Todos los meses 8M: mujeres rompetechos | María Riera Directora de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo

"Por ser mujer se te tutela más, pero el trabajo y el tiempo te ponen en tu sitio"

VÍDEO: Así es María Riera, directora general de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo y vicepresidenta de la AEOS

Jimena Aller

Oviedo

Cuando estudiaba Historia del Arte en la facultad de Oviedo no entraba en sus planes dedicarse a nada relacionada con el mundo de la música. "Surgió", confiesa, cuando se cruzó con Luis G. Iberni, su profesor de Historia de la Música, en cuarto y quinto de carrera, su mentor, que la inició en los entresijos de las obras musicales, los compositores, la organización y la gestión. Después del Festival de Música de la Universidad de Oviedo, la programación de un recién estrenado Auditorio Príncipe Felipe y la Fundación Municipal de Cultura, llegó a la entonces Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo (OSCO) para resolver "unos problemas de gestión" de manera temporal, un encargo provisional... Hasta ahora, que la orquesta, rebautizada tiempo atrás, acaba de cumplir 26 años. María Riera (56 años) es directora general de la Fundación de Música Ciudad de Oviedo, gerente de Oviedo Filarmonía y vicepresidenta de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS).

-¿Cómo llegó al mundo de la música?

-Soy una apasionada del arte, por eso me metí en la carrera de Geografía e Historia, aunque de aquella se decía que eran los típicos estudios que no tenían futuro. Estaba convencida de que era lo que yo quería estudiar. Hasta cuarto no tuve contacto con el mundo de la música de una forma más profunda, cuando me dio clase Luis Iberni, que para mí marcó un antes y un después, porque con él descubrí no solo la historia de la música sino también la parte de gestión. Luis era un hombre muy activo, organizaba mucha actividad musical y era muy entusiasta. En quinto de carrera solo tuve un folio de apuntes, pero sus clases siempre estaban llenas. A mi generación y seguramente a las posteriores de estudiantes nos transmitió un amor total por el mundo de la música. Cuando terminé los estudios, fui a hablar con él, porque aunque primero pensaba opositar a una plaza de instituto luego vi que quería otra cosa. Me dijo "vas a empezar a trabajar conmigo". Primero en el festival de la Universidad. Me encantó, me conectó con muchísima gente, con gestores, con políticos, con técnicos de los ayuntamientos. En 1999, al inaugurarse el Auditorio de Oviedo, me incorporé, no tuve ni luna de miel. El Auditorio se inauguró el 29 de abril y me casé dos días después, el 1 de mayo. Me pilló toda la vorágine de la inauguración en ese momento de mi vida.

-¿Tuvo algún problema o traba en sus inicios laborales, tres décadas atrás, por ser mujer?

-En los inicios no lo percibí porque tuve la suerte de trabajar con Iberni, un hombre muy abierto, con una mente privilegiada. Pero en algunos sectores políticos de aquella época, caracterizados por hombres de mediana edad, no tan jóvenes, había una tutela sobre las mujeres. No me gusta hablar de machismo, pero sí de actitudes paternalistas y de ciertas reticencias iniciales.

-¿Ha cambiado esa situación?

-Las mujeres sentimos, más que los hombres, que por el hecho de ser mujer tienes que demostrar más, se te cuestiona más, se te tutela un poco más, pero luego con el paso del tiempo las cosas se van poniendo en su sitio, con tu trabajo. Al menos esta es mi experiencia. Hoy sigue habiendo mentes algo obtusas, pero en situaciones y casos muy puntuales, no puedo decir que sea mi día a día, para nada.

-Ha visto nacer, crecer y desarrollarse Oviedo Filarmonía. ¿Imagina su trayectoria profesional sin esta propuesta?

-En absoluto, no sé qué hubiera sido. A lo mejor estaría en el Auditorio o en la Fundación de Cultura, no lo sé. De todas formas, una vez que empecé ya sabía que iba a seguir en la gestión musical. No tenía muy claro por dónde podían ir los tiros, pero sabía que iba a continuar en este mundo que me fascina.

