María Heres, un torrente vocal en el RIDEA

Ruth Reinhardt saluda con la OSPA, ayer, al inicio de la sesión. | Irma Collín

Ruth Reinhardt saluda con la OSPA, ayer, al inicio de la sesión. | Irma Collín / A. PajónJ. Mallada

A. PajónJ. Mallada

Un Auditorio Príncipe Felipe mediado pero entregado se volcó ayer con la sesión de abono de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), con una orquesta dirigida por Ruth Reinhardt y con el solista Alessio Bax para el concierto de piano número 3 de Rachmaninov.

María Heres, ayer, durante su actuación en el Ridea. | Zais Semeyes

María Heres, ayer, durante su actuación en el Ridea. | Zais Semeyes / A. PajónJ. Mallada

Los aplausos se hicieron notar especialmente tras la actuación de Bax, quien salió hasta cuatro veces a saludar antes de agradecer al público su ovación con un bis de sabor español. La OSPA, bajo la batuta de la invitada Reinhardt, estuvo formidable, especialmente en el "Concierto para orquesta" de Béla Bartók.

El concierto se había abierto con una obra contemporánea, escrita por Fernández Barrero, un "Nocturno sinfónico", pieza evocadora y onírica que junto a las otras dos composiciones del programa compusieron una velada larga y muy completa.

La mezzosoprano asturiana María Heres ofreció ayer un recital en el RIDEA organizado por la asociación cultural "La Castalia" y subvencionado por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo. Heres, que pese a su juventud ya se va labrando un nombre en el panorama musical ovetense, desplegó todo su arsenal vocal para llevar a buen puerto un programa muy heterogéneo que aglutinaba arias de ópera, canciones, números de oratorio y romanzas de zarzuela, destacando su interpretación de "Verborgenheit" o "¿Qué te importa que no venga?" Tras algo más de una hora donde la artista lució su poderosa proyección, su voz impostada y su vibrato, cada vez más controlado, ofreció como propina "Pampamapa" y bisó el "Voi lo sapete, o mamma" para delirio de los asistentes que llenaban la sala y que despidieron a la mezzo entre aplausos.