La Asociación Día de Galicia homenajea a Araceli Estrada, primera mujer conductora de ambulancias, y a Bernardo Gutiérrez, de Bernardo Boutique

El colectivo que preside Manuel Fernández Quevedo celebra su tradicional almuerzo de hermanamiento coincidiendo con la visita de "10.000 gallegos" a Oviedo

Por la izquierda, Manuel Fernández Quevedo, Bernardo Gutiérrez, Araceli Estrada y Alfredo Canteli, ayer, durante el acto de hermanamiento.  | JUAN PLAZA

Por la izquierda, Manuel Fernández Quevedo, Bernardo Gutiérrez, Araceli Estrada y Alfredo Canteli, ayer, durante el acto de hermanamiento. | JUAN PLAZA

Félix Vallina

Félix Vallina

Colloto

La Asociación Día de Galicia en Asturias celebró ayer su tradicional almuerzo de hermanamiento con motivo del Entroido, el carnaval gallego, durante una jornada en la que la que la comunidad vecina se trasladó en masa a Oviedo para disfrutar del partido entre el equipo de la ciudad y el Deportivo de La Coruña. "Habrá por lo menos 10.000 gallegos. Muchos de ellos no van a ir al fútbol porque no hay suficientes entradas, pero van a poder disfrutar de la ciudad y de sus gentes, que siempre reciben con cariño a los gallegos", asegura Manuel Fernández Quevedo, el presidente del colectivo que lleva tres décadas fomentando los lazos de unión entre ambas culturas.

En el restaurante de Colloto en el que tuvo lugar el acto organizado por la Asociación Día de Galicia en Asturias no se juntó tanta gente como en el Carlos Tartiere, pero los comensales tuvieron que apretarse porque en el comedor no cabía ni una sola silla más. "En principio íbamos a ser sobre 130 personas, pero me parece a mí que aquí hay bastantes más", explicaba Fernández Quevedo mientras los camareros montaban otra mesa sobre la marcha para acomodar a quienes aún estaban de pie. No en vano, la comida de este año venía con un postre especial. El colectivo organizador aprovechó la cita para homenajear a dos personas "muy queridas" y con una "trayectoria ejemplar": Araceli Estrada Corte, la primera mujer conductora de ambulancias de Asturias, y Bernardo Gutiérrez, el fundador de uno de los referentes de la moda en Oviedo, Bernardo Boutique.

De arriba abajo, Manuel Fernández Quevedo, durante la glosa de los dos homenajeados; una de las mesas ocupadas por los asistentes al acto celebrado ayer en Colloto; y, por la izquierda, Alfredo Canteli, Manuel Fernández Quevedo y Carlos Paniceres. | JUAN PLAZA

Manuel Fernández Quevedo, durante la glosa de los dos homenajeados. / Juan Plaza

Antes de entregarles a los homenajeados la medalla de la Asociación Día de Galicia en Asturias y el carné de socios de honor de la entidad, Manuel Fernández Quevedo cogió el micrófono para glosar la figura de ambos. Comenzó por Araceli Estrada Corte (Nava, 1942) quien, junto a su marido, Gento Paniceres, fue la impulsora de lo que hoy en día es Transinsa, el grupo que lideran sus hijos Ángel y Carlos Paniceres, este último también presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo. "Araceli y Gento, al que recordamos con muchísimo cariño, consiguieron poner las bases de un gigante que ahora mismo cuenta con más de 200 ambulancias en Asturias y que se está extendiendo a otras comunidades", destacó el presidente de la Asociación Día de Galicia en Asturias.

Manuel Fernández Quevedo contó la historia de Araceli Estrada desde el principio. Se fue tan atrás que incluso recordó que su marido la conoció cuando ella tenía sólo 17 años y que se casaron cuatro años después, "un día que cayó una gran nevada". El presidente del colectivo organizador explicó que, tiempo después, Gento trabajaba de taxista y Araceli limpiaba en el ambulatorio de su pueblo, en Priandi (Nava). Fue su marido el que se dio cuenta de que el negocio sanitario podría ser viable. "Cada vez que iba a un accidente con el taxi, que de aquella había muchos entre Nava y Villamayor, el coche quedaba hecho una ‘llaceria’ y empezó a decir que hacía falta una ambulancia. Lo habló con el médico del pueblo y con el alcalde y lo vieron bien", explica la propia Araceli, que se estrenó al volante de la primera ambulancia que hubo en Nava en el año 1978.

Ella y su marido, con los dos niños en el coche, se fueron a por ella a Játiva (Valencia). "Era un 131 Supermirafiori transformado, una ranchera", señala la homenajeada. Aquel día ella regresó con el coche y su marido con la ambulancia, pero su primer servicio no tardó en llegar. "No me acuerdo exactamente de la fecha. Se que hubo un accidente y mi marido no estaba. Como yo era la que limpiaba en el ambulatorio el practicante me tocó al timbre y me dijo que bajase Gento, pero le expliqué que estaba en una reunión de padres de alumnos. Entonces él me dijo: ‘Bueno, pues baja tú’. Lo hice y a partir de ese día estuve más de veinte años al volante", explica. "De lo que sí me acuerdo muy bien es de que el accidentado era un motorista de Tráfico", añade la mujer, que hoy en día sigue conduciendo su coche "día sí y día también".

«Da gusto ver la ciudad llena de gallegos y otros visitantes», dice Alfredo Canteli

Una de las mesas ocupadas por los asistentes al acto celebrado ayer en Colloto. / Juan Plaza

Manuel Fernández Quevedo también comentó de forma extensa la figura de Bernardo Gutiérrez, que hace ahora 40 años abrió Bernardo Boutique en la Plaza Longoria Carbajal. "Tiene fama de buen vendedor y la facilidad de atrapar al cliente y convertirlo en amigo. Puedo dar fe de ello, acudes a su tienda a comprar una camisa de manga corta en pleno mes de agosto y sales con un abrigo de visón para tu mujer", asegura el presidente de la Asociación Día de Galicia en Asturias.

Bernardo Gutiérrez nació en Trevías (Valdés) en 1947. Estudió magisterio para convertirse en maestro y asegurar un trabajo. Hubiese seguido dedicándose a la docencia si la vida no le hubiese puesto una zancadilla. "Tenía 23 años cuando su cuñado, José Luis, que trabajaba como viajante en la confección industrial, se murió de un infarto. Bernardo tenía que ayudar a su hermana, viuda con tres hijos, y era muy consciente de que podría hacerlo mucho mejor con las 103.000 pesetas al mes que le dejaba distribuir las prendas por la zona norte que no con las 7.000 del sueldo de maestro", relató Fernández Quevedo. Aquello fue sólo el comienzo de un periplo que terminó con la apertura de la tienda de Longoria Carbajal, un negocio que es su vida. "No lo cuente, pero en realidad no estoy jubilado. Todavía voy por la tienda a menudo", bromea Bernardo Gutiérrez en voz baja.

«Da gusto ver la ciudad llena de gallegos y otros visitantes», dice Alfredo Canteli

Por la izquierda, Alfredo Canteli, Manuel Fernández Quevedo y Carlos Paniceres. / Juan Plaza

Buen ambiente

El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, fue uno de los que estuvo ayer en la comida que se celebró en Colloto. "Vengo como amigo y porque tengo la insignia de oro de esta asociación, que está haciendo mucho por fomentar la unión entre dos comunidades que han de estar muy ligadas para beneficio de ambas", sostiene Canteli, que también habló sobre la presencia masiva de gallegos en Oviedo. "La verdad es que da gusto ver la ciudad cómo está, llena de gente por todos los lados y con buen ambiente. Los gallegos y todos los visitantes siempre tienen las puertas abiertas en Oviedo, aunque hoy (por ayer) no les deseo buena suerte en el aspecto deportivo", se sinceró el alcalde barriendo para casa aunque después el equipo de la ciudad cayó derrotado por el Deporitvo de la Coruña. n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents