Ni la lluvia puede con el torneo histórico que llena de vida estos días el Club de Tenis de Oviedo

La clásica competición reúne a numeroso público, que avanza a pesar de las inclemencias del tiempo

Elena San Emeterio

Oviedo

Partidos pospuestos y tierra batida mojada. Esas son las consecuencias de las recientes lluvias en el Club de Tenis de Oviedo. Sin embargo, el orbayu no frenará el 88 Trofeo Real Club de Tenis de Oviedo, o lo que es lo mismo, la Riesco Cup 2023. Asistentes, jugadores y organizadores coincidieron en las inconveniencias climatológicas y en que al mal tiempo, buena cara. "El lunes se sacaron bastantes partidos adelante. Aunque a partir de las 20.30 horas hubo que suspenderlos.

Hoy (martes) parece que no se jugará", comenta Jorge Villanueva, director del torneo. Cambiar de emplazamiento o de tipo de pista podrían parecer opciones. Alternativas, en este caso, bastante complejas. "Trasladar de superficie no es fácil, por los jugadores, la ITF... y tierra cubierta en Asturias hay en pocos sitios. Además, allí tienen escuelas, reservas de socios... y hacer el traslado no es tarea fácil. Hay que llevar recogepelotas, pisteros, jueces árbitros, un supervisor adicional", explica Villanueva. Por lo pronto intentarán "sacar el torneo adelante en el club como sea". Y para ello disponen de medios suficientes. Las pistas están iluminadas, por lo que se puede jugar aunque no haya luz natural, e incluso pueden secar el terreno de juego manualmente. Sólo necesitan que deje llover.

"Comenzaba el domingo, pero llovió todo el día así que tuve que jugar el lunes dos partidos. Al principio se complicó, pero tuve la suerte de competir mejor en el segundo y terminar relativamente rápido", indica Alejandro Juan Mañó, férreo competidor del torneo. A pesar de esto Mañó se llevó muy buenas sensaciones. "La pista estaba lenta por la humedad, pero yo creo que es un poco más rápida que las de Valencia, de donde vengo", afirmó. Julio César Porras, otro de los competidores y ganador del 59º Torneo Dionisio Nespral, en el Club de Tenis de Gijón, confía en que el torneo siga adelante a pesar de la lluvia. "Hay que tomárselo con calma y saber que se puede. El trato por parte de la gente la verdad es que es muy bueno, así que espero que se resuelva pronto", argumenta Porras. Es el tercer año que compite en la Riesco Cup y opina que "los rivales son todos muy duros, espero poder enfrentarme pronto a ellos". Porras no sólo tiene el cariño del público, también el de los pequeños niños recogepelotas. Pieza harto importante del torneo y gracias a los cuales ha ganado el reconocimiento a mejor jugador en ediciones pasadas, puesto que son ellos quienes votan para elegir al galardonado. "El cariño me sale de dentro, yo también pasé por esa etapa y sé lo que se siente. Es como si yo estuviera con ellos ahí, me trae recuerdos muy lindos", expone Porras.

Diversión y buen rollo que se extiende a los espectadores y socios del Club de Tenis. Amantes de este deporte que están tomando una bebida fresquita, charlando animadamente o comiendo en la terraza y disfrutan del ambiente distendido y las cuidadas instalaciones hasta poder retomar los partidos. "Está muy guay porque vienen tenistas profesionales, puedes estar aquí, viendo los partidos súper cerca y es una pasada", comenta María González del Valle. Entusiasta del tenis que lleva varios años viendo el torneo, tanto que se ha convertido en tradición. "Mi hermana es recogepelotas y mi padre está en la organización. Yo estoy de vacaciones, así que hablé con mis amigos para venir a verlo porque no me lo quería perder", aclaró González.

La competición se reanuda hoy, si las circunstancias lo permiten, para que tanto jugadores como fans puedan disfrutar de su deporte favorito.

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