La rotura de una tubería provoca un "géiser" en el centro de Oviedo con un chorro que supera un edificio de cuatro pisos
La avería, que dejó sin suministro a cinco portales, se produjo cuando una de las máquinas que están ejecutando la obra de peatonalización de la zona de Mendizábal rompió una acometida

LNE/ A.R.F.
El chorro de agua pasaba por encima de un edificio de cuatro pisos. La rotura de una acometida en la calle Ramón y Cajal, concretamente frente al número 16 de esta céntrica vía del casco antiguo, provocó ayer que todo su contenido saliese hacia arriba a presión y que se formase un enorme surtidor similar a los "géiser", esas fuentes hidrotermales que lanzan periódicamente una columna de agua caliente, mezclada con vapor , y que son un auténtico espectáculo natural. El escape se produjo alrededor de las once de la mañana, cuando una de las máquinas que se encuentran trabajando en la peatonalización de la zona de la calle Mendizábal rompió por error la tubería mientras picaba para acometer las labores de renovación del pavimento. El suministro se cortó con celeridad poco después de que la máquina perforase la tubería.
El cañón de agua que surgió de la acometida provocó que se formasen algunos charcos en la zona, acumulaciones de agua que llegaron a cubrir por la altura del tobillo pero que fueron retiradas "sin afectar para nada" al desarrollo de las obras, según explicaron los operarios de la empresa que las está acometiendo en el mismo lugar de lo ocurrido.
Los peores parados fueron los vecinos de los cinco portales de la calle Ramón y Cajal, que se quedaron sin agua durante casi tres horas. El servicio, según confirmaron fuentes de Aqualia, la empresa concesionaria del servicio en Oviedo, se restableció a las dos menos cuarto de la tarde. El corte sólo se produjo en la calle Ramón y Cajal, ya que en Mendizábal y en la calle Pozos no hizo falta restringir el servicio.
Algunos de los residentes del número 16 de Ramón y Cajal, el portal frente al que se produjo la rotura de la tubería, también tuvieron que utilizar la fregona para retirar el agua que les entró en casa a consecuencia del accidente, aunque en ningún caso hubo que lamentar grandes daños. "Lo malo es que ahora tengo que ponerme a limpiar todas las ventanas", explicaba una de las vecinas tras lo ocurrido. "No fue nada, pero al principio llevé un susto tremendo. Cuando miré había un chorro de agua enorme y no sabíamos lo que estaba pasando", añade la mujer.
Lo ocurrido ayer fue un incidente aislado. Las obras de peatonalización de esta zona del casco histórico marchan "a buen ritmo" y estarán listas en un mes. Al menos esos son los plazos que baraja Nacho Cuesta, el concejal de Planeamiento, para finalizar los trabajos que se están llevando a cabo en el eje conformado por las calles Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos. Esas obras se retomaron este lunes tras haber estado paradas durante las fiestas navideñas por motivos de seguridad. No en vano, en este punto de la ciudad se producen aglomeraciones durante estas fechas.
Los operarios de la empresa Ogensa retomaron la actividad con los preparativos de los trabajos de pavimentación de la calle Ramón y Cajal –entre los cruces con Porlier y Altamirano– después de acabar la actuación en el colector. Lo que queda de las obras es la actuación en la plaza de Riego, así como la calle Pozos. Unos trabajos que se ejecutarán durante las próximas semanas.
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