Muere Renata Scotto, sucesora de María Callas y que brilló en Oviedo en los noventa

La famosa soprano, fallecida ayer a los 89 años, participó en varias óperas en la ciudad, donde debutó en 1975, en el teatro Campoamor

Renata Scotto, durante una intervención en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en 1990. | Jesús Farpón

Renata Scotto, durante una intervención en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en 1990. | Jesús Farpón / María Villar

María Villar

Renata Scotto, la soprano que en otra vida habría querido ser periodista, según contó ella misma en 1990, falleció ayer a los 89 años de edad. En el panorama asturiano, el nombre de esta cantante era muy conocido entre los críticos y también entre los espectadores que frecuentaban el Campoamor, donde Scotto debutó en 1975 y triunfó en varias apariciones en los noventa.

La última diva de la ópera italiana, como así la consideraban algunos musicólogos y expertos dentro del mundo lírico, deja para el recuerdo una prolífica carrera musical que poco tenía que envidiarle al de su predecesora, la gran cantante griega María Callas.

Nacida en la localidad italiana de Savona, Scotto hizo su debut muy joven en 1952, cuando con 17 años interpretó a Violetta en "La Traviata" de Verdi, un personaje que se convertiría en uno de los más icónicos de su repertorio. Un año después, actuó junto a la soprano Renata Tebaldi en el teatro La Scala de Milán, donde alcanzaría la fama en el papel de "Madame Butterfly", la ópera compuesta por Giacomo Puccini.

En los comienzos de su carrera como artista lírica una de las figuras que más influyó sobre la futura heredera de María Callas, de quien Scotto siempre se declaró admiradora, fue la maestra española Mercedes Llopart. Tal como indicó Scotto en un encuentro celebrado en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, "el talento de cualquier cantante está en encontrar su maestro".

A lo largo de su trayectoria artística, Scotto trabajó como soprano, además de en La Scala, en varios de los principales escenarios operísticos del mundo. Entre ellos, destacan el Metropolitan de Nueva York, en el que también demostraría su talento como directora de escena; el Bolshoi de Moscú y la Royal Opera House de Londres.

En España, la cantante actuó por primera vez en la temporada 1961/1962 en el Liceo de Barcelona, repitiendo como Violetta, el papel que había dado comienzo a su carrera. Más de una década después, Scotto se estrenó como "Norma" en el teatro Campoamor en 1975, año en el que también protagonizó "Vísperas sicilianas", de Giuseppe Verdi.

A partir de la década de los años 90 regresaría a Asturias en varias ocasiones para actuar en diferentes óperas. Las dos primeros fueron en 1990, en el Campoamor de Oviedo y en el teatro Arango de Gijón, con motivo del XV Festival de Música y Danza de Asturias. Sería en esta visita a Oviedo cuando Scotto se reveló como una apasionada de la moda. Según detalló el crítico Luis G. Iberni en un artículo publicado entonces en este periódico, la soprano italiana realizó cuantiosas compras en varias de las tiendas de ropa "pret-a-porter" más prestigiosas de la ciudad.

Los intereses de Scotto en la lírica y la alta costura, más acordes con la imagen de una típica diva de la ópera, también se extendían a la enseñanza y a la caridad. Para ella, ser una diva significaba ofrecer sobre el escenario una imagen idealizada a la que admirar, "pero esa imagen no es la persona".

En 1996, la voz de la soprano llenó el escenario del Campoamor, esta vez como parte de un recital benéfico organizado por la asociación "Mensajeros de la paz". Al año siguiente, Scotto entró a formar parte de la Academia Nacional de Santa Cecilia y, tras retirarse como cantante, pasó sus últimos años dando clases de canto en Juilliard, la prestigiosa escuela neoyorquina.

La última aparición asturiana de la estrella italiana fue en 1998, cuando Scotto regresó para deleitar al público en el teatro Jovellanos de Gijón. Acompañada al piano por Edelmiro Arnaltes, Scotto ofreció a los espectadores un variado repertorio que incluía piezas de Mozart, Bellini, Rossini, Strauss y Granados.

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