La Vega abre la puerta en Asturias a un nuevo modelo industrial basado en la innovación

El convenio firmado el viernes plantea un futuro para las naves basado en la nueva industria, de innovación y centrada en el sector de la defensa y el biotecnológico

Los cargos públicos que llegaron a negociar con Defensa apoyan el despegue de la actividad económica en la parcela orientado a ámbitos tecnológicos de vanguardia

VÍDEO: Así es la Fábrica de La Vega de Oviedo a vista de dron

LNE

Chus Neira

Chus Neira

Con la firma del convenio urbanístico de La Vega entre el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento de Oviedo y el Principado, sellado este viernes por Margarita Robles, Alfredo Canteli y Adrián Barbón, la ciudad empieza a recorrer un territorio desconocido pero largamente imaginado. Desde los años ochenta, cuando la expansión urbana alargó la periferia y fue acercando aquella ciudad industrial al centro de Oviedo, distintos planes de futuro para la factoría fueron dibujados y arrojados a la basura. Ahora que la transformación de esos más de 120.000 metros cuadrados llenos de patrimonio histórico-industrial está garantizada por el compromiso adquirido por las tres administraciones, distintos responsables públicos que estuvieron involucrados en el pasado en ese mismo objetivo analizan ahora el nuevo horizonte. La conclusión principal, aquello en lo que coincide la mayoría, es que La Vega tendrá que volver a generar empleo y riqueza, vinculada a una industria que ya no es aquella pesada a la que estaba acostumbrada y sí con mucha tecnología, innovación e investigación, propia de "la cuarta revolución industrial".

Esa fue la expresión que utilizó ayer la Secretaria de Estado, Amparo Valcarce, porque al Ministerio de Defensa no le pasa desapercibido que el despegue del sector armamentístico nacional tiene en Asturias un "puntal" (así lo calificó la ministra Robles) y que las naves de La Vega pueden volver a servir a esa industria.

Si la fábrica, como insisten todas las administraciones, se volcará en ser un polo de actividad empresarial, las áreas prioritarias que se repiten hoy son las de la biotecnología y la defensa, siempre desde esa óptica de la innovación y la investigación. Para el expresidente Juan Luis Rodríguez-Vigil, escéptico con la capacidad para llevar a cabo el proyecto, no son incompatibles. Al revés, explica que lo sanitario y lo militar van siempre de la mano, y se alegra de que ahora se piense desarrollar algo que en lo que él ya pensó muchos años antes.

Algo parecido le sucede a Wenceslao López, el último alcalde socialista de Oviedo, que insiste en que esas naves deben acoger ahora "la industria del siglo XXI, la cuarta revolución industrial", vinculadas, como él ya sugirió a Defensa durante aquellas negociaciones a cuestiones de seguridad en la ciudad y fuerzas armadas. Eso sí, alerta, preservando el patrimonio y sacando la edificabilidad, que considera innecesaria.

Para Agustín Iglesias Caunedo, el primero en iniciar la última línea de negociaciones que en su tercera intentona ha logrado concluir el proceso, la "importancia" de este nuevo acuerdo suscrito por Alfredo Canteli se asienta en que "ya no hay marcha atrás". Lanzada la transformación, Caunedo considera que los tres objetivos más evidentes son "integrar la fábrica en el tejido urbano", "crear nuevos espacios para la actividad económica" y reforzar la dimensión "cultural" del proyecto vinculándolo a "la economía naranja" del conocimiento.

Otros alcaldes, décadas atrás, como Gabino de Lorenzo y Antonio Masip, expresaron también ayer su satisfacción y su deseo de que la operación llegue a buen puerto.

El propio Canteli aprovechó el día del bollo para volver a referirse a la firma del convenio como "un tema irrepetible en la ciudad". "No creo que haya habido muchos actos tan importantes como el de ayer", añadió. El regidor insistió en que la operación "recupera 100.000 metros cuadrados gratis para Oviedo", por más que, confesó, ahora hay que "trabajar mucho para que se convierta en un pulmón de actividad económica, de vida, cultural, empresas, de todo". A la "ilusión" sumó Canteli la "responsabilidad" de "llenarlo de actividad", y prometió empezar a trabajar desde mañana en un plan especial que, aventuró, "si está despachado en año y medio para poder actuar, lo firmo ahora mismo".

En su corporación hay una frágil unanimidad, que se plasmó en el Pleno que aprobó el convenio con los votos a favor de PSOE e IU y la abstención de Vox. La portavoz del partido de Santiago Abascal, Sonsoles Peralta, se mostró este viernes especialmente crítica tras la firma del convenio, que calificó como "un cheque en blanco que posiciona a la ciudad en una situación de dependencia financiera y política". Peralta juzgó "una verdadera traición a los intereses de los ovetenses" el acuerdo, que "tapa la incapacidad de gestión del equipo de gobierno local y su sumisión al gobierno socialista".

La postura de Vox es, con todo, la nota discordante en el Ayuntamiento, en tanto que el bloque de izquierdas mantiene un apoyo crítico a la propuesta. Más preocupado por cómo se desarrolle ahora el Plan Especial, IU-Convocatoria por Oviedo, según las palabras de Gaspar Llamazares, ha centrado más sus esfuerzos en ligar la edificabilidad a vivienda protección, como está comprometido ahora. El portavoz del PSOE, Carlos Fernández Llaneza, aplaude el diseño de futuro pero muestra su preocupación por la protección del patrimonio y pide que se rebaje la edificabilidad prevista.

La fábrica de armas, fotografiada desde el desaparecido viaducto de Ángel Cañedo. | Miki López

La fábrica de armas, fotografiada desde el desaparecido viaducto de Ángel Cañedo. / Miki López

Volviendo a la visión que ofrecen los anteriores responsables públicos, el expresidente Juan Luis Rodríguez-Vigil destaca que durante su etapa al frente del ejecutivo regional consideró "absurdo" que La Vega se dedicara a la fabricación de armas cortas. "Era una fábrica-ciudad que en el momento en que tuvieron que hacerse cargo de la limpieza, la seguridad y todo el mantenimiento resultaba ruinosa. Por eso planteaba que se dedicase a hacer tecnología de tipo sanitario, complementaria, no quitar el armamento pero trasladarlo a otro lugar, al parque tecnológico, y en La Vega empezar a transformar la industria. Aquí se rieron mucho, pero de esa experiencia salieron empresas punteras, se hicieron muchas cosas". Vigil no oculta cierto pesar la ver que La Vega ha tardado tanto tiempo en iniciar su transformación. "Eso es así, son los tiempos de esta jodida región, piensas una cosa 30 años antes de que suceda, pero bienvenido sea, de que lo hagan".

El expresidente regional apunta también que puede haber problemas con el sector biosanitario, y alerta de que no se empiece "la casa por el tejado". "Supone una reforma muy seria del sistema hospitalario, y lo primero es tener ingenieros que puedan trabajar con los médicos, si no, ¿qué ingeniería van a montar ahí", se pregunta. Vigil propone que de una conjunción de escuelas y facultades de ingeniería con hospitales en plazo de tres o cuatro años pueden empezar a salir proyectos.

Sobre las posibilidades del éxito de la operación, Rodríguez-Vigil es escéptico. "Creo que hay más retórica que capacidad de trabajo, y lo que hace falta es esfuerzo. En todo caso es una oportunidad. Yo espero que el Ayuntamiento, ahora que ya no están los locos de Podemos, lo hagan bien, tengo confianza en ellos", concluye. Más allá de estos planteamientos generales, el expresidente descarta del debate central cuestiones como el vial y la protección del conjunto histórico. "Eso me parecen pijadas, las típicas pijadas ovetenses", resuelve.

El anterior alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, lamenta que el convenio firmado no sea el que él negoció en su etapa al frente de la corporación, y considera, justo al revés de lo que señala el actual regidor, que su propuesta era más beneficiosa porque incluía toda la fábrica. "En cada momento hay una nueva mayoría, ahora decidieron renunciar a aquel proyecto. Yo lo respeto pero no lo asumo, y de hecho presenté alegaciones a este acuerdo". López insiste en que para firmar el convenio que había negociado, que planteaba una compra-venta, había "un requisito previo" que era la tasación de la fábrica. "Que yo sepa", resume, "La Vega sigue sin tasar, y ahí lo dejo".

De cara al futuro, lo que reclama Wenceslao López, ya con el presente convenio en marcha es que "no se convierta en un lugar residencial, porque sobra suelo urbanizable" y, en segundo lugar, que se proteja el patrimonio: "Sería una aberración que lo que es una catedral a nivel de patrimonio industrial no se aproveche al máximo, y que esa estructura no se rompa con una carretera de acceso a Oviedo". En lo que sí coincide es en la ruta que apunta a desarrollar nuevos polos industriales basados en la innovación y la investigación. "Ante el nuevo escenario", resume, "hay que minimizar daños y buscar el máximo de beneficio, salvaguardar la edificabilidad y el patrimonio, avanzar en otra dirección, y que las naves sean contenedores de la industria del siglo XXI".

Otro exalcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, se opone frontalmente a los planteamientos de López, y lejos de considerar aquellas negociaciones del tripartito como una buen vía, "lamenta", dice, "los cuatro años que Oviedo perdió con la obsesión que tenían de negarse a negociar una salida para la firma". Ahora Caunedo considra "muy importante" el nuevo convenio firmado por Alfredo Canteli, Adrián Barbón y la ministra Margarita Robles. "Es un proyecto que tiene, evidentemente, varios objetivos: integrar el espacio en el tejido de la ciudad y mejorar la sensibilidad de la ciudadana, crear nuevos espacios para al actividad económica ligado a la nueva economía, que hoy es biosanitaria, de procesamiento de datos, de investigación y cultural. La cultura tiene que estar en su doble vertiente: como generación de hábitos de cultura democrática y como economía naranja". "La fábrica de armas", resume "ofrecerá un desarrollo muy importante para toda Asturias en este nuevo ámbito económico".

Sobre la época en la que le tocó iniciar conversaciones con Defensa, Iglesias Caunedo se remonta al cierre de la factoría. "Siendo conscientes de que era una anomalía de que una fábrica estuviera en el centro de una ciudad, fue un golpe psicológico muy duro el anuncio de General Dynamics. Por el hecho en sí y por la forma sorpresiva y con nocturnidad con que la empresa lo comunicó. Nosotros en aquel momento hablamos mucho con ellos y ahora podemos decir que la empresa cumplió su compromiso, que era apostar por Trubia, entender que el futuro de la industria militar por esa fábrica, y hoy, gracias a un escenario geopolítico diferente, esa fábrica de armas está jugando un papel muy importante en el sector de la Defensa en España y en Europa".

Después del cierre, sigue Caunedo, su gobierno tuvo claro que la solución a ese espacio físico pasaba por un acuerdo entre las tres administraciones. "Nos pusimos a trabajar con el Principado para reordenar la fábrica de armas en paralelo a la reordenación urbanística del HUCA, que era el otro agujero negro que se generaba. Empezamos a hablar de reordenar parcelas, hubo varios borradores y se enviaron bocetos al ministerio de Defensa". Aquellas primeras negociaciones no llevaron a ningún acuerdo, pero hubo otras acciones que sí ayudaron. "Hicimos algo importante", confiesa el exalcalde, "que fue empezar a reintegrar la fábrica en el tejido de la ciudad. abriéndola para la Noche Blanca como ya habíamos hecho, el año anterior, con la Fábrica de Gas".

Les queda más lejos a los anteriores regidores la solución a la que se ha llegado ahora con La Vega. El socialista Antonio Masip afirma que desconoce los detalle de la operación pero confía en que el Ayuntamiento pueda llevarla a cabo. "Ojalá que les vaya bonito", lanza. Por otra parte, recuerda que en su negociación en 1984 con Narcís Serra, la fábrica quedó al margen y el Ayuntamiento se quedó con el cuartel del Milán, la creta del Naranco y alguna parcela más próxima a La Vega.

Por último, Gabino de Lorenzo, saluda el acuerdo al que ha llegado ahora Canteli: "Es una gran satisfacción que se haya firmado este convenio tan deseado y tan peleado desde hace tantos años", relató ayer a este periódico. "Espero que se lleve a término con todos los beneficios que supone para Oviedo".

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