-Está al frente de un equipo de más de cien personas, una gran responsabilidad. ¿Hay algo que le quite el sueño?

-Me quitan el sueño, sobre todo, los problemas financieros. Tenemos un apoyo del Ayuntamiento bastante claro para que esta entidad siga funcionando. Pero los recursos de un ayuntamiento son los que son y las necesidades de la orquesta crecen. Hay que actualizar salarios y la subida del coste de la vida alcanza a todo, también cuando hay que comprar un instrumento. Todo esto me genera bastante inquietud, aunque afortunadamente hasta ahora, toco madera, hemos solventado siempre estos problemas. Hay otra situación que me preocupa, que también me quita el sueño.

-¿Cuál?

-La deriva de que se vea al mundo de la música clásica como una actividad o un sector elitista, un concepto que ya creía superado pero lamentablemente compruebo que no es así. A veces se nos mira con recelo, a alguna gente le parecemos prescindibles, pero no somos un artículo de lujo. No valoran que esto es una industria cultural, con ciento y pico familias que viven gracias a estas agrupaciones. Somos un motor económico muy importante. La música clásica, la música lírica es un buque insignia de la vida cultural de Oviedo, eso no hay quien lo discuta, pero hay que cuidarlo porque las cosas que no avanzan, se estancan o mueren. Evaluar todo esto desde un punto de vista exclusivamente económico me parece una visión muy cortoplacista y muy pobre. Siempre hay que avanzar y, algo muy importante, no confundamos la cultura con el entretenimiento. La cultura alimenta el alma, el entretenimiento es otra cosa.

-¿La igualdad llegó a la cultura antes que a otros ámbitos?

-En los últimos años se ha avanzado mucho. Cuando yo entré en la Asociación de Orquestas Sinfónicas éramos muy pocas las mujeres gerentes, tres de 28, creo recordar. Hoy en día ese número se ha incrementado en gerencias y también en los puestos de coordinación, secretaría técnica y cargos directivos de las orquestas. Ahora mismo en la junta directiva de AEOS somos mayoría de mujeres, pero en el mundo de la música todavía no existe una paridad.

-¿Hay paridad en Oviedo Filarmonía?

-Tanto Oviedo Filarmonía como la Banda de Música somos dos entidades bastante paritarias dentro del sector. Tenemos un 42 por ciento de mujeres en nuestras plantillas, hablo de la musical y de la administrativa. En el sector de la música una de las situaciones que favoreció que se pueda conseguir esa igualdad consistió en realizar las audiciones para entrar a una orquesta con cortina, lo que significa que hasta la última fase no le ves la cara a quien estás audicionando.

-¿Era necesario para evitar un sesgo por razón de sexo?

-He de decir que yo nunca he visto discriminación cuando esa audición se realizaba sin cortina, nunca oí comentarios sobre si alguien era hombre o mujer. He estado en audiciones desde el principio, porque soy secretaria del tribunal, y las valoraciones en Oviedo Filarmonía siempre se han guiado por criterios artísticos. Pero ahora el debate ya está en si la última fase de selección también debería ser con cortina porque eliminas ese tipo de prejuicios, si los hubiera. Con este tipo de medidas, poco a poco, se va avanzado.

-¿A usted, que se mueve en ámbito muy distinto, le chocó escuchar las declaraciones del juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso a Jenni Hermoso?

-No me chocaron nada, sé que están a la orden del día, no me cabe ninguna duda. También en nuestro mundo se dan este tipo de tipo de situaciones, no vamos a negarlo, aunque no es nuestro caso. Aquí, afortunadamente, no hemos tenido nunca ninguna denuncia de nada. Pero me consta que hay otras orquestas, otros sitios, donde sí se han dado este tipo de casos porque también hay jerarquía, hay responsables de sección, directores, gerentes... Las orquestas son un mundo bastante jerarquizado, en las que siempre hay alguien que tiene un superior, con lo cual puede existir esa tentación, que me parece lamentable, pero claro que existe.

-¿Pese a los avances queda mucho terreno por conquistar?

-Sí, por supuesto.

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