Los catalanes de la Tasqueta de Cal Miguelín coronan en Oviedo una joya culinaria entre dos panes

La capital asturiana acoge la final del Primer Campeonato de Bocatas de España, en la que se impone un restaurante de un pueblo barcelonés de solo 1.000 vecinos

VÍDEO: así ha sido la gran final del I concurso de bocadillos de Oviedo

Mario Canteli

Los mejores bocadillos de España desfilaron este martes por el escenario de la Capital Gastronómica. Oviedo acogió la final del Primer Campeonato Nacional de Bocatas y coronó a una propuesta de un restaurante de El Pla del Penedès (Barcelona), una localidad de solo 1.000 habitantes. Abel Moreno y Jessica Garcés, la pareja que regenta la Tasqueta de Cal Miguelín, no se lo creían. "¡Mamá! ¡Papá! ¡Somos los mejores de España!", exclamaba Moreno ante la cámara al recibir el premio. Mientras, Garcés, no podía contener las lágrimas. "Venimos de un pueblo muy pequeño y para nosotros ya era un premo estar en la final", explicaba.

El bocadillo ganador es el "Especial Miguelín", que se lleva haciendo en el restaurante desde hace 18 años. Sus ingredientes, dentro de unas generosas rebanadas de pan rústico, son el bacon, la pechuga de pollo, el pimiento verde, y una salsa secreta. En segundo lugar terminó "El de Llonganissa", de Cal Carrero, en Valencia. El bocadillo (de longaniza, queso scamorza, cebolla caramelizada, cherris confitados, pesto y mayonesa de hierbas) es un clásico de sus almuerzos. El tercer premio también viaja a Valencia con "El Joselillo", de La Mesedora, otra propuesta con historia compuesta por tomate, longaniza, mermelada de bacon, cebolla morada caramelizada y salsa smoked mayo.

El espacio Mestura, en el Gran Hotel España, fue el escenario de la final del certamen, organizado por la agencia de marketing gastronómico Fenicia, que dirige Iván De la Plata. También asistió José Antonio Celis, director de Hostelería y Turismo del Ayuntamiento. El objetivo del certamen era "volver a poner el bocata de moda" y transformar algo humilde en un producto de excelencia culinaria. Allí estuvieron los 16 finalistas, los mejores de un concurso en el que participaron 126 establecimientos de las 17 comunidades autónomas españolas. El único representante asturiano en la final era el restaurante gijonés La Manoleta, con su "Brioche de Carrillera Ibérica", aunque se tuvo que conformar con el diploma de finalista. 

La última palabra la tuvo un jurado profesional, que cató a ciegas los bocadillos. Lo componían tres cocineros con estrella Michelín: Nacho Manzano, Koldo Royo y Mariana Sánchez. Además del presidente de Madrid Fusión, José Carlos Capel, el influencer gastronómico Joe Burger y la periodista Julia Pérez Lozano.  

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