Hablan los testigos del atropello a tres menores de edad cuando iban al instituto en Oviedo: "Fue una escena dantesca, pensé que había habido una masacre"
Dos hermanas mierenses de16 y 15 años están en la UCI del HUCA en estado grave y una ovetense de 12 años fue ingresada en planta por los golpes sufridos
"Se me fue el coche, pero no sé por qué", explicó el conductor a una testigo que se encargó de llamar de inmediato al 112

LNE
Un conmovedor suceso encendió todas las alarmas a primera hora del viernes en una de las zonas más transitadas del centro de la ciudad. La inesperada invasión de la acera por parte de un coche junto a lo que en su día fue el Sanatorio Blanco terminó con dos hermanas mierenses de 16 y 15 años ingresadas en estado grave en la UCI del HUCA y una niña ovetense de 12 años que se dirigía al IES Aramo pasando la noche en el hospital para someterse a pruebas por los golpes recibidos. El conductor, de 19 años y originario de Barres Castropol, dio negativo en la prueba de alcoholemia y drogas. La Policía Local investiga un exceso de velocidad como posible causa del siniestro.
Los hechos tuvieron lugar pasadas las ocho de la mañana. Las tres chicas y un cuarto joven se disponían a cruzar la avenida padre Vinjoy, desde las inmediaciones del edificio construido sobre la parcela del antiguo Sanatorio Blanco hacia Llamaquique, cuando, de repente, un Opel Astra oscuro que venía procedente de la avenida Hermanos Menéndez Pidal se saltó un semáforo en rojo, hizo un giro a la izquierda hacia Padre Vinjoy e invadió el espacio peatonal. "Se me fue el coche, pero no sé por qué", explicó el conductor a una testigo que se encargó de llamar de inmediato al 112.
El peatón varón consiguió esquivar el vehículo, pero las tres adolescentes resultaron peor paradas, quedando tiradas en el suelo entre la propia acera y una zona verde en la que ayer por la tarde todavía podía verse alguna rodada.
Las dos hermanas, actualmente tuteladas por el Principado en un centro de menores de la ciudad, fueron las más damnificadas. La mayor sufrió un traumatismo craneal grave y la de 15 años recibió fuertes golpes en la cara y en un hombro. Las dos tenían previsto coger el tren para ir a clase, como cada día, a un instituto de Mieres. Sin embargo, ayer terminaron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del HUCA, donde su pronóstico era grave, aunque fuentes próximas al caso apuntaron que "su vida no corre peligro, salvo complicaciones".

Un coche arrolla a tres menores en Padre Vinjoy cuando iban al instituto / LNE
La tercera afectada se dirigía a pie desde su casa al IES Aramo. Había empezado recientemente a ir sola hasta el centro educativo y ayer vivió una experiencia que posiblemente no olvidará en su vida. "Sé que iba a cruzar y no me acuerdo de nada más", relató a sus familiares cuando la visitaron en el hospital, donde ayer permanecía ingresada en el área de Pediatría con una fisura en la nariz, así como golpes en la boca y la cabeza. Su diagnóstico es de herida leve, pero los médicos optaron por realizarle unas pruebas para descartar complicaciones de posibles derrames internos.
Mientras las menores eran trasladadas al centro sanitario de La Cadellada, agentes de la Policía Local practicaron al conductor las pruebas de alcoholemia y drogas, arrojando ambas un resultado negativo. El chico afirmó desconocer los motivos de su salida de la calzada, los cuales están siendo investigados por agentes especialistas en Tráfico de la Policía Local de Oviedo.
Las declaraciones de numerosos testigos y grabaciones de cámaras de tráfico de la ciudad permitieron al cuerpo municipal cerrar ayer el atestado, que de momento no ha sido reclamado por los juzgados. La principal hipótesis es que el conductor aceleró para que el semáforo no cerrase y después perdió el control del vehículo.
"Parecía una masacre", dice la testigo que llamó al 112
Apenas pasaron unos segundos del atropello cuando una peatona asomó a la esquina entre las calles Padre Vinjoy y Muñiz Toca, encontrándose con unas imágenes muy impactantes. "Fue una escena dantesca, pensé que había habido una masacre", explicó a LA NUEVA ESPAÑA la mujer, que fue la primera en tirar de teléfono para alertar a los servicios de emergencia sobre lo ocurrido.
"Me encontré a una niña inconsciente, a otra boca abajo sangrando de manera abundante y una tercera, tirada, clamando por ayuda", relata la testigo, quien en unos primeros instantes apenas acertaba a echar mano al móvil. "Una de las niñas me pidió que llamara a su madre", añadió sobre la más pequeña de las víctimas, la de doce años, a la que encontró en estado de "shock", sin hallar respuestas a lo que había ocurrido.
La mujer también intercambió unas palabras con el conductor del vehículo, el cual se identificó desde el primer momento como tal, mostrándose tan nervioso o más como la más pequeña de las víctimas. "Le dije si era consciente de lo que había hecho, pero no supo qué responderme", apuntó.
Justo después de llamar a los servicios de emergencias, la peatona telefoneó a la madre de la niña de doce años, a la cual pilló viajando en tren hacia su puesto de trabajo. "Le dije que si podía venir porque la cría se había caído y le dolía una pierna. Traté de obviar lo del atropello para no ponerla muy nerviosa", sostiene.
Finalmente se desplazó hasta el lugar del accidente la abuela de la pequeña, a la que acompañó en su traslado hasta el HUCA, donde fue ingresada en la unidad de Pediatría y a media tarde dormía a pierna suelta, arropada por los suyos, tras pasar la que hasta ahora ha sido, sin duda, la peor mañana de su corta vida.
Peores temores
La testigo poco pudo hacer por las otras dos chicas. "La que estaba inconsciente llegaron a taparla completamente y me temí lo peor", explica en relación a la chica de 16 años sobre la que, ya por la tarde, supo de su favorable evolución. "Ojalá se recuperen pronto y todo esto quede en un susto", comentó.
Aunque fue la primera en auxiliar a las víctimas, no fue la única en presenciar el siniestro o sus consecuencias. "Una mujer a la que el suceso pilló a más de 200 metros de distancia afirma haber llevado un gran susto cuando caminaba por la acera en la calle Hermanos Menéndez Pidal. "Escuche golpes y algún que otro grito, pero no acertaba a saber lo que en realidad estaba ocurriendo", declaró esta vecina del barrio de Llamaquique.
En lo que respecta a las dos hermanas mierenses, la Policía Local avisó a la tutora que ambas tienen asignada en un centro de menores de la ciudad para darles traslado de lo ocurrido. Las dos llevan poco tiempo alojadas en el equipamiento de titularidad regional y siguen desplazándose cada día al centro educativo de su localidad natal donde cursan sus estudios en el mismo círculo social en el que se desenvolvieron desde pequeñas. En el centro mostraron en todo momento su preocupación por el estado de salud las chicas.
Punto conflictivo
El accidente generó una gran preocupación en la concejalía de Seguridad Ciudadana. José Ramón Prado, edil responsable de este área municipal, se enteró rápidamente de lo ocurrido y siguió desde muy cerca las labores de atención a las víctimas. El concejal popular mostró su preocupación por las investigaciones que apuntan a un posible exceso de velocidad en la zona y reconoció tener constancia de que el cruce entre Padre Vinjoy, Muñiz Toca y Hermanos Menéndez Pidal suele ser conflictivo. "Parece ser bastante habitual que los conductores pisen el acelerador para intentar pasar antes de que cierre el semáforo", declaró Prado.
Su teoría es compartida por algunos peatones consultados ayer por LA NUEVA ESPAÑA, que se reconocen asiduos a esta zona. "Si es verdad que muchos aceleran más de la cuenta cuando dan ese giro, pero también es cierto que hasta ahora no hubo ningún accidente tan grave", reflexionó en voz alta José Ramón Poves, vecino del barrio del Cristo, que una hora después del suceso, cuando ya estaba la zona despejada, alucinaba al ver los restos del faro y unas posibles rodadas das del coche en la zona verde situada junto al paso de cebra donde tuvo lugar el atropello.
Toque de atención
Otros ven en este suceso un toque de atención respecto a la necesidad de inculcar un mayor civismo y cuidados a los conductores, especialmente, en entornos escolares y pasos de peatones muy transitados durante las horas punta. "La gente va con prisa y si no ve policía controlando tira para adelante sin pensar que puede llevarse a alguien por delante", denunció Amelia López, vecina de la zona del atropello. n
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