La precocidad con el tabaco aumenta el riesgo ante otras drogas, avisa en Oviedo González de la Roz

La investigadora señala en el Calatrava a la publicidad de los "influencers" y a la presión social como causas del inicio con los cigarrillos

Desde la izquierda, Nadia María García, Alba González de la Roz y Gabriel Ledo.

Desde la izquierda, Nadia María García, Alba González de la Roz y Gabriel Ledo. / Irma Collín

"Los jóvenes que se inician pronto en el consumo de tabaco tienen más posibilidades de caer en otras adicciones y de no ser capaces de superarlas". Fue una de las conclusiones de Alba González de la Roz, del grupo de investigación en Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo en las "XXV Jornadas Municipio y Adicciones". Encontrar vías de escape al tabaquismo figuró entre los temas del día en las actividades, inauguradas ayer en el Palacio de Congresos del Calatrava y que se extienden hasta hoy. La investigadora, que impartió una conferencia moderada por Nadia María García (de la Dirección General de Salud Pública), explicó que el tabaco es la droga más consumida después del alcohol. Un 21% de los españoles de entre 14 y 18 años fuma, un consumo estabilizado en los últimos tiempos y con predominancia de los hombres.

González de la Roz achacó la precocidad de los jóvenes con el tabaco a varios factores. Principalmente a la presión social y a la "búsqueda de nuevas sensaciones", pero también a la publicidad por parte de "influencers" en redes sociales. "El tabaquismo es un reto para los profesionales. El otro día comprobé que hay más de 28.000 productos aprobados por el Gobierno para el consumo de nicotina, como los cigarrillos electrónicos y los vapeadores", destacó la ponente.

Los cigarrillos también son accesibles a las personas con menos recursos, que consumen principalmente puritos y tabaco de liar. Sus posibilidades de caer en la adicción también son grandes y les define como "fumadores vulnerables". Otros sujetos propensos a estos problemas, según los últimos estudios, son las personas con obesidad, y con trastornos psicológicos como la depresión. González de la Roz trabaja ahora en un tratamiento psicológico grupal de seis semanas, que este año solicitaron 14 fumadores. Su novedad es la inclusión de pulseras de actividad para controlar el sedentarismo, otro de los riesgos del consumo de tabaco. "Incrementar el ejercicio físico es bueno para mantener la abstinencia y evitar la recaída en la última fase del proceso", zanjó la investigadora.

La UTE, un modelo alternativo de prisiones para abandonar la subcultura carcelaria

Gabriel Ledo, de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) de la cárcel de Asturias, intervino en las jornadas sobre adicciones celebradas en el Calatrava, donde explicó su modelo de trabajo. Señaló que la clave de la UTE es la transformación de la subcultura carcelaria, arraigada en las personas que ingresan en prisión. "El modelo anglosajón pone énfasis en una intimidación que haga a los reclusos no querer volver a prisión. Sin embargo, nuestro modelo aboga por que sean capaces de mantenerse en la calle haciendo una vida honrada", apuntó. Para ello es necesario un cambio. "Muchos presos entran pervertidos por años de calle, donde imperan las drogas, la extorsión y el enfrentamiento a la autoridad", recalcó. Ledo y sus compañeros establecen grupos, donde los propios reclusos juegan un papel fundamental. "Si llega un chaval de 18 años le tienes que poner un compañero que pueda ser un referente para él", desarrolló. En Villabona el programa trabaja con 110 internos, entre los que han incorporado a varias mujeres. Colaboran con sus familias y con instituciones externas en todo tipo de actividades, donde la clave es reforzar unos comportamientos y rechazar otros: "Intentamos que lean su primer libro en lugar de probar su primer gramo de cocaína".

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