Las mejoras de movilidad en el corazón de la ciudad

La primera peatonalización del siglo en el Antiguo de Oviedo enamora: "Aquí no pintaban nada los coches"

Los vecinos aplauden la apertura como semipeatonal de Mendizábal, mientras avanza la transformación de Ramón y Cajal y Pozos

Oviedo

Mendizábal aprobó este viernes con nota su estreno oficial como calle semipeatonal. El resultado de los trabajos para conectar con un amplio paseo adoquinado la calle Jovellanos con Porlier y la calle San Francisco recibió los elogios de muchos peatones en una vía en la que a partir de ahora los viandantes solo compartirán espacio con vehículos de carga y descarga y autorizados. "Es un acierto, tantos coches aquí no pintaban nada", declaró Javier Arias, un vecino de la plaza del Carbayón, visiblemente satisfecho con la transformación del céntrico vial.

Arias afirma tener de momento un solo pero a la actuación acometida por el equipo de gobierno de Alfredo Canteli. "Las tapas de las alcantarillas están algo bajas y podrías tropezar", apunta el carbayón que, no obstante, aplaude la idea de haber dejado al descubierto un tramo de los raíles del antiguo tranvía justo delante del teatro Filarmónica. "Es un vestigio antiguo y así al menos se recuerda", aplaude Arias.

Lola García, afincada en la zona del Milán, pero asidua al Antiguo, admitió haberse llevado una grata sorpresa al asomar desde Jovellanos hacia Porlier.. "Ha quedado maravillosa, mucho mejor que antes, pero ahora toca conservarlo", indica la mujer, que hace unos días sufrió una caída en la calle Azcárraga por tropezar con un adoquín dañado. "Está muy bien que se peatonalice, pero ahora hay que conservarlo", avisa la carbayona.

También se acercó hasta la zona Elena Alonso, una jubilada que durante 33 años trabajó en el edificio del BBVA de la calle. "Está muy bien, para mi gusto precioso, aunque quizás está muy liso y puede provocarse algún resbalón", sostuvo.

Camino a seguir

La principal razón de celebración fue, no obstante, la drástica disminución del tráfico por la calle. A partir de ahora, los accesos al tráfico rodado estarán limitados al horario de carga y descarga para vehículos dedicados a estas funciones, así como a los vehículos autorizados para acceder a las viviendas, los hoteles y el teatro Filarmónica. "Es el camino a seguir por todo el antiguo. Los centros de las ciudades piden más espacio para el peatón y la circulación bajo mínimos", defendió Vicente García, un ovetense con vivienda en la calle Jovellanos.

Los viandantes consultados por este diario coincidieron en mostrarse ansiosos por ver el resultado final de las obras, una vez que terminen los trabajos de peatonalización de las calles Ramón y Cajal y Pozos. Si bien la primera ya está prácticamente rematada, su reapertura no está prevista hasta la finalización de los trabajos en Pozos, donde se espera tener todo rematado antes de la finalización de este mes, según fuentes de la concejalía de Infraestructuras, dirigida por Nacho Cuesta.

La transformación del eje formado por estas tres calles que unen Jovellanos con la confluencia de las calles Fruela y Rosal es una aspiración del gobierno de Alfredo Canteli desde hace un lustro que desde entonces se ha visto frenada por varios contratiempos. Las consecuencias de la pandemia y las trabas de la Consejería de Cultura obligaron varias veces a cambiar y licitar el proyecto que finalmente fue adjudicado por 1,22 millones de euros a la empresa Ogensa, la misma que construyó las glorietas de la plaza de la Cruz Roja y Santullano.

Futuros proyectos

A esta actuación, financiada en su mayoría por fondos europeos espera sumar el gobierno otros proyectos de peatonalización que extiendan las limitaciones del tráfico rodado hacia la calle Fruela y el tramo bajo del Rosal, dos viales que ya fueron peatonalizados a modo experimental aprovechando las restricciones sanitarias de la pandemia del covid en el verano de 2020.

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