La barra libre para expoliar el viejo HUCA de la que fueron testigos los vecinos: "Ocho millones tirados y El Cristo, muerto"

Los vecinos del antiguo complejo hospitalario, perplejos por el gasto del Principado en vigilancia

El gran expolio del recinto comenzó en 2022 tras cuatro meses de huelga de la seguridad que los cacos aprovecharon para hacer accesos

El interior del antiguo HUCA, desvalijado y destrozado.   | LUISMA MURIAS

El interior del antiguo HUCA, desvalijado y destrozado. | LUISMA MURIAS

El Cristo / Buenavista

"Basta con mirar el destrozo del antiguo HUCA para no entender en qué se han ido 8 millones de euros en vigilancia". Vecinos y comerciantes de El Cristo resumen su incredulidad y estupefacción con el hecho de que el Principado se haya gastado una partida tan importante en los últimos 10 años, mientras los edificios han sido completamente desvalijados y escenario de continuas ocupaciones.

"Es una vergüenza lo que hay aquí y que encima se hayan tirado 8 millones porque estos edificios estén totalmente desamparados. Acampan, prenden hasta fuego por la noche, hay ratas. Nunca creí que iba a tener que pasar por lo que llevo viendo estos años aquí enfrente". Palabra de José María Pérez, vecino de la calle Doctor Bellmunt, justo enfrente de uno de los edificios del antiguo complejo hospitalario de Oviedo, tomado por asalto y desmantelado desde 2014.

La indignación de José María Pérez aflora en cuanto se le pregunta por la factura que hizo pública el consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, este pasado lunes en la Junta General sobre el importe total de los catorce contratos adjudicados por el Principado para la seguridad y vigilancia de sus edificios del antiguo HUCA de Oviedo. "Por Dios, no sé dónde habrán metido esos ocho millones, porque aquí hubo cuatro guardias de seguridad de compromiso. No se entiende, eran edificios que estaban en buen estado y se les podía haber dado un uso para evitar este abandono y este deterioro. Ahí dentro hay la intemerata todos los días", afirma Pérez, que igual ve desde su ventana "entrar a gente para llevarse todo lo que pillen, aquí se meten a todo, campan por sus anchas; está todo echado a perder".

Miguel González es otro de los vecinos de El Cristo decepcionado por el abandono al que está sometida la parcela del antiguo complejo hospitalario de Oviedo. "Los edificios están deteriorados, deteriora toda la zona y genera una gran inseguridad porque constantemente hay asaltos consentidos por la Consejería. Aquí ha habido barra libre para expoliar, luego se quejan de que no se pudo reciclar el material que había en estos edificios", asegura este vecino, que lamenta la falta total de planificación por parte de las distintas administraciones, una política que ha resultado nefasta y lastrado a todo el barrio. "Antes de llevar a cabo el traslado del Hospital, tenían que haber buscado y ofrecido una alternativa, cosa que no se hizo y este abandono ya dura demasiado. Pasan los días, los meses y los años y El Cristo está sin un futuro claro. Es una pena", lamenta González.

El Principado redujo a la mitad los vigilantes un año después del cierre

Hilera de ventanales arrancados y daños en el antiguo hospital. / Luisma Murias

El destino de los ocho millones para catorce contratos de vigilancia y seguridad en el complejo del antiguo HUCA encierra todo un misterio para Javier Fernández, uno de los comerciantes de la zona. "Me parece una burrada y alguien se quedó con ese dinero porque la seguridad aquí deja mucho que desear. Desvalijaban a plena luz del día, a cara de perro, y tanto la Policía como los guardas de seguridad sabían que estaban ahí, pero ya ves como quedó todo. Este barrio lo han matado, está muerto, han hecho una bestialidad", denuncia este comerciante que habla con el conocimiento de causa de 22 años con negocio abierto en la parte alta de la calle Álvaro Flórez Estrada, casi enfrente del edificio de Silicosis.

"Como si sobrara el dinero"

"Es una barbaridad que haya costado 8 millones vigilar el antiguo Hospital, viendo el abandono y el peligro que supone pasar por ahí. El doble de lo que cuesta tirarlo, según he leído en el periódico", valora Victoria García, vecina de la zona del Cristo. "Parece que vivimos en una región de millonarios, como si sobrara el dinero", cuestiona. Tampoco Manolo Costa y Margarita Torres encuentran una explicación lógica "al desastre que vemos aquí cada día". Pasean a menudo frente a los edificios del antiguo HUCA porque son vecinos del barrio. "Aquí entra gente a hacer lo que la da gana y que encima digan que se han gastado tanto dinero, ocho millones de euros, es algo que no tiene sentido alguno", concluye la pareja.

El Principado redujo a la mitad los vigilantes un año después del cierre

El escudo del viejo HUCA frente al pillaje y los actos vandálicos se redujo prácticamente a la mitad al año del traslado del centro sanitario a La Cadellada. El primer contrato de seguridad tras el cierre de las instalaciones contaba con 12 vigilantes que pasaron a ser siete en las sucesivas licitaciones. Esos contratos terminaron en dos ocasiones con impagos a trabajadores, lo que provocó en 2022 una huelga de cuatro meses que, según fuentes sindicales dio inicio al gran expolio de las instalaciones. "Aprovecharon para reventar las puertas del recinto, haciendo imposible la vigilancia", explican dichas fuentes.

El Principado redujo a la mitad los vigilantes un año después del cierre

Un vigilante del HUCA observa el complejo desde una ventana, en una imagen de archivo. / David Cabo

Los trabajadores de aquellos contratos denunciaron en más de una ocasión que el Principado dejara la vigilancia en manos de lo que definían como "empresas pirata" que, una vez percibido el dinero regional, abandonaban a los vigilantes. "Una empresa dejó a deber dos o tres nóminas y otra, cuatro", explican los afectados por una situación que no hizo más que encarecer el coste de la vigilancia. "Al final, el Principado tuvo que pagar dos veces por el mismo contrato", apuntan.

Los cuatro meses de libre albedrío convirtieron el viejo HUCA en una especie de queso gruyer lleno de agujeros en las 120 puertas de sus 17 edificios. El contrato de vigilancia prevé la presencia de dos vigilantes por el día y uno solo por la noche, encargados de velar por el cuidado del antiguo Hospital General, Consultas Externas, la lavandería, los hongos de policlínicas y el almacén. Unos medios humanos que, aseguran, se quedan muy cortos. "Pueden impedir que entren por una puerta, pero entran por otras 20", relatan algunos vecinos, para explicar la situación "difícil de comprender" que en los últimos años ha convertido los otrora inmuebles sanitarios en esqueletos urbanos a los que no les quedan ni las ventanas.

Aunque la huelga fue determinante, otras fuentes apuntan al desánimo y la resignación como factores clave para que hasta hace poco se hayan visto "cuadrillas de cacos" entrando con furgonetas en el recinto. "Los vigilantes están cansados de llamar a la Policía Nacional y que esta no pueda hacer nada porque nadie denuncia", apuntan, poniendo el punto de mira en el Principado y la Tesorería de la Seguridad Social, como propietarios de los inmuebles.

El reciente cierre perimetral del entorno del Hospital General de cara a los derribos contratados por el Principado ha dado algo de tregua, pero algunos problemas persisten. "Ahora no pasan hasta dentro con furgones, pero siguen accediendo a pie por el pasadizo que une los edificios y robando cosas", dicen sobre el expolio interminable del que fuera el centro sanitario de referencia en Asturias.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents