Entrevista | Akram Khan Coreógrafo, presenta «Jungle Book Reimagined» en el Festival de Danza

"El teatro es el último ritual y el refugio que le queda a la humanidad"

"Los artistas sostienen un espejo frente al mundo y apelan a los instintos, que son más profundos que las palabras"

El coreógrafo londinense Akram Khan. | Jean Louis Fernandez

El coreógrafo londinense Akram Khan. | Jean Louis Fernandez / Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Akram Khan (Londres, 1974) llega al Festival de Danza de Oviedo, que organiza la Fundación Municipal de Cultura, con su personal reinterpretación de "El libro de la selva", "Jungle Book Reimagined". El coreógrafo, que actuó con su compañía en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, honra sus orígenes bangladesíes en un espectáculo rabiosamente contemporáneo, por su lenguaje escénico y por su mensaje. "Jungle Book Reimagined" se estrenará en el teatro Campoamor el 3 de junio, a las 20.00 horas.

–¿Cuál es el tema principal de "Jungle Book Reimagined"? ¿Inmigración, cambio climático, la relación del hombre y la naturaleza?

–Venía de una etapa en la que hacía un trabajo muy oscuro. Mi hija, cuando tenía ocho años, me dijo: "Ya basta, papá. Cada uno de los trabajos que haces es más y más oscuro". Así que pensé que lo que realmente quería hacer a partir de entonces era trabajar para jóvenes, niños y adultos por igual, y quería hacer algo que no perdiera de vista lo que está sucediendo en el mundo actual. Tuve la impresión de que el texto de "El libro de la selva" era muy relevante, especialmente después de haber leído el libro de Amitav Ghosh sobre el cambio climático. Eso fue lo que auténticamente me inspiró a hacer algo en ese sentido con mi trabajo. El mundo avanza en una dirección que nunca imaginé, y sabemos desde hace mucho tiempo que las cosas van mal. El cambio climático es algo que mis hijos han heredado, no lo han causado.

–¿Por qué introdujo diálogos en esta obra?

–Esta producción es una combinación de texto, animación y danza. El texto es principalmente un diálogo entre los animales y funciona como partitura para la coreografía. El movimiento de la danza está inspirado en la forma en que se comporta cada animal en particular. Los bailarines pasaron días estudiando los movimientos de los animales en YouTube. ¿Cuándo y cómo se mueve un leopardo, cómo se levanta un oso y cómo se detiene? Los bailarines tienden a hacer todo muy bien y se necesitaría toda una carrera para desaprender eso.

–Hay animación también.

–Es el recuerdo de cuando la ciudad aún era una jungla y del viaje de Mowgli con su madre, también salen muchos animales. Elegí trabajar con Tariq Jordan, un querido amigo mío que es actor y escritor, pero un escritor muy joven, en el sentido de que comenzó a escribir recientemente. Me encanta su forma de pensar y quería trabajar con un nuevo escritor. Creo que es realmente importante expresarse con la voz de hoy, por lo que trabajar con alguien sensible y muy consciente de la situación política del mundo actual fue clave.

–¿Es un espectáculo familiar, infantil...? ¿Para qué público?

–Lo que quería hacer era una pieza que no solo atrajera a los adultos, sino también a la generación de mi hija mayor y mi hijo. Ella tiene diez años, él siete. Ella está especialmente preocupada por la naturaleza y por el cambio climático. Aprende sobre ello en la escuela, lo habla con sus amigos y sabe quién es Greta Thunberg. Muchos niños de hoy son muy conscientes de los errores que han cometido sus antepasados.

–Usted interpretó a Mowgli cuando era joven, ¿cómo lo representa en esta obra?

–Fue una experiencia increíble hacer el papel de Mowgli: era una producción de danza-drama y lo que la hizo tan extraordinaria fue que muchos de los adultos jóvenes que actuaban en ella ocasionalmente se convirtieron luego en gigantes en sus propios campos y disciplinas. Fue hermoso estar entre tantos bailarines clásicos indios excepcionales, que me influyeron e inspiraron profundamente en ese momento. Luego, en mi propia producción, profundicé tanto que comencé a darme cuenta de que "El libro de la selva" es un texto mucho más grande. Disney tomó una parte, Mowgli, pero "El libro de la selva" está atravesado por muchas narrativas diferentes que se entrelazan entre sí. Kipling dijo públicamente que se inspiró en muchos de los mitos tradicionales de la India. Entrelazó sus propias historias, pero también incorporó los mitos tradicionales de la India. Mi versión es una reflexión sobre el futuro cercano. Traslado la historia a una gran ciudad europea, no necesariamente Londres donde yo vivo, pero tal vez. El mundo ha sido devastado por las inundaciones, el hambre, la guerra y las personas que sobrevivieron a la subida de las aguas se han trasladado a un terreno más alto. Ahora son los animales los que pueblan la ciudad.

–¿Ha elegido a una chica como protagonista? ¿Por qué?

–Mi hija solía sentarse conmigo en mi habitación, cuando consultaba con mi equipo artístico a través de Zoom. Una vez, de repente, se levantó de su silla, un poco enojada: "¿Por qué Mowgli no puede ser una niña?" Todos se quedaron en silencio. Y pensé, sí, ¿por qué no? Y así nació una protagonista femenina.

–¿Cuál es el poder del teatro?

–Creo que es el último ritual que le queda a la humanidad. Antes solía ser comer con familiares y amigos, pero ahora, cuando como con mi familia, todos usan un iPad o iPhone. Así que el teatro parece ser el último refugio. El momento en que compramos la entrada adquirimos un contrato y nos comprometemos, decimos: "Vamos a dejar todo atrás por esas dos horas y les vamos a prestar toda nuestra atención". Creo que el teatro es tan importante por dos razones: primero, porque ofrece la posibilidad de poder concentrarse en algo sin el ruido que nos rodea todo el tiempo, y en segundo lugar por su capacidad de reunir a la gente. Se produce una verdadera sensación de poder cuando escuchamos colectivamente, en lugar de hacerlo individualmente, eso es algo que todavía sucede en el teatro y que es hermoso.

–¿Se puede hablar sobre cualquier cosa utilizando la danza?

–No creo que la danza o el arte puedan generar grandes cambios, para eso se necesita la política, pero el arte bien puede iniciar pequeños cambios. Lo que hacen los artistas es sostener un espejo frente al mundo y pueden apelar a nuestros instintos. El intelecto se valora más que el instinto en nuestra sociedad, pero el mundo no es lo suficientemente simple como para explicarlo solamente con palabras. Las palabras pueden traicionar la verdad, el instinto es más profundo. Es por eso que siempre tengo la confianza de que mi audiencia encuentre un significado, un sentido, en mi trabajo, no tanto que lo vea o lo escuche.

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