Un hecho sangriento que cambió la historia

Rosana Pastor: "Hoy, la ultraderecha no necesita atentar para llegar al poder"

La actriz y directora presenta esta tarde "Siete días en mayo", una película documental "necesaria" sobre la matanza de Atocha de 1977

Rosana Pastor.

Rosana Pastor. / LNE

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Memoria, dignidad, reivindicación. Rosana Pastor, directora de la película documental sobre la matanza de Atocha de 1977 "Siete días en mayo", asistirá hoy, a las 20.00 horas, a su proyección en los Cines Embajadores, tras la que habrá un coloquio con el secretario general de CC OO en Asturias, José Manuel Zapico. Pastor (Alboraya, 1960) ganó el "Goya" a mejor actriz revelación en 1996 por su papel de Blanca en "Tierra y Libertad", del muy comprometido y combativo Ken Loach. Una mirada que, reconoce a LA NUEVA ESPAÑA, "influyó en mi trayectoria como actriz, persona y directora. Loach buscaba personas que se pusieran delante de la cámara y pudieran defender con sus propios argumentos las palabras del guion. Yo tenía un componente social en mi forma de ver el mundo en defensa de una sociedad igualitaria y Loach lo percibió".

Si preguntáramos en un colegio qué fue la matanza de Atocha "quizás algunas personas lo relacionarían con los atentados islamistas en la estación en 2004, no creo que mucha gente joven sepa de los asesinatos de los abogados laboralistas en esa calle".

Y como esa juventud no sabe lo que fue, "y porque necesitamos que la memoria esté viva en las generaciones jóvenes, es importante hablar de ello, que los jóvenes lo sepan y que los no tan jóvenes no lo olviden. Aquellos asesinatos no fueron en vano, marcaron de forma decisiva el camino hacia la democracia. Es justo honrar a las víctimas".

Combinar ficción y realidad, afirma, "nos ha permitido traer la historia de una manera muy viva a nuestros días. Y hemos ido construyendo ese tejido entre la realidad y la ficción a partir de un director de cine italiano que viene a documentarse, jugando con elementos de no ficción: las dos personas que interpretan a la camarera de hotel y a la enfermera no son actrices, se dedican a esos oficios y nos hablan desde su experiencia. Combinamos un momento histórico con una ficción y lo narramos con fluidez con entrevistas que entretejen una parte de la realidad social de nuestro país. En este momento es la precariedad laboral de esas dos personas la que retratamos".

Un trabajo interesante e intenso: "Y enriquecedor". Pastor afirma que aquella "extrema derecha del 77 siguió viviendo en espacios poco visibles, ha esperado su momento y ha reaparecido transformada. La extrema derecha no necesita ahora atentados ni golpes de Estado, llega al poder por las urnas. Nuestra Transición propició que algunos elementos que estaban muy a gusto en el franquismo continuaran adaptándose a la democracia, pero siguieron ahí, sin hacer mucho ruido, en muchos estamentos y cuerpos de la sociedad y del Estado. Ellos o sus herederos".

La precariedad laboral o los problemas para acceder a una vivienda son "un caldo de cultivo para la ultraderecha, ahí echan sus redes, en el descontento, intentando dar una explicación simple como ‘tú no tienes derechos porque otras personas lo están teniendo’. Es una forma burda de dar discursos fáciles para problemas complejos. La ultraderecha no ofrece soluciones, sino enfrentamientos y culpables para combatir a un enemigo común. Siempre acaba defendiendo sus privilegios".

Apunta Pastor que "aquellos discursos radicales han llegado a los parlamentos hoy, son excluyentes, sesgados. En la película no damos una solución, ponemos una reflexión sobre la mesa. El cine es una herramienta para contarnos quiénes somos, hacer memoria y no perder de vista la historia del país y de nuestra propia historia. El cine es entretenimiento, sí, pero otra de sus caras sería la de reflexionar sobre nuestro presente. Y nos reflejamos como en un espejo". Como cineasta se coloca en un lugar que "valora el gesto de muchas personas que en la Transición creían en la democracia y trabajaron para que fuese un cambio de ciclo lo más amplio posible, fue la Transición posible recién muerto el dictador, y en estos momentos la Constitución que alumbró merece enmiendas parciales, no a la totalidad, pero sí darnos cuenta de quiénes somos ahora, de nuestras necesidades. Y adaptarla".

Mientras haya personas en las cunetas y fosas comunes, advierte, "habrá muchas personas sin derecho a la dignidad de enterrar a sus seres queridos. Hay quien habla de que querer desenterrar a los muertos es reabrir heridas, y lo hace con esa frialdad porque ninguno es un ser querido. Es sanar las heridas". Es el derecho "a la reparación. A la dignidad. A la justicia".

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