José Mompeán Martín | Coordinador de la candidatura de Oviedo a Capital Europea de la Cultura en 2031

"Oviedo tendrá toda mi entrega para crear un gran proyecto e imaginar la ciudad del futuro"

"Debemos presentar un proyecto creíble y coherente con las necesidades que hayamos detectado tras un proceso de participación", afirma el experimentado y versátil gestor cultural madrileño, recién llegado a la capital asturiana para ponerse al frente del proyecto "Oviedo 2031"

José Mompeán  Martín.

José Mompeán Martín. / Fernando Frade / Codalario

Álvaro Faes

Álvaro Faes

José Mompeán Martín (Madrid, 1967) lleva unos pocos días en Oviedo, pero ya la ha dado tiempo a conocer un poco la ciudad. La ha caminado, ha conocido La Vega y otros muchos lugares clave de la que será su casa al menos hasta diciembre. Este veterano gestor cultural, curtido en mil batallas artísticas y creativas, asume la coordinación de uno de los mayores proyectos de la ciudad en lo que va de siglo: convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2031. El primer hito está en el próximo diciembre, cuando las precandidatas afrontarán la primera criba. Además de Oviedo, optan Burgos, Granada, Jerez de la Frontera, Toledo, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria y Pamplona. Aunque trabajará con la meta de 2031, pretende además dar un giro al concepto cultural ovetense, que la ciudad dé un paso adelante y conozca nuevas herramientas para potenciar lo mucho y bueno que tiene. Si lo logra, quizás una cosa lleve a la otra y todo cristalice en ese 2031.

-Asume una gran responsabilidad. ¿Cómo lo valora?

-Antes de nada, permítame mostrar mi agradecimiento al Ayuntamiento de Oviedo por haber pensado en mí como la persona adecuada para coordinar este proyecto de la candidatura a Capital Europea de la Cultura. Soy muy consciente de la gran responsabilidad que es representar a toda la ciudad. También soy consciente del trabajo que tenemos por delante.

-Ilusión no le faltará.

- Puedo asegurar a los ovetenses que tienen mi total entrega y compromiso, no solo para presentar el mejor proyecto posible en diciembre ante el jurado, algo que estoy seguro haremos, sino para generar e impulsar una visión estratégica con nuevas dinámicas y metodologías que traten de mejorar los procesos actuales y sirvan para imaginar entre todos el Oviedo del futuro.

-En un escenario ideal, con Oviedo convertida en Capital de la Cultura en 2031, ¿qué podrían esperar los ciudadanos de ese periodo? ¿Cómo se notaría en la ciudad esa capitalidad?

-Si trabajamos bien entre todos, no habrá que esperar a 2031 para que empiecen a notarse los efectos en todos los barrios de Oviedo y de su entorno metropolitano. El trabajo que iniciamos ahora no se va a centrar exclusivamente en ese año, se trata de un proceso de cambio en la ciudad con aciones reales.

-¿Y cómo harán esos cambios?

-Daremos importancia a aspectos aparentemente intangibles, pero que muchas veces son los que transforman de verdad a las ciudades. Nos interesa mucho la oportunidad que tenemos por delante para generar comunidad, para encontrar espacios de encuentro donde escucharnos y entendernos mejor, para aumentar el reconocimiento y la autoestima del sector cultural y el orgullo de todos los vecinos por su ciudad.

-¿Cuál será su tarea exacta en Oviedo?

-Estoy contratado como asesor y me parece que define bien mis tareas en este momento. Me siento más cómodo como coordinador que en un papel de director de la candidatura, que puede entenderse desde fuera de una forma más jerárquica, algo distante y menos abierta a la colaboración de todos.

-Pretenden conjugar la candidatura de la capitalidad europea con un proyecto en la ciudad a diez años, como adelantó este periódico, ¿cómo lo harán?

-Pues de ahí lo de la coordinación, que será muy necesaria para pensar en ambos proyectos a la vez, son planes que caminarán en paralelo durante estos meses y que se retroalimentarán continuamente.

-¿Qué beneficios puede obtener Oviedo en caso de superar este primer proceso, con independencia del resultado final posterior?

-El camino estará marcado por ese plan estratégico que marca un ciclo de diez años, por lo que el proceso que iniciamos ahora debería ser independiente de pasar o no este primer corte. Ahora bien, pasarlo, que evidentemente es lo que queremos, será un respaldo a la manera en la que estamos trabajando y eso revertirá de forma directa en el sector cultural asturiano. Además, se determinará la fórmula administrativa más adecuada para organizar y reforzar el trabajo de la candidatura y la oficina de "Oviedo 2031" tendrá que crecer en equipo el próximo año.

-¿Qué aportará usted al proyecto de "Oviedo 2031"?

-Toda mi experiencia. He trabajado en proyectos muy diversos; desde el comisariado de exposiciones a la dirección de festivales, o de la creación de nuevas propuestas culturales a procesos de participación. Esto me permite tener una amplia visión y un método de trabajo en los que la imaginación, la escucha activa y permanente, un análisis creativo y la autocrítica como reflexión para mejorar son herramientas fundamentales para alcanzar metas realizables, al menos llegar a estar muy cerca de ellas.

-¿Cómo puede diferenciarse Oviedo de las ciudades españolas con las que compite en esta primera fase?

-Estoy seguro de que todas presentaremos buenos proyectos. La candidatura es una oportunidad para impulsar una reflexión sobre modelos de gobernanza y ciudad, para aportar visiones estratégicas locales que afectan de manera directa al tejido cultural y creativo. Si todas las ciudades entendemos esta oportunidad, ya habremos ganado mucho. La convocatoria define ya un marco muy específico al que debe ajustarse cada proyecto. Las grandes diferencias entre unos proyectos y otros se darán en función de la metodología que cada ciudad aplique para encontrar las respuestas coherentes y adecuadas a las preguntas que plantea la convocatoria.

-¿Oviedo tiene posibilidades?

-Si somos capaces entre todos de detectar y entender bien las necesidades y oportunidades de la ciudad, y por extensión de la región, la candidatura tiene un gran potencial. Y no solo por el hecho de ganar o no la designación de la capitalidad en 2031, sino porque el trabajo que se hará servirá para generar unas dinámicas beneficiosas a largo plazo y un mayor reconocimiento por parte de la propia población local de los numerosos proyectos culturales de prestigio que ya están en marcha en Oviedo y Asturias.

-Prometen participación.

-Es que el proyecto se va a abrir a toda la ciudad, no solo al tejido cultural y creativo. Queremos aplicar una metodología más transversal y abierta, que nos permita informar a todos, pero sobre todo escuchar y compartir, tanto la planificación, como el proyecto de la candidatura. Sin una implicación local, si todo este trabajo no está construido por la propia ciudadanía, ambos proyectos serán fallidos.

-Ya estuvo al frente de la candidatura de Zaragoza en 2016.

-Fue otra oportunidad magnífica en la que aprendí muchísimo y que me permitió colaborar estrechamente con el equipo de esa ciudad, particularmente con Víctor Domeque, Diego Garulo y su director, César Falo, en el diseño de un espléndido proyecto de candidatura que se basó en un plan estratégico de cultura, un amplio proceso de participación, un programa muy coherente con las necesidades de la ciudad.

-No ganaron

-Quedamos finalistas, pero la ciudad salió muy reforzada de todo ese trabajo.

-¿Qué debe hacer Oviedo para superar esta primera criba en diciembre?

-Debemos presentar un proyecto creíble y coherente con unas necesidades y oportunidades de la ciudad que hayan sido detectadas en un proceso de participación y escucha activa y permanente entre las diferentes áreas municipales, el sector cultural y el tejido social local. Que esta cooperación se amplíe al territorio asturiano con la necesaria implicación de Principado y de otros municipios de la región.

-¿Cómo puede ser esa colaboración?

-Entre todos tendremos que diseñar una excelente programación pensada para todos los públicos y con una clara dimensión europea, con atractivas acciones en las que estén implicados desde el principio otros socios de la UE. Y que todo este trabajo esté integrado en el marco del plan estratégico de diez años, que no solo aportará solidez y credibilidad al proyecto, sino que nos permitirá integrar el legado de la capitalidad de una manera natural en esa visión de la ciudad y podremos mantener muchas de las dinámicas y acciones propuestas más allá de 2031.

-Habló antes de los grandes proyectos culturales de Oviedo y de Asturias, ¿cuáles destacaría?

-Fantásticas propuestas como la de Carlos Baumann y el Kuivi, una singular iniciativa que cuesta encontrar en cualquier otra ciudad española. Como la Noche Blanca de Oviedo, con una identidad y una calidad muy distinta a propuestas similares. O que sepan que aquí ha nacido, de la mano de Sara Roca y Pablo Fernández, uno de los sellos discográficos más interesantes y de mayor prestigio de la escena musical actual. Que aquí se ha imaginado, gracias al trabajo de Cristina de Silva y Nacho de la Vega, uno de los mejores festivales internacionales de experimentación sonora electrónica, el L. E. V. [el festival se desarrolla en Gijón, pero de su firma también es el Link ovetense]

-¿Algo más?

-Tienen como vecinos a dos absolutas referencias internacionales de la música antigua como Aarón Zapico, director de "Forma Antiqva", y Marco Antonio García de Paz, con "El León de Oro". Y quizá ya muchos conozcan a Rodrigo Cuevas, pero no tanto su nuevo proyecto de La Benéfica en Piloña, uno de los mejores ejemplos de iniciativas culturales en el territorio rural. Hay muchas más propuestas por descubrir que ya existen y otras que todavía no existen o están naciendo y que serán nuevos casos de éxito si se les apoya ahora. Esa es otra de las grandes oportunidades y responsabilidades de este trabajo que tenemos por delante.

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