El "ladrón-tortuga" de Oviedo: se pasea por un conocido bar del Antiguo para llevarse solo la propina y tres móviles

En la madrugada del viernes al sábado, mientras unos carbayones dormían y otros disfrutaban del ocio en el casco antiguo, un ladrón intentó desvalijar, sin demasiado éxito, un restaurante a escasos metros de la plaza del Ayuntamiento. Las cámaras de seguridad de La Puerta de Cimadevilla, uno de los establecimientos más populares de la zona, captaron la entrada de un varón a las 4 de la mañana. Tras un par de minutos en el local, su botín fueron las propinas de los camareros (274 euros) y tres teléfonos móviles que utiliza el personal de la barra (valorados en 379 euros en total). El dueño del local denunció el día siguiente los hechos ante la Policía Nacional, aportando la grabación de las cámaras de seguridad.

La grabación muestra cómo minutos antes dos individuos, en su apariencia de menos de 30 años, se acercan a la puerta del restaurante. Uno de ellos, el que luego realizó el robo, llevaba ropa deportiva, una lata de cerveza en la mano y un turbante en la cabeza, que se colocaría tapándose la cara para no ser reconocido al entrar al local. Mientras su acompañante esperaba fuera, este sujeto accedió al establecimiento por su entrada principal, que da a la calle Cimadevilla, después de forzar la puerta y desencajarla. Pronto se dio cuenta de que iba a ser imposible sustraer nada de la caja registradora y se centró en el material que encontró en la barra, empezando por llevarse los móviles que utiliza el personal del bar para comunicarse. Todo con una inusual parsimonia, sin ninguna prisa por huir.

Poco después, se percató de que ante él había un recipiente con dinero en efectivo de las propinas de los camareros y vació la lata para meter las monedas y billetes en sus bolsillos. Inmediatamente, abandonó el local por la misma puerta por la que entró. Además de las cámaras que hay en el interior y el exterior del local, existe una cámara del Ayuntamiento que también captó la presencia del ladrón y de su acompañante.

El personal del establecimiento, que tendrá que reparar la puerta, espera que se dé pronto con el malhechor, aunque reconocen su poca pericia en el hurto. Es la primera vez que sufren un robo así en La Puerta de Cimadevilla, que recuerda a otro que se produjo en el casco antiguo el pasado mes de abril. Entonces, otro atracador, algo "patoso", accedió al Llar de la Catedral, donde, hecho un manojo de nervios, solo pudo llevarse unos 100 euros en monedas del bote de propinas. No obstante, entre patadas y resbalones aquel ladrón causó un destrozo valorado en más de 10.000 euros.