Medidas contra unos visitantes molestos

Oviedo refuerza su guerra contra los estorninos con más presupuesto

La partida del control de aves aumenta un 40% para hacer frente a las estancias cada vez más largas de la especie en la ciudad

Una gran bandada de estorninos, sobrevolando el Campo San Francisco, en una imagen de archivo.    | JULIÁN RUS

Una gran bandada de estorninos, sobrevolando el Campo San Francisco, en una imagen de archivo. | JULIÁN RUS

El Ayuntamiento contará a partir de agosto con más armas para la batalla contra las molestias generadas por la llegada masiva de bandadas de estorninos a la ciudad en determinados periodos del año. La junta de gobierno municipal acaba de aprobar los pliegos del nuevo contrato de control de aves, con la previsión de un aumento del 40% en la partida con el fin de sufragar el encarecimiento del coste de los materiales y la necesidad de contar con una mayor dedicación de personal al detectarse que las estancias de esta especie son cada vez más largas, posiblemente por el cambio climático.

La concejalía de Salud Pública, dirigida por la popular Lourdes García, prevé invertir un máximo de 176.000 euros en cuatro años en medidas para ahuyentar a los estorninos de las zonas donde suelen causar más molestias por ruidos y suciedad a los ciudadanos, así como para reducir la población de palomas y gaviotas, cuya creciente presencia en la zona urbana es objeto de muchas llamadas vecinales a los teléfonos de atención ciudadana y emergencias.

Los pliegos del contrato apuntan a dos sistemas para alejar a los estorninos de las casas. El Ayuntamiento prevé contratar a un biólogo o veterinario con una dedicación del 20%, así como un oficial de primera con una dedicación de seis meses para desplegar sistemas de alarma que espanten a los estorninos de sus habituales dormideros, así como un servicio de cetrería que se encargaría de alejar a los pájaros de los bloques residenciales utilizando la ayuda de aves rapaces.

En el caso concreto de las palomas y las gaviotas, se prevén una veintena de jornadas dedicadas a la reducción de la población, aunque no se concretan los métodos. Todo ello debe de estar incluido en un plan de actuación que las compañías interesadas en el contrato deberán de especificar antes de la adjudicación.

Aunque en principio las actuaciones frente a los estorninos están previstas entre los meses de septiembre y marzo, la contrata deberá de asumir el compromiso de atender avisos fuera de dicha temporada si finalmente se adelanta la llegada o se retrasa la marcha de las aves de territorio ovetense.

Los expertos apuntan directamente a los cambios meteorológicos y los cambios biológicos registrados en los últimos años como las principales causas de que la temporada de estorninos sea cada vez más larga. Se trata de una especie que todos los años emigra desde zonas del centro y el norte de Europa. Normalmente, vuelven a los mismos lugares, pero según fuentes municipales, las actuaciones realizadas durante los últimos años han conseguido que las aves se muevan más y causen menos molestias en las zonas residenciales.

Entre las labores de la contrata está la de realizar un censo mensual de las bandadas de este tipo de pájaros. Cuando se localice un asentamiento, los técnicos deberán de acudir diariamente y poner en práctica los planes de disuasión diseñados hasta conseguir que las aves se vayan. Posteriormente, se controlarán los nuevos asentamientos y será el Ayuntamiento el que tendrá la última palabra a la hora de decidir si permite a los estorninos permanecer allí o, por contra, intenta espantarlos hacia otra ubicación distinta.

Alertas vecinales

La actuación del equipo municipal de control de aves depende en gran medida de las alertas vecinales. Son las llamadas de estos las que sirven a las al Ayuntamiento para pulsar las zonas en las que es necesario actuar.

Sin ir más lejos, el personal del contrato antiestorninos que todavía está en vigor, prevé actuar la próxima semana en Llamaquique, donde la presencia de grandes bandadas de estorninos trae de cabeza estos días a varios residentes. "Hacen muchísimo ruido y dejan perdidas muchas aceras y fachadas de los bloques residenciales", explican fuentes de la concejalía encargada de hacer frente a uno de los principales problemas que los ovetenses se encuentran entre los meses de otoño y primavera.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents