Ciudad secreta

La historia de Cuca, la belleza de Oviedo que deslumbró en el Día de América en Asturias de 1956

Cuca García-Valdés fue la reina de Asturias de la tradicional cita carbayona. Casi 70 años después, sus hijos recuerdan la vida de su amantísima madre gracias a la aparición en Estados Unidos de una grabación inédita del multitudinario festejo

Cuca García-Valdés, saludando al público desde la carroza de la Diputación Provincial como reina de Asturias, durante el desfile del Día de América del año 1956.

Cuca García-Valdés, saludando al público desde la carroza de la Diputación Provincial como reina de Asturias, durante el desfile del Día de América del año 1956. / UCLA/LNE

El destino a veces es caprichoso y de lo cotidiano nacen experiencias inolvidables. Algo así le ocurrió, en 1956, a Cuca García-Valdés. Los hados, con la ayuda de unas almohadas que la joven, de 17 años en aquel entonces, llevaba entre sus brazos, hicieron que llamase la atención de los organizadores del desfile del Día de América en Asturias durante una reunión que mantenían en el emblemático café Peñalba, en la calle Uría. Su innegable belleza hizo el resto para merecer la corona de reina de Asturias de la cabalgata de aquel año. La joven deslumbró a la región y a las Américas, un hito que ha repetido casi setenta años después al salir a la luz una grabación inédita de la fiesta perteneciente a la colección del magnate norteamericano de la prensa William Randolph Hearst. La cinta, y otras muchas, se han restaurado tras pasar décadas a la sombra en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).

"Estamos encantados de volver a ver a mi madre, tan joven, tan guapa", cuentan, pletóricos, los hijos de Cuca García-Valdés –Sonia, María, Cristina, Marta y Pedro García-Conde– sobre las imágenes de su madre, que falleció en el año 2010. Verla "en movimiento" les ha emocionado hasta niveles insospechados. La familia, que Cuca formó con el empresario del mundo del metal Pedro García-Conde, tiene fotografías de aquel lejano 24 de septiembre, pero ni de lejos es lo mismo que un vídeo.

En la foto de la izquierda, sus hijos con sus parejas, en Ribadesella: Borja Fábregas, Pin Ballvé, Marta García-Conde, María, Marta y Nacho Ballvé, Marta Cabrera, Cristina García-Conde, Javier Moreno, María García-Conde, Pedro García-Conde, Sonia García-Conde y Nacho Ballvé, y agachado, Javier Fernández Hidalgo. A la derecha, sus nietos, en la casa familiar de Oviedo: Javier Moreno, Marta Ballvé, Pedro García-Conde, Nacho Ballvé, Martita García-Conde, Gonzalo Moreno, María Ballvé, Lucía Ballvé, y delante, María Ballvé, Cristina Moreno y Paloma García-Conde.

Sus hijos con sus parejas, en Ribadesella: Borja Fábregas, Pin Ballvé, Marta García-Conde, María, Marta y Nacho Ballvé, Marta Cabrera, Cristina García-Conde, Javier Moreno, María García-Conde, Pedro García-Conde, Sonia García-Conde y Nacho Ballvé, y agachado, Javier Fernández Hidalgo. / LNE

Las fotografías no son el único recuerdo que sus allegados atesoran de aquella jornada. La tiara, que lució ante más de cien mil personas, según atestiguan las crónicas de la época, aún la guardan. "Era una diadema, de diamantes falsos, que se compró para la ocasión y que la mataba de dolores", explican, con cariño. Esa corona de reina entre las reinas está en la casa familiar de Oviedo. Cuca era una mujer para la que lo más importante era su familia y les dejaba a sus hijas, de pequeñas, la diadema para jugar.

La belleza que deslumbró a dos continentes

Sonriente, con su esposo. / LNE

La belleza del desfile de 1956 era hija de Alfredo García-Valdés Paladini –que jugó al fútbol como delantero del Real Stadium Ovetense del que surgió, tras su fusión con el Real Club Deportivo Oviedo, el Real Oviedo– y Esmeralda Cifuentes, hija del célebre Ramón Cifuentes que hizo fortuna en Cuba, en la industria tabacalera, con la marca de puros "Partagás". De joven vivió en Madrid, pero pasaba los veranos en Asturias, en La Carrera, en Siero, o en El Carmen, en Ribadesella, donde le apasionaba conducir su Seat 600 de color rojo. Allí conoció a su marido, dicen los hijos, con el que estaba tremendamente unida.

La belleza que deslumbró a dos continentes

Sus nietos, en la casa familiar de Oviedo: Javier Moreno, Marta Ballvé, Pedro García-Conde, Nacho Ballvé, Martita García-Conde, Gonzalo Moreno, María Ballvé, Lucía Ballvé, y delante, María Ballvé, Cristina Moreno y Paloma García-Conde. / LNE

Era una madre "maravillosa" a la que todos "adoraban". "Con nosotros era cariñosísima y por sus nietos lo que tenía ya era locura", manifiestan los hijos. Cuca no se cortaba en jugar con ellos a lo que quisieran e, incluso, ver partidos de fútbol. Era "simpática e inteligente", también "creyente y practicante" –muy activa colaborando en la parroquia de San Juan el Real y con su histórico párroco Fernando Rubio–, a la par que "muy moderna para la época".

Una apasionada de la cultura

La protagonista de estas líneas también era una apasionada de la cultura. Estudió la carrera de piano y era una cinéfila empedernida. De joven, una asidua de las salas de proyecciones ovetenses, como el cine Aramo; de más mayor, atesorando una inmensa cantidad de cintas y DVDs en las estanterías de su casa. Además, disfrutaba de la lírica y escribía poesía, un talento que regalaba a sus amigos y familiares cuando tenía ocasión. "Si celebrábamos una fiesta de cumpleaños, por ejemplo, siempre escribía algo para la persona y se lo leía", comentan sus descendientes. También gran jugadora de cartas, especialmente de mus y bridge, organizaba unas timbas "divertidísimas" con sus amigos.

A la izquierda, Cuca García-Valdés , en 1974, con su hijo  Pedro en brazos, y junto a su marido, Pedro García-Conde, con su hija Marta; detrás, Sonia, María y Cristina. A la derecha, sonriente,  con su esposo. | LNE

Cuca García-Valdés , en 1974, con su hijo Pedro en brazos, y junto a su marido, Pedro García-Conde, con su hija Marta. / LNE

"Estamos superorgullosos de la grandísima familia que formó con nuestro padre, somos 29 y hay dos en camino", transmiten sus parientes sobre una mujer, que aparte de deslumbrar con su belleza y ganarse de una corona, consiguió lo más importante en la vida: el amor de sus seres queridos y una casa llena de gente que se quiere y crece unida.

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