Florida y la gente del PSOE tuvo que adelantar la partida. La primera en hacerlo, antes de que concluyera el debate, la delegada del Gobierno, Delia Losa. Después, los miembros de la actual corporación, encabezados por el exalcalde Wenceslao López. El resto, incluido Llaneza, también tuvieron que salir corriendo nada más finalizar el encuentro para llegar a tiempo al otro extremo de Oviedo.
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