Los colores de Verónica Grech, una ilustradora con proyección internacional, no dejan de moverse
Verónica Grech inauguró ayer exposición en Oviedo, en la librería Matadero Uno, con una selección de los trabajos realizados en los últimos 7 años para las revistas internacionales con las que colabora, del "Boston Globe" al "Washington Post".

Verónica Grech, junto a una de las obras expuestas. | IRMA COLLÍN
El trabajo de Verónica Grech (Avilés, 1977) tiene un color inconfudible. Paletas luminosas a las que la ilustradora vuelve una y otra vez pero nunca de la misma forma. La artista contempla una serie de trabajos que le publicó el "Washington Post", el "Boston Globe" o el "New York Observer" y evidencia ese espíritu inquieto: "A veces me aburro y me pongo a hacer cosas más geométricas, o cambio de software, o tengo una fase círculo....".
Esa pluralidad dentro de un tipo de dibujo my de la casa se puede ver ahora, hasta el día 20 de enero, en la librería ovetense Matadero Uno (plaza de Riego). Ayer presentó la exposición, con 23 cuadros, y que suponen una selección de su trabajo más reciente, desarrollado entre 2017 y 2024 para las revistas internacionales con las que colabora de forma habitual.
También hay ilustraciones que no fueron encargadas ni publicadas. Obras en las que Verónica Grech se ha sentido, quizá, todavía más libre de abandonar algunos de sus trazos habituales. Sucede en la serie "Presidentes", una de las primeras con las que el espectador se encuentra al subir a la planta superior de la librería, donde está ubicada la exposición. Aunque Grech no suele hacer retratos o caricaturas, el Obama, el Boris Johnson y el Trump componen un tríptico donde se ve el gusto inquieto de la asturiana en los tratamientos de cada uno de los personajes.
En todas las ilustraciones se mantiene esa mirada luminosa, un humor en el trazo difícil de explicar pero que el espectador percibe a la primera, aún cuando la ilustración aborde cuestiones más serias o problemáticas.

Al fondo, cuatro ilustraciones sobre feminismo para "Vogue". / IRMA COLLÍN
Para preparar la exposición, una propuesta que surgió del escritor y amigo Guillermo Lorenzo, Verónica Grech se puso a hacer una revisión de todos los trabajos que había realizado en los últimos años. Había mucho, pero se quedó con lo que le "gustaba" y lo que le traía "recuerdos especiales de cuando los había hecho".
Aunque sean ilustraciones de encargo para revistas internacionales, en la exposición domina la temática que más le preocupa: feminismo, solidaridad, civismo... Hay una bondad evidente detrás de la mirada de Grech, sea cuando habla del "paisaje interior", de los problemas del hombre divorciado, o de "dar la chapa" o de lo que quedó del espíritu de los sesenta en el cine.
Hay una serie especial realizada para "Vogue" con cuatro retratos de mujeres vinculados a tres pioneras en la lucha por los derechos en el feminismo y también una dedicada a Ada Lovelace que se incorporó a una guía del Barbican Center de Londres.
Entre las series especiales que no fueron encargos editoriales, además de los presidentes destacan dos retratos de artistas singulares: un Bowie y un Warhol que hacen pareja en una de las esquinas de la exposición.
Para Verónica Grech el trabajo con las revistas y medios internacionales sigue siendo una de sus principales actividades. Aunque este verano se la pudo ver ilustrando las etiquetas de Estrella de Galicia para la edición especial dedicada a Asturias con el icónico puente romano de Cangas de Onís pasado por el iPad de Grech, su día a día sigue por Norteamérica. Destaca ahora mismo sus mapas ilustrados, una nueva colaboración que está desarrollando para el Washington Post.
Además, la exposición en Oviedo llega en un momento bueno, justo después de haber pasado por la feria de ilustración de Vitoria Mazoka, una de las más grandes del sector en España y donde fue seleccionada entre 600 candidatos para ocupar uno de los 40 puestos.
La asociación Apiast se presenta el día 30
La exposición de Grech lleva también un sello de calidad que se presenta por primera vez en público, el de Apiast, la Asociación de Profesionales de la Ilustración de Asturias. En él se certifica un "arte ético y responsable" y que "esta obra ha sido creada sin inteligencia artificial generativa". Parece raro, pero Grech explica que cada vez más le preguntan si las ilustraciones las hace ella. Para luchar contra problemas como el de la IA, las ilustradoras asturianas se han asociado. Apiast se creó en septiembre y a día de hoy, explica su presidenta, Eva Ramil, son unos 60. El 30 de enero se presentarán en público en Gijón en una sesión que incluirá una muestra de trabajo de medio centenar de artistas asturianos de nación o de adopción.
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