Entrevista | María Velasco Coordinadora del Banco de Alimentos y futura concejala delegada de Políticas Sociales

«Vamos a crear una oficina para fomentar el voluntariado, que es de vital importancia»

«El Banco de Alimentos es mi familia y mi casa, pero no me voy de verdad, a partir de ahora seré una voluntaria más»

María Velasco, ayer, en la Losa de Renfe. | Miki López

María Velasco, ayer, en la Losa de Renfe. | Miki López / Lucas Blanco

Adelina María Velasco Muñiz es hija de un matrimonio de porteros de General Elorza. Nació hace 46 años y vivió en la céntrica calle hasta que hace 14 años se trasladó a vivir a La Corredoria con su marido. Madre orgullosa de sus dos hijos, Mar y Javi, de 17 años, respectivamente, Velasco es diplomada en Trabajo Social y tiene un ciclo formativo de animación sociocultural. Inició su carrera profesional trabajando en la animación infantil y hace 21 años se incorporó al Banco de Alimentos, del que es coordinadora desde hace 18 tras una primera fase como responsable de voluntariado. En las pasadas elecciones municipales concurrió como número 12 de la candidatura del PP y tras lograr la mayoría absoluta se postula como próxima concejala delegada de Políticas Sociales.

–¿Cuándo decide dar el salto a la política?

–Debido a mi puesto de coordinadora del Banco de Alimentos llevo muchos años muy vinculada al Ayuntamiento de Oviedo y su concejalía de Políticas Sociales. Estos cuatro últimos, con la pandemia y la guerra de Ucrania, hemos tenido que estar más coordinados que nunca. Hará unos tres meses, la concejala de Políticas Sociales, Leticia González, y el Alcalde, Alfredo Canteli, se pusieron en contacto conmigo y me ofrecieron ir en la lista. Fue una sorpresa y a la vez lo consideré un reconocimiento profesional, porque nunca había estado en política.

–¿Fue un sí inmediato?

–Lo hablé con muchas personas, especialmente con mis padres. En el Banco de Alimentos me sentí apoyada también para dar el paso. Para mí esto es un reto profesional y personal. Jamás hubiera pensado que viviría esta experiencia y puedo decir, de corazón, que tanto la campaña como la precampaña me han dado momentos muy gratos.

–¿Le ilusiona el hecho de llevar la delegación de Políticas Sociales?

–Siempre he dicho que en el Banco de Alimentos soy una más y aquí será igual, aunque en el trabajo siempre doy el 200%. Me lo aplicaré en el Ayuntamiento. Aún tengo que aprender mucho sobre cómo funciona la administración, aunque ya tengo muchos conceptos de relaciones institucionales. Espero coger rápido el pulso al trámite administrativo.

–¿Cuáles serán sus prioridades para estos cuatro años?

–Estamos inmersos todavía en muchas reuniones de trabajo y diseño del mandato. Seguiremos con cosas que funcionan como el plan de ayudas Oviedo Contigo y desarrollaremos el plan Oviedo a tu lado (de acompañamiento a mayores solos para gestiones rutinarias). Queremos crear una nueva oficina de voluntariado para promocionarlo, es de vital importancia, así como empezar a trabajar en la creación de la Casa del Inmigrante, para ofrecer un servicio integral a la población de origen extranjero.

–¿Cuesta dejar el Banco de Alimentos después de dos décadas?

–Me emociono (se le entrecorta la voz). El voluntariado no para de darme la enhorabuena. Me emociono porque el Banco es mi casa. Son mi familia, pero deben saber que no me voy, de verdad. Estaré siempre con ellos, los apoyaré en todo mi trabajo. A partir de ahora seré una voluntaria más.

–¿Cómo se encontró el Banco de Alimentos y cómo lo deja?

–Recuerdo hasta el día concreto que llegué y hasta cómo iba vestida. Fue el 5 de mayo de 2002. Había diez voluntarios, una pequeña nave artesanal en el polígono de Asipo de 300 metros y, como mucho, movíamos unos 50.000 kilos de comida. Ahora hay 60 voluntarios fijos repartidos en tres sedes. Solo la central tiene 2.400 metros y gestionamos 1,8 millones de kilos de alimentos al año.

–¿Hay mucha gente necesitada en Oviedo?

–Han sido cuatro años muy duros. Comenzamos con la situación de una pandemia, que implicó un gran problema social, económico y sanitario. Sin embargo, el Ayuntamiento supo reaccionar y adaptarse a la situación. Luego vino la guerra y todos los problemas derivados. Aunque hay muchas necesidades que cubrir, creo que el Ayuntamiento cuenta con una maquinaria engrasada capaz de dar respuesta a los problemas que puedan seguir surgiendo.

–Tienen pendiente reordenar las Unidades de Trabajo Social.

–Sé que hay una reorganización de las oficinas puesta en marcha con el nuevo centro de Campomanes como referencia, pero aún no he entrado mucho en materia. Trabajaremos por unas instalaciones más acordes a la dimensión de nuestro trabajo.

–¿Qué deberes se pone para estos cuatro años?

–Para mí es vital que todos los concejales consigamos mantener la unidad actual. Es uno de los objetivos y ahí Alfredo Canteli juega un papel fundamental. Yo voy a luchar por ello. Quiero cerrar esta etapa dejando huella tanto en el personal técnico como en las relaciones con el tercer sector, así como culminar los proyectos que expliqué antes. También me gustaría consolidar a todo el personal laboral dentro de las Unidades de Trabajo Social.

–Tiene trabajo por delante.

–Y lo que queda. Hay mucho más. En concepto de igualdad tenemos también muchos planes, tanto en cuestiones sobre la mujer, como colectivos LGTBI. Iremos concretado acciones, aunque puedo adelantar que en el caso de igualdad de género vamos a desarrollar las bases para crear un reconocimiento anual para personas o colectivos que destaquen en ese área.

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