El kamikaze de El Caleyo pide perdón a la familia del fallecido: "Lo siento mucho, me arrepiento y ojalá me pudiera cambiar por él"

Su defensa pide su absolución, la acusación particular nueve años de prisión y Fiscalía solicita cuatro años de prisión

El acusado, esta mañana, ante el juzgado de lo Penal número 3.

El acusado, esta mañana, ante el juzgado de lo Penal número 3. / Rosalía Agudín

"Lo siento mucho, me arrepiento y ojalá me pudiera cambiar por el fallecido". El kamikaze acusado de provocar el accidente que causó la muerte de Juan José Fernández, un trabajador del Ayuntamiento de Grado, que entonces tenía cuarenta años, a la altura de El Caleyo en septiembre de 2022, aprovechó su último turno de palabra para mostrar su arrepentimiento. Una situación que ni la viuda ni el resto de familiares de la víctima se cree porque llega demasiado tarde. "La mujer no ha pasado el duelo; este es un accidente causado de forma traumática sin que el autor haya tenido en estos dos años un mero síntoma de humanidad", explicó el abogado de la acusación particular, Gonzalo Botas. Momentos antes, el letrado de la defensa, Félix Guisasola, achacó a las patologías que sufre el conductor para justificar que hasta ahora no haya pedido perdón.

Todo ello fue tras la tensa segunda sesión del juicio celebrado en el juzgado de lo Penal número 3, debido a la comparecencia del perito. Tanto Fiscalía como la acusación particular le criticaron que no valorase en su informe las transfusiones de sangre y de suero que los sanitarios pusieron al acusado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) debido a las graves lesiones que sufrió. Una situación, sostienen, que provocó que bajase la tasa de alcoholemia que en el primer análisis que se le hizo fue de 224 gramos de etanol por decilitro de sangre cuando el límite legal está en 50. También le reprocharon que no valorase las otras dos pruebas que le realizaron hasta las cinco de la tarde y donde se ve reflejado una bajada de los niveles hasta los 15 gramos. "Al conductor le tuvieron que meter cuatro unidades de hematíes y se le repuso el 80% de su sangre", contabilizó Botas; mientras que el perito sostuvo que las tasas pueden cambiar, pero no la velocidad de absorción.

Otros de los que estaban llamados a declarar son cuatro guardias civiles que intervinieron el día del accidente. Los dos primeros se personaron en El Caleyo alertados de que había un kamikaze circulando por la A-66 . "Cuando llegamos , vimos un caos absoluto". Por un lado, se encontraron el coche del fallecido y el del kamikaze, que iba acompañado de otro hombre. Por el otro, estaba un camión cuyo conductor tenía un grave ataque de ansiedad y otro hombre en un coche al que les mandaron avanzar unos metros después de que ambos chocasen contra el kamikaze sin que se produjesen daños personales. Sí hubo desperfectos materiales. "Pronto llegaron los servicios sanitarios y había cosas que no había falta atenderlas". De forma paralela, procedieron a desviar el tráfico por la N-630 porque la situación hacía imposible habilitar un carril para que pasasen el resto de automóviles.

Los otros dos funcionarios se encargaron de la realización del atestado y subrayaron que el conductor iba sin el cinturón de seguridad y en la calzada no "había huellas de frenada y no hubo ninguna maniobra evasiva".

Peticiones de las partes

Tras todas las testificales, llegó el turno de las conclusiones. Las partes mantuvieron su petición solicitando la defensa la absolución del acusado o en su caso que se le condene por homicidio por imprudencia menos grave. "Las consecuencias del accidente han sido gravísimas y el acusado ha quedado minusválido de por vida con lesiones muy importantes", esgrimió Guisasola quien a renglón seguido añadió que es un "conductor inexperto e iba despistado". "No hay en el atestado indicio alguno de que la velocidad fuera superior a la permitida en una vía de doble sentido que era por la que pensaba que iba el conductor".

Por su parte, la Fiscalía mantuvo los cuatro años de prisión, pero cambió sus conclusiones sobre la responsabilidad civil para indemnizar a la viuda por los gastos del sepelio, el funeral y la factura sobre el tratamiento psicológico. "La conducta de este hombre debe ser sancionada porque iba por dirección prohibida de forma consciente". También hizo cambios la acusación particular y, después, Botas destacó que el acusado "reconoce la plena consciencia de que se metió en dirección contraria por el consumo de bebidas alcohólicas".

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