Un profesor de vuelta al aula

José Luis Capitán "Capi": "La enfermedad me enseñó a ser mejor persona"

"Quizás entre vosotros esté el investigador que dará en el futuro con la cura de la ELA", dice el exatleta ante los alumnos del IES Doctor Fleming

José Luis Capitán, en el centro, rodeado por los estudiantes del IES Doctor Fleming. | LNE

José Luis Capitán, en el centro, rodeado por los estudiantes del IES Doctor Fleming. | LNE

"Ojalá lo vivido hoy (por ayer) aquí os ayude a todos a llevar las frustraciones que puedan llegar de la manera más positiva posible, siempre recordando que hay gente que os quiere en la que podéis y debéis apoyaros, y que nadie os ponga límites", aseguró el exatleta salmantino afincado en Asturias y enfermo de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) José Luis Capitán "Capi", ante cerca de un centenar de alumnos del IES Doctor Fleming. El maestro volvió al aula, al salón de actos del centro educativo, para hablarles de la enfermedad que padece desde hace diez años.

La ELA "le puede tocar a cualquiera, es neurodegenerativa y afecta progresivamente a las conexiones neuronales que van desde el cerebro a los distintos músculos del cuerpo", expuso. Capitán –que se comunica a través de un dispositivo equipado con un visor ocular que maneja con sus ojos y transforma las frases en una locución– trasladó a los jóvenes que desde el momento en el que recibió el diagnóstico decidió convertirse en "un firme activista en la lucha contra la ELA, tratando de visibilizar la enfermedad y recaudar fondos para los enfermos más vulnerables y para la investigación".

En aquel momento la ELA era "una gran desconocida", pero junto a Capitán surgió "un grupo de enfermos activistas" que se encargaron de que se conociese más. "El problema no es la adversidad en sí, sino la forma de afrontarla. Utilizar las herramientas adecuadas y apoyarse en los que realmente te quieren es una buena receta", remarcó en la charla, una de las numerosas que imparte en colegios e institutos de la región.

"Hace diez años era maestro, atleta semiprofesional y entrenador. Un día de julio, estando de vacaciones en mi pueblo de Salamanca, noté una pérdida de fuerza en mi mano izquierda partiendo un filete", comentó. La sintomatología, añadió, "la seguí notando tocando la gaita, instrumento al que llevaba dos años aficionado. De repente, las canciones que sabía empezaron desafinar porque mis dedos no tapaban con fuerza los agujeros".

Preguntas

Luego, explicó, "me falló el brazo izquierdo, después el derecho, y más adelante las piernas. Tuve que usar una silla de ruedas, con el paso de tiempo no podía hacer la deglución de alimentos ni tampoco respirar. En la actualidad hablo gracias a este aparato, me alimento con una sonda en el estómago y respiro con este tubo".

La enfermedad, subrayó ante las preguntas que le trasladaron los estudiantes, "me ha enseñado a ser mejor persona, percibo mejor los problemas de los demás y me he convertido en más solidario". Recordó el exatleta que un médico le dijo en San Sebastián que en los años ochenta se morían los pacientes de VIH y que a partir de los noventa eran crónicos gracias a un tratamiento. "Quizá esté aquí, entre el público, el futuro investigador que dé con la cura de la ELA", concluyó.

